Pude salir, y adecuarme, taparme con mi ropa, mientras tomaba aire, en el filo del pozo.
-Está bien, entonces, joven centinela, ya está todo hablado, mantén a Amenadiel tranquilito, hasta nuevo aviso-Dijo el rey.
- Faltaría más-Dije echándome el pelo para atrás, mientras me ponía la ropa.
-Bueno, señor, tengo que hacer mis deberes, mis tareas, que no son pocos-Dijo Azazel.
- Bien, Azazel, ve, Aradia debe estar esperando ansiosa.
- La dejé descansando, pero ya se sabe que es algo inquieta.
- cierto, bueno, Alexei, arréglate, y vámonos.
El rey, me transportó a casa, donde Monnique me recibió con un abrazo.
-¿Qué tal, mi amor?
- estupendamente, todo irá bien, como te dije. Gracias abuelo Lucifer- En privado podía romper el protocolo.
- De nada Alexei, ahora, debo irme. Debes estar siempre alerta, trae luego a ese ángel a mi palacio, a ver qué me ofrece.
- Sí, señor.
Despareció, y me puse a desayunar con Mony.
-¿Pudiste controlarlo?
- Si, cielo, él sólo quería divertirse, pero no imaginó que se armaría este lío…
- Menudo capullo.
- Lo es, pero nos valdrá para defendernos, por cierto, mi madre se encargará de hablar con la reina, mientras, no te preocupes por eso.
Mony meditó un momento.
-¿Eso es buena idea?
- No lo sé. Entre ellas se matan, pero se aprecian, ellas se entienden.
- Están igual de chifladas…
Me detuve para reírme.
-Sí, están como cabras, pero lo que yo no supe es que mi madre agarró a la reina del cuello.
Mony me miró descompuesta.
-¿Cómo?
- Lo que oyes, ella fue toda encabronada y la agarró. Mi padre encaró al rey, no temen a nadie, ni a nada cuando se trata de nosotros.
- Hablando de nosotros, ¿Ves con buenos ojos que el rey eduque a Ady?
- si hay alguien, que conozca a los ángeles, es Él. Podrá hacer que Ady sea muy poderosa, confíenos en él.
En ese momento, sonó la puerta. Era mi padre.
-¡Hola papá, pasa! ¿Quieres desayunar?
- No, gracias hijo, ya he desayunado, tu madre me ha levantando temprano, como siempre, para joderme un rato- Dijo irónico.
- Siempre está con su insomnio, no cambiará.
- Sabes cómo es, no quiere tomar la medicación para dormir-Dijo resignado.
- Debería hacerlo-Añadió Mony.
- No quiere, cielo, dice que las pastillas la dejan gilipollas.
Mony, rió suavemente.
-No tiene arreglo.
- Ella siempre fue así, Monnique, el estrés, la ha llevado a estar alerta siempre, y más ahora con Ady, por cierto, está jugando con ella, así me deja en paz un rato, sabes.
- Qué personaje que es mi madre, sabes, siempre tuvo ese temperamento, Mony.
- Sin duda, y eso que su madre es un ángel.
Mi padre se sentó, se sacó el sombrero.
-Pero es esa mezcla la que le hace especial, sabes, ponme un café, anda.
- Si, espera papá.
Se lo puse, se sentó de piernas cruzadas.
-Pero Ady no es ella, es muy inocente, me preocupa eso, ella, está destinada a hacer grandes cosas, muy grandes, pero es un ángel en el infierno, ¿Entiendes?
Asentí con la cabeza.
-Debe aprender, de que ser un ángel no le impedirá luchar. Debe aprender, que para tener paz, hay que prepararse para la guerra. Eso es lo que quita el sueño a tu madre, y a mí, para ser sincero.
-Por eso el rey pidió entrenarla.
-Sí, tu madre ya me lo dijo, y estoy muy de acuerdo. Ella será fuerte, más fuerte que nadie, pero sólo si sus padres se mantienen unidos. No quiero más líos de cama, más broncas, ni menos más rumores, estoy harto de que cuchicheen sobre la familia, ¿O es que alguna vez oísteis rumores sobre mi madre y yo?
Negamos ambos con la cabeza.
-Pues así debe ser. La próxima vez, arreglad las cosas como adultos, y no os dejéis llevar, la cabeza, fría, y el pecho templado, cuando se trate de vuestra familia. ¿Entendido?
Afirmamos ambos. Mi padre hablaba muy seriamente.
-Entonces todo hablado, Monnique, sé que tienes poderes, y sé que viste el pasado de mi esposa. Sólo yo sé lo que hay ahí. Y que de ahí no salga, por favor.
-No saldrá, tienes mi palabra.
- Pero papá… ¿Tan malo es?
-Si. Y no intentes que te lo cuente, porque tu madre te matará. ¿Entendiste?
- Sí…
-Pues bien, todo dicho, jóvenes-Dio un último sorbo a su café- Me largo, tengo mucho papeleo, Alexei, dale un rato a la patrulla luego, que mi sector anda algo revuelto.
-Luego me paso, papá.
-Hasta otra.
Me quedé en silencio. No sabía lo de mi madre. Sabía que lo pasó fatal, ¿Pero tanto?
-Bueno Mony, me voy a arreglar, y a ir a patrullar un rato, luego nos vemos, mi vida- La besé suavemente y me fui, en la limusina, a ver a mi madre, a ver si podía darme la moto.
-¡E mamá, soy yo!
Mi madre bajó.
-¡Hola mi niño!- Me abrazó con su habitual cariño.
- ¿Tienes las llaves de la moto? Es que debo patrullar.
- Ah, no, eso sí que no, eres un cafre, seguro que me la rompes-
-¡Vamos mamá! ¿Cómo voy a ir a patrullar? ¿En limusina?
- ¡Cómprate una!
-¡Vamos mamá, es a Hellraider a quienes temen!
Mi madre resopló, se giró, tomó las llaves y me miró.
-Que vaya Mérida contigo, también.
- ¿Por qué?
-Por que Hellraider la obedecerá a ella.
- ¿Por qué a mí no?
- Por que la liaste una vez, por eso, la moto ya te tiene tirria, y no le caes bien.
- Esto es el colmo…vale, dile que se prepare, que salgo ya.
- ok. ¡Mérida, baja, es tu hermano!
- ¡Ya voy!- Mi hermana bajó apresurada las escaleras.
-¡Hola hermanito! ¿No descansabas estos días?
- Prefiero estar entretenido, ya sabes, ven, vamos a patrullar, la jodida moto sólo responde contigo y con mamá.
- ¡Ja! ¡Por algo será!- dijo riéndose.
- Qué cabrona…-dije girándome.
- ¡cuidadito los dos con mi moto!- Dijo mi madre de fondo.
-Como para hacerle un arañazo…-Dije resignándome.
Mi hermana se reía, al salir, arrancó la moto.
-Hellraider, vamos a patrullar, pórtate bien, ¿eh?
La moto hizo un estruendo brutal.
-¿Cómo lo haces?
- tratándola como si de un ser vivo se tratara. Tiene alma, recuerda.
- No logro conectar con este cacharro…
-Ya lo harás, siendo el loco de turno que eres, lo harás…
-Ya te vale, vamos al sector de siempre, anda revuelto, no quieren pagar.
- Pues hoy llegará la factura. Vamos.
Mi hermana arrancó la moto, y nos fuimos, iba rápido, pero no tanto como mi madre, la vi poner la moto a 200 por hora, y no chocar. No sé como sigue viva a día de hoy, en lo que se refiere a ese tema.
-Hice la seña, para que parara junto a un pub. Entré, a hablar con el dueño.
- ¡Alexei…no esperaba verte…!- El dueño se puso nervioso.
- Pues ya me ves, ¿Qué sucede, que no pagas?
- Son…tiempos jodidos…sabes…
-Déjate de mentiras. Has tenido esto lleno, lo sé muy bien, ¿Crees que soy tonto? Suelta la cuota, ya. No me obligues a ponerme serio.
- Sí…sí, perdón, ¡Ahora mismo le pago todo, un momento…!
Todo nervioso, agarró el dinero, y me lo dio.
-Muy bien, que no se repita, ¿Entendido?
-Sí, señor…
Salí, y ahí estaba mi hermana, esperándome.
-¿Y bien?
- Nada, lo de siempre.
La noche siguió algo tranquila, hasta que fuimos mi hermana y yo a tomarnos unas copas, y a arreglar otro desatino, otro gerente que no pagaba.
Nos sentamos en la barra.
-Alexei, ¿Qué te trae por aquí?
- Ponme una birra y a mi hermana un vodka, ¿quieres?
-Enseguida.
Los cuchicheos y rumores empezaron a oírse.
“Es él…Alexei…dicen que se había separado con su mujer…que se fue ella con Asmodeo…” “Sí, eso he oído…menudo cornudo…”
A esto se refería mi padre. Ahora lo entendía todo. Debían callar esos rumores. Iba a arreglar esto sí o sí.
-Mérida, espérame aquí.
- Vale, ¿Qué vas a hacer…?
- Poner orden.
Me dirigí al pecador en quistión, estaba sentado en un sofá, junto a unas fulanas, y otro pecador.
Me senté junto a él.
Se quedaron sin habla.
Hola, ¿qué tal la noche, chicas?
Las chicas sonrieron, nerviosas.
-Tranquilas, no muerdo, al menos no en ese sentido-Sonreí.
- ¿Qué se te ofrece, encanto? ¿Quieres pasar un buen rato?-Se tiró sobre mí, acariciando mi pecho, mi hermana miraba descompuesta, le guiñé un ojo, y ella me comprendió.
- Pues sí, pero aquí hay un problema…que somos dos, y para pasar un rato debe sólo haber uno, ¿Entiendes?
- No pasa nada, cariño, hay de sobra para los dos.
Me incliné, y la miré.
-Eso no está bien, porque, cómo sabréis, soy sólo esposo de una, y ella es esposa de uno, que soy yo…así que para pasarlo bien, sobra uno- Agarré el seax en un movimiento rápido, y ensarté su garganta, ante los gritos, de las chicas.
- Bien, Ahora, ya no hay más. Que quede claro, quién es de quién. Ahora iros. ¡VAMOS!
Se fueron corriendo espantadas, llenas de sangre.
-Bueno, chicos, ahora a lo que íbamos. ¿Por qué no se está pagando al barón?
-Tenga, señor, por favor, no me mate a más clientes…
Lo agarré de la ropa y tiré hacia mí.
-Como vuelvas a fallar un solo pago, y vuelvas a extender rumores, sobre mí o mi familia, juro que te quemo el local, contigo dentro, ¿Oíste?- Dije con la nariz arrugad de ira.
- No señor, no pasará más.
- Así me gusta, Mérida, vámonos.
-A la orden.
Nos fuimos, a seguir patrullando, llegamos al sector más conflictivo, tenía a mi hermana de escolta, arco en mano, y fuimos echando a los drogadictos, no queríamos que nuestro distrito fuera el reino del crack.
-Esto estaba lleno de yonkis, Alexei.
-Desde luego, no es normal, que vengan, algo les ha hecho venir aquí, habrá que indagar.
De repente vi algo, una sombra, en uno de los callejones.
-Mérida, quédate aquí, vigila, ¿quieres?
-Ok.
Saqué mi seax, me acerqué, al rincón, al callejón, oscuro, lo escudriñé con la mirada: en una de las esquinas, había algo que se movía, de una manera extraña.
-Te veo, así que deja de esconderte.
Algo, muy rápido, me rozó, y me hubiera dado de lleno, si no fuera, porque lo desvié con el seax, y aun así me hirió.
-¡¡SAL, MUÉSTRATE!!- Ante mi grito, mi hermana corrió, y lanzó un par de flechas, la criatura, soltó un alarido, furiosa, y entonces lo pude ver: un ser, negro como la noche, con ojos como brasas, y forma humanoide.
Me lancé hacia esa cosa, sin miedo, dispuesto a acabar con ello, pero esquivó, y me atacó, pude repeler los embistes, mientras Mérida lo cosía a flechazos, atravesó su brazo, clavándolo a la pared, mientras partí su cabeza en dos, aprovechándome, de su inmovilidad. Con un sonido, desagradable, chirriante, expiró su último aliento.
Mérida se acercó.
-¿qué mierdas es esto, Alexei? Casi te mata.
- Pues…no lo sé, Mérida, habrá que tomarlo y llevarlo a palacio, el rey nos lo dirá, vamos, ayúdame.
- uugh…Qué asco…-Mérida sacó su flecha, del brazo, pero esa cosa, seguía viva, trató de morderla, pero ella, lo apuñaló en la cabeza, con un acto reflejo, que ni yo vi.
- Madre mía…es más peligroso de lo que pensaba, ¿Estás bien, Mérida?
-Sí, Alexei, este cabrón casi me muerde, ¿Está muerto?
-Creo que sí, mira, en la moto, en las alforjas, creo que hay cuerda especial, mamá la llevaba siempre para estos casos, tráela.
Amarramos al bicho, pero, no había donde ponerlo.
-Mierda, no hay sitio en la moto…
- Llamaré a un amigo, espera.
Mi hermana agarró el tfno., y llamó a alguien, al poco tiempo, apareció un pecador, en un coche.
-¡Mérida hermana! ¿Qué tal?
- gracias por venir, ¿Podrías meter a esta cosa en el maletero e ir a palacio? Te pagaré.
- ¡Claro que sí, vamos!
El pecador metió al monstruo en el coche.
-¿Qué mierdas es esto, Mérida? Nunca vi nada igual.
- A eso vamos, a que el rey nos lo diga.
- Bien, te espero en la puerta de palacio.
Fuimos a palacio por ambos lados, al llegar, arrastré el cuerpo del ser, y lo arrojé a los pies del rey.
-¿Qué es esto, Alexei?
- Pues, majestad, esto nos atacó en nuestro distrito.
- ¿En el distrito de los Von Eldritch?
- Ajá, aparte está lleno de drogadictos de otros distritos, no es normal, majestad.
Lucifer pensó por unos segundos.
-Un ente sombra, tiene su propio distrito, los adictos, también. No sé por qué está pasando pero hay que averiguarlo, iréis a ver a Azazel, él, puede ver qué está pasando, Alexei, tú mientras, ve, al hospital, pregunta a Monnique si hay algo que no encaje en los números de atacados, o pacientes fallecidos por esta cosa. Yo, mientras, iré a ver mi señora, quizá ella sepa cómo atajar esto, y dile al barón que esté bien alerta. Tu madre, se quedará al margen, no te preocupes por Ady, estará aquí conmigo.
- A sus órdenes.
- A la orden- respondió mi hermana.
-Hermanita, agarra la moto, ve a ver a Azazel, yo, iré con la limusina a ver a Mony. Luego me cuentas, te estaré informando.
- Si, no te preocupes.
Al sonido de Hellraider, me dirigí al hospital, con Mony.
-Ejem- Carraspeé en recepción, al ver que no notaron mi presencia.
-¡Oh, perdón señor, llamaré a Monnique enseguida!- Dijo apurada la enfermera.
Asentí con la cabeza, esperé unos minutos, y allí estaba ella, deslumbrante, con su uniforme y su bellísima sonrisa.
-Cielo, ¿Qué sucede?-Dijo tomándome de la mano.
- Calma, Monnique, vengo de parte del rey, nuestro sector se está llenando de seres sombra, y adictos, quiero que me des un informe de los últimos ataques en ese sector, y si hay testigos, por favor.
- Sí, enseguida. Debe de ser grave, si el rey lo requiere.
-Demasiado.
Me hizo la seña, para que me pusiera junto a ella, abrió el ordenador, y tecleó hábil, para encontrar.
-Mira, hace una semana, empezó todo, paciente nº 3.2581…con múltiples heridas, de arma blanca…murió a las pocas horas…
-Aquí otro, también, heridas de arma blanca, laceraciones…muerto a los pocos minutos, no se pudo hacer nada.
-Otro más, herida en el cuello- Se me escapó un silbido de asombro- Este ya ingresó cadáver.
- Sí, el más reciente…ajá, éste-dijo señalando- paciente nº89P13…herida profunda en tórax…-
-Sigue vivo- Llévame a su habitación, Monnique.
- Sí, claro, su habitación… ¿Hay alguien con él?-Dijo extrañada.
- Sí, no es frecuente, pero vino alguien a visitarlo.
-Esto no me da buena espina, llévame a su habitación, ¡Vamos!
Corrimos por los pasillos del hospital, sin importar si empujábamos a alguien, y al llegar a la habitación, paré a Monnique.
-Espérame aquí- Saqué el seax.
- Ten cuidado por favor…
La silencié con un corto beso, y me puse pegado a la puerta, abrí de golpe, y allí estaba: no sé lo que era, pero estaba inclinado sobre el paciente, y parecía absorberle la vida.
-¡¡EH, OYE, TÚ!! ¿¿QUÉ COÑO TE CREES QUE HACES??
El ente, emitió un rugido gutural, y saltó por la venta, rompiéndola, me asomé, pero era imposible seguirlo.
-Madre mía…- Mony, pasa, no hay peligro.
-¿¿Qué era eso?? ¿¿Estás bien??
- Sí, sí, tranquila…oye…-Señalé con el seax al paciente.
Le tomó el pulso, miró las constantes vitales.
-Hora de la muerte; 8:30 am.
-Se lo ha cargado, he visto como lo hacía…oye, esto se está poniendo peligroso, voy a ponerte escolta, Mony.
- ¡Vamos, Alexei, no creo que sea necesario!
- Escúchame-dije tomando su cara entre mis manos-Esto no es un juego, ya has visto de lo que son capaces, incluso nos han atacado a Mérida y a mí. Le diré al rey que te ponga escolta, ¿Entendido?
- Como tú veas…
-Así me gusta, ahora, ve a tomarte algo, Ady está con los reyes y mi madre.
-Al menos, no está sola, ni menos en peligro.
-Yo no sé qué decirte-Dije con resignación, y se echó a reír.
De camino a la salida, me di cuenta de que me grababan algunos pacientes.
-No te muevas de aquí hasta que llegue la escolta, ¿Entendiste?
-No lo haré mi amor.
- Te quiero- Un beso corto, y me metí en la limusina.
-uuf…a palacio, ya.
En palacio, conté la historia del hospital.
-Son muchos casos, abuelo Lucifer, todo el mismo patrón, rugido, sombras, heridas, y luego, la muerte. Estuve a punto de hablar con el único superviviente, pero el ente lo encontró antes que yo, y lo mató, le…absorbió…fue raro.
- Cómo si le absorbiera el alma, ¿Cierto?- Dijo el rey.
Asentí con la cabeza.
-Un ente sombra, sólo está en su sector, en su dimensión, para ser más exactos, pero una brecha de ese calibre… ¿Notaste algo raro en el ambiente últimamente, Alexei?
Sopesé un poco, un momento, si bien las últimas semanas fueron agotadoras, me hubiera dado cuenta, más con la red de informantes que tengo en la ciudad.
- Si te soy sincero, no, pero sí, había algo, que me inquietaba, más allá de todo lo vivido, algo, que no me dejaba estar tranquilo del todo…sabes, temo mucho por Ady, abuelo…
-Es normal, querido Alexei-La reina se acercó a mí. Has reunido los elementos, has tenido el espíritu perturbado y temes por ella.
- Sí, majestad…-dije cabizbajo- En ese momento entró mi madre.
- ¡Mamá, Ady, qué bien de veros!
- Tranquilo, cielo, ¿Qué sucede? Te veo preocupado-Sostuve a mi hija en brazos.
- Fierecilla, llévate a Ady, al cuarto suyo, llévate a noche, ¿Sí?
- Como gustes, vamos mi nena, ¡Noche!
Noche corrió hacia mi madre, se le tiró encima, como siempre-
-¡Qué salvaje que eres! ¡Bájate ya!
La bajó ante la risa de Ady, que adoraba a noche.
-Abuela, te ha trepado como un árbol…jajaja
-Sí, cariño, noche, vamos, anda.
Nos quedamos a solas.
-A lo que íbamos, esta oleada de ataques, es fruto de una brecha, que hace que salgan, de sus sitios, y vengan a atacar.
- ¿Y los adictos?
-Está claro, que algunos overlords, han intentado sabotearte, a ti, a los Von Eldritch, llenando tu sector, de ellos. Mira, en unas horas me reúno con ellos, a ver qué se cuece.
-Está bien…Pero Monnique, necesita escolta, y yo no puedo, todo el día, sabes, abuelo…
-Tranquilo, señor centinela, para todo, el rey tiene solución- Me puso la mano en el hombro-Ve a casa…y…ah, ahí llega Mérida.
-Hermanita…Qué bien de verte…
-Me alegro de verte entero, Alexei- Me abrazó cariñosamente.
-Bien, Guardiana, ¿Qué nuevas traes?
- Pues no muy buenas, señor, Azazel, lo que pudo ver, es que esos seres, están invadiendo nuestro terreno no al azar, hay causas…
-Y la causa es…-Lucifer inclinó su cabeza.
- Encontrar al ser de luz. Temen al ser de luz. Quieren su espíritu, su ser, su poder…también dijo, que ellos no van solos, que alguien los gobierna.
-Tal como me temía. No actúan solos.
-Exacto señor, me dijo, que tuviéramos los ojos bien abiertos.
-Como debe de ser, suficiente, Mérida, dale las gracias al señor Nefilim…y a todo esto…-Sopesó en su cetro.
-¿Querido?-Dijo Lilith.
-Nada, nada, consultaba una cosa, pero nada…la comunicación no es mi fuerte, eh, bueno, Alexei, habla con tu padre, Mérida…Te tengo una misión muy importante para ti…
- ¿Vigilar a Charlie? Ella también es un ser de luz, Como Ady.
-No te preocupes, ella es el anticristo, cualquiera que se meta con ella lo hará conmigo…-Dijo mientras me hizo la señal para que me fuera. Me despedí respetuosamente, y me fui a la oficina de mi padre.
- ¿Hijo? ¿¿Qué sucede??
Le conté lo sucedido.
-Vaya…estará todo bien, eh, no te preocupes…y, hablando de reunión, me toca, ¿No vas a ir?
-El rey me lo impide.
Mi padre se levantó y se puso la chaqueta.
-Alexei. Te diré algo- Dijo mientras se ponía el sombrero- durante más de veinte años, a tu madre, sobre todo a ella, a mi muy poco la verdad, pero te diré, que sólo rompí la orden del rey una vez: aquella vez que el perro de Dios la hirió de muerte, y me mandó a casa, esa noche volví a palacio, dispuesto a bañarlo con la sangre de quien me impidiera estar con mi esposa, de tal modo que ni Satanás me lo impidió. Entonces el rey, me dio la bendición para estar con mi esposa y con el que iba a ser el hombre que tengo delante. ¿Entiendes?
- Sí, padre.
-Tu madre, rompió las órdenes tantas veces que casi se mata con él. Pero lo ama como ninguna hija ama a su padre. ¿Entiendes de nuevo?
-Sí, padre.
-Bien, chico listo. Escúchame-Puso sus dos manos sobre mis hombros- Hay veces, que para ganarse el respeto, debemos romper las normas, y hacernos valer, no es bonito, ni es agradable, pero es nuestro deber.
- Como guardianes y Centinelas del infierno.
-Exactamente, Alexei, es un orgullo, llevar los apellidos, y el cargo que nuestra familia ostenta. Estaré allí, plántate, no esperes el permiso de nadie, tu cometido es vigilar, para bien o para mal, el rey, lo debe entender, entiende, que debes ser inflexible con quien trata de derribarnos. Y no temas. Satanás, es tu aliado.
- Así lo haré.
-Bien, te espero luego.
Mi padre desapareció. Tenía razón, debía empezar a poner orden, el lío de Mony con Asmodeo, mi revolcón con la reina, mi ausencia. Esto debe parar. El sector de mi familia estuvo impoluto prácticamente, y ahora llega un bastardo a ponerlo patas arriba. Está bien.
Con magia, me concentré y me cambié de ropa: una chaqueta de cuero, cernida, con detalles en hombros y mangas, de motero, con símbolos de mis dos familias y mi raza.
-Vamos a arreglar esto.
Me dirigí a palacio, mientras iba en limusina, pensé en cómo hacerme respetar, pero ya lo tenía cada vez más claro. Me dirigí a la sala de juntas. Podía oírlos desde fuera.
-¡Escucha, deja de meter tu mierda en mi sector! ¿Me oyes?-Era mi padre.
- ¡No es culpa mía, yo sólo vendo mi mercancía, ellos van donde quieren!
- ¿Crees que soy idiota o qué? ¡Has estado intentando sabotear a mi familia!
-¡Tu familia se sabotea solita! ¡Una mortal mezcla de razas y ahora una niña que ni sabe lo que es la sangre!
En ese momento escuché a mi padre.
-¡NI SE TE OCURRA MENCIONAR A MI FAMILIA, BASTARDO!
La voz del rey puso orden.
-¡SILENCIO!
Todos callaron. Seguían absortos en su pelea, no se dieron cuenta, cuando yo entré, y me puse a observar en una esquina, en silencio.
-Señores, no quiero peleas, ni broncas frente a mí. Exijo respeto para el Von Eldritch, Samus, lo sabes bien.
- nunca tuve problema con los Von Eldritch, lo sabe bien su alteza, es sólo con su prole.
-Juro que voy a partirte la cara…-dijo mi padre.
- ¿Y con los Magne?-Dije, mientras todos se giraban hacia mí.
-Si tienes problemas con su prole, lo tienes con los Magne…-Dije mirándolo fulminante.
-¿Alexei? ¿No te dije que no vinieras?-Dijo molesto Lucifer.
-Sí. Pero también hice un juramento, de defender a mi familia, al infierno, y al apellido Magne, y este bastardo, ha ofendido a todo lo anterior.
-¡Ándate con ojo niñato!
Sin mediar palabra, lo ensarté con el seax, no una, si no varias veces, hasta que su sangre me salpicó la cara.
La expresión de mi padre, lo decía todo. La del rey, también.
-La próxima vez, se lo pensarán dos veces antes de meterse con mi familia.
Cerré la puerta, me incliné sobre la pared, y resoplé.
-Mamaíta…
La reina, se puso junto a mí.
-No es agradable, eh.
-Para nada…
-Lo hiciste bien, Alexei. Gracias.
-¿Por qué?
-Ése overlord era quien infundió el rumor sobre mí…
-Bueno, ya no va a tener lengua con qué hacerlo…lamento todo el daño, majestad.
-No hay que lamentar, no eras consciente, ahora, vete, arréglate, date una buena ducha, el infierno hoy respira tranquilo con semejante familia al cargo.
-Gracias majestad.
-De nada, pequeño Alexei.
En ese momento, lloré, mientras me iba, por que recuperaba poco a poco la confianza, ese trato de abuela cariñosa, y maternal que siempre tuve con ella. Me duché, y fui al cuarto de juegos, donde mi madre estaba con Ady, y con noche.
-¡hola mi niño! ¡Ven, estamos jugando a la oca!
- ¡Papi, ven! ¡Juega conmigo!
- Ya voy, mi reina, ya voy.
Nos sentamos a jugar los tres, olvidando todo.
En el hospital, el ruido de Hellraider, llamó la atención de todos. Sabían que era la moto de Evelyn, por las veces que había ido al hospital a ver a Monnique, que casualmente estaba en recepción.
Monnique se dirigió hacia la puerta para recibir a Evelyn.
-¡Hola Evy! ¿Qué te trae por aquí…?
La expresión de Monnique cambió completamente al ver a Mérida.
-He venido a protegerte. Soy tu escolta.
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El Guardián.
General FictionContinuación del maestro, en este caso, tras los sucesos que acabaron con la caída de Evelyn, Alexei es nuevo Centinela del infierno, sirviendo a la familia Magne.