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Solo, en la quietud de mi habitación,
siento el peso de la soledad,
una sensación que me abruma
y me hace sentir vulnerable.

Sin nadie a quien hablar,
mi voz es un eco sin respuesta,
y el silencio me consume,
como un manto frío e inquietante.

Pero en esta soledad,
también encuentro la paz,
un espacio para reflexionar,
y conocerme a mí mismo mejor.

Aprendo a ser mi propio compañero,
a disfrutar de mi propia compañía,
y aunque hay momentos difíciles,
sé que en mi soledad, también encuentro mi fortaleza.

Así que aunque a veces extraño la compañía,
sé que debo abrazar mi soledad,
y encontrarme a mí mismo en ella,
antes de buscar la conexión con los demás.

-Lucy 🍀

365 Razones pt. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora