Cerré la puerta detrás de Alexis y suspiré. Él había ido a buscar por fin y después de tres días mi nueva visa americana.
Mis tripas gruñeron de hambre por lo que decidí dirigirme a la cocina.
Cuando entré en la cocina me sorprendí encontrar a alguien, ya que solo una vez en todo el tiempo que llevaba en esta casa, había visto a alguien del servicio.
—Hola —saludé a la mujer.
Ella de giró asustada y desvió la mirada, buscando una salida cercana.
—Soy Megan, ¿cómo te llamas? —extendí la mano en su dirección, pero ella me ignoró por completo.
—No me ignores, por favor —rogué a la mujer.
—No tengo permitido hablar con usted —respondió mirando al suelo.
Asentí sorprendida mientras ella huía.
¿Qué motivos tenía Alexis para prohibirle a las personas, comunicarse conmigo? Además, ¿qué había pasado con la mujer que me había ido a dejar el desayuno la primera noche que pasé aquí?
Iba a tener que hablar con Alexis, pero antes necesitaba comer.
—Julia nece... —Mike se detuvo en mitad de la frase cuando me vio.
—Hola Mike, ¿qué necesitas? —pregunté amablemente.
—Nada —respondió serio e hizo ademán de irse.
—Espera —lo tomé del brazo para detener su huida.
Mike me miró de pies a cabeza y luego detuvo su mirada en la mía.
—¿Qué ocurre contigo?
—Nada —insistió.
—Mike dime, eres mi amigo y me interesa lo que te pase.
Él soltó un bufido y miró a un lado.
—Me pasa que me enferma verte con Kingstone.
Su respuesta me dejó sorprendida.
—¿A qué te refieres?
—Me refiero a que él no te merece. No te acerques a él.
—Mike yo...
No pude decir más, ya que él me besó. Ni siquiera pude responder al beso, nada. No hice nada hasta que él solo se apartó.
—No es correcto... —fue lo único que pude decir.
—¿Y crees que si es correcto que te estés enamorando del hombre que te compró como a un pedazo de carne? Para él no eres nada, Megan.
—No me estoy enamorando —contesté furiosa y salí de la cocina.
¿Como se atrevía? Yo no estaba enamorándome de Kingstone, ¿cómo enamorarme de alguien que me había secuestrado y había intentado propasarse conmigo a la fuerza?
Entré en mi pieza y di un portazo, furiosa.
Me tiré en la cama y comencé a llorar de rabia.
Yo no quería estar aquí, pero ¿qué podía hacer?
Cerré los ojos e intenté dormir. Más tarde tendría mucho que hablar y rogar a Alexis.
POV ALEXIS
Me bajé del auto y entré rápido en la casa ya que una fuerte y repentina lluvia había comenzado a caer.
—¿Donde está Megan? —pregunté a Mike. Él indicó la escalera con la cabeza y yo comencé a caminar.
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Thug Life
RomanceLos vicios y las deudas llevaron a que Megan fuera vendida por su padre al hombre equivocado. Megan se ve obligada a convivir con un mafioso de primera que esconde muchos secretos peligrosos, tan peligrosos que la vida de Megan puede estar en peligr...