Contiene: Burlas, control del orgasmo, esposas, penetración, sin protección, esposas, palabrotas, apodos cariñosos, sin uso de maus, cuidado posterior, relación establecida, menciones de ansiedad.
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"𝐁𝐞 𝐚 𝐠𝐨𝐨𝐝 𝐛𝐮𝐧𝐧𝐲, 𝐣𝐚?"
Sentiste el contacto del metal frío cuando él posó cada una de sus manos por separado a la cabecera de la cama que ustedes dos han estado compartiendo desde hace algún tiempo. "Hermoso", susurró mientras colocaba tu mechón de cabello empapado en sudor detrás de tu oreja derecha. "Ahora sé mi conejito bueno y espera a que vuelva papá, ¿eh?" Sonrió con tanto cuidado y compasión que casi te engañó al pensar que esta vez cambiaría de opinión y finalmente te jodería. Pero amaba demasiado esto como para hacerlo. No era solo algo que König tenía para la negación y el borde del orgasmo, era una obsesión, y realmente dominaba el arte de dejarte desesperado, rogando... Solo... déjame correrme, por favor. ¡Por favor! ¡No puedo, por favor! Desafortunadamente para ti, se enorgullecía de poder ponerte de rodillas con tu coño derritiéndose, llorando por su atención para que ninguna súplica y lágrimas pudieran influir en él a menos que realmente quisiera terminar su trabajo. Todo lo que podías hacer era ser su conejito bueno y paciente. Igual que ahora.
"Por favor." Gemiste mientras lo mirabas salir de la habitación.
"No, conejito. Sin rogar, sin llorar. Sé una buena chica y espera. Te estaré controlando". Te mandó un beso al aire y te dejó sola, esposada, con tu coño hinchado de excitación alrededor del vibrador controlable por app y tu clítoris tan sensible que probablemente te correrías si te lo soplara, solo acompañado de la flamante cámara. instalado en el estante opuesto a la cama. A veces pensaste que él no puede encontrar una nueva forma de hacerte ensuciar, pero cada vez, demostró que estabas equivocado. Como esta vez.
La verdadera tortura era que no tenías idea de cuándo volvería. A veces, estaba de regreso, solo fumaba un cigarrillo afuera. A veces, iba a un café a la vuelta de la esquina, tomaba su café. Eso le tomó alrededor de media hora y siempre te traía tu amado strudel de manzana. A veces le bastaba una hora para salir a correr. El máximo acordado fue de dos horas y en realidad nunca te dejó esperando tanto tiempo, pero ahora que tenía un nuevo juguete para usar contigo, solo Dios sabía cuándo estaría demasiado aburrido y volvería a casa para terminar esto: tú. Y hasta ahora, se lo estaba pasando bien.
Con la bolsa repleta de comestibles que acababa de comprar, estaba sentado en la esquina de un acogedor café, bebiendo su favorito vainilla flat-white con dos bombas de sirope de caramelo y estaba a punto de causarte un poco de dificultad. "Scheiße", murmuró inaudiblemente mientras abría la aplicación que controlaba la cámara. La visión que tenía de ti estando a su merced, siendo nada más que su pequeña zorra cachonda y necesitada completamente indefensa, estaba haciendo que la sangre entrara en su polla. Con una sonrisa astuta, abrió otra aplicación, la que controlaba el pequeño vibrador que metió dentro de ti y movió el controlador.
