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KAY: Noa comenzó a meterse LSD

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KAY: Noa comenzó a meterse LSD. Era la principal mercancía de Dave Karev.

MARTIN: Noa, al ser una figura pública debía cuidar su imagen. Claramente no lo hacía, decía que la gente tenía que conocerla por lo que realmente era y una parte de mí estaba de acuerdo con ello, pero todo empeoró cuando comenzó a meterse LSD día y noche.

NOA: Dave y yo descubrimos un bar en Brooklyn. Asistíamos todos los días, nadie podía sacarnos de ahí.

KAY: Bridge se convirtió en nuestra casa. Un bar clandestino en Brooklyn cerca del puente.

— ¿Cómo descubrieron este lugar? —pregunta Amanda sujetándose con fuerza del brazo de Martín.
— En internet —responde Noa entrando.
— ¿Internet?

AMANDA ROBIN: Las aventuras, anécdotas e inclusive peleas que tuve con esas personas no la cambiaria por nada.

Noa Palatchi me saco incontables veces de mi zona de confort y aunque eso a mis padres no les pareció nada agradable, para mí lo fue.

NOA: Cuando Amanda llegó a nuestras vidas era una niña tranquila, esas que en su vida habían roto las reglas. Así que llevarla a un bar clandestino y rodearse de personas adictas no entraba en su círculo de socialización.

MÍA: Las noticias comenzaron a hablar de Noa, más de lo habitual. Todos tenían algo que opinar y decir acerca Noa Palatchi.

Su problema con el alcohol se hizo más fuerte, no sabíamos como pararlo. No quería internarse en una clínica o más bien, Dave no quería.

— Creo que llegó el momento en que te vayas a la clínica y te recuperes —Noa estaba perdida. Sus ojos divagaban por todo el lugar. Ella solo reía.
— Estoy... Estoy bien.
— Noa no irá a ninguna clínica —reprocha Dave— es mi novia, no puedo dejar que la vean entrar a un lugar de esos.
Abro la boca indignada. No podía creer que se preocupara más porque la vieran entrar a rehabilitación que toda drogada y borracha por las calles.
— Al parecer no hice bien mi argumento —me corrijo— Noa, llegó el momento en que te vayas a la clínica y te recuperes.
Noa reía, parecía haber escuchado el mejor chiste de su vida.
— Usted no es su mamá como para mandarla a ningún lado.
— No la engendre, pero si la crie y cuide durante niña. Lo seguiré haciendo siempre.
Dave toma del brazo a Noa sacándola de la casa. Sale dando un portazo.

NOA: Mía todas las mañanas esperaba por mi sentada en el sillón, algunas veces la encontraba despierta, otras acurrucada en el sillón. Me sentía horriblemente mal, pero mi adicción en esos momentos era más fuerte que mi arrepentimiento.

MARTÍN: Todos nos preocupabas por Noa, no sabíamos cómo ayudarla. Kay y yo no éramos unos santos que llevaban su botella de agua a las reuniones, pero sabíamos cuando era momento de parar, Noa no conocía ese término.

NOA: Era joven, entre al mundo del espectáculo desde muy pequeña. No quiero decir que todos los que comiencen como yo seguirán mis pasos, espero que no lo hagan [carcajea]

Pensé que con el paso del tiempo cambiaría, lo hice. Cambie por mucho tiempo, dejé las drogas. Me limpié.

ENTREVISTADOR: ¿Por un tiempo?

[La castaña baja la mirada. Intentaba decirle algo a su acompañante, no sabía cómo hacerlo]

NOA: Me enamoré. Me enamoré de la persona en la que no podía poner los ojos.

ENTREVISTADOR: ¿Puedes revelar el nombre de esa persona prohibida?

NOA: Billy Dunne.

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⏰ Última actualización: Jun 05, 2023 ⏰

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