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i'm drunk in the back of the carand i cried like a baby coming home from the bar

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i'm drunk in the back of the car
and i cried like a baby coming home from the bar
.- cruel summer (taylor swift)


NOA: Me hubiera encantado poder decirte que no caí en las drogas o en el alcoholismo. Poder decir que fui una persona sana, que fui una de las pocas personas que no dejaron que la indiferencia de sus madres les afectará, o el tener poco tiempo con su familia reunida en la mesa la tenía sin cuidado. Eso hubiera estado mejor.

Pero a nadie le interesa un relato de superación personal, debes caer para poder levantarte y tengo la certeza de que cuanto más bajo caes, más difícil el levantarte claro [Ríe]. No, cuanto más bajo caes, más rápido te levantas. Todos esos vicios son parte de mi y me ayudaron a crecer. Además, es algo que no puedes borrar con el pensamiento o simplemente diciendo que te gustaría borrar aquella parte de tu vida.

MÍA: Noa era descontrol puro, donde quiera que iba siempre encontraba la sustancia perfecta para consumir o meterse por sus fosas nasales.

Nunca conoció donde parar, inclusive aún y cuando conoció a su primer novio, Dave Karev.

KAY: Dave era un hijo de puta. Nunca terminó de agradarme.

MARTÍN: Dave Karev y Noa comenzaron a salir en... Mil novecientos sesenta y cinco. Diablos, soy buenísimo para recordar fechas.

Noa tenía quince años, mientras que él estaba por cumplir los veinte. Cinco años de diferencia. Posiblemente hoy en la actualidad eso de las diferencias de edades en los noviazgos no importe mucho, pero en mis tiempos lo hacía y más cuando el sujeto era un bastardo.

Cuando recién nos dijo que salía con él, ella y yo discutimos. Pensé que me dejaría en la calle sin sustento, pero era Noa. Ella no es así.

— Estoy saliendo con alguien —dice Noa mientras daba un sorbo de su cerveza.
— ¿Quién es el desafortunado? —pregunta Kay dando una sonrisa burlona.
— Dave Karev —Kay y yo nos damos una rápida mirada. Dave Karev estaba en boca de todos y no porque hablaban de él.
— No puedes andar con él —señaló.
Noa me da una mala mirada. — ¿Y tú eres?
— Tu mejor amigo y por ello te digo que debes terminarlo o dejar de verlo, cualquiera que se te haga las fácil.
— No dejaré de verlo solo porque un pobretón de buffalo me lo ordena.
Kay, mira a Noa. Noa tenía su mirada en mi y yo en ella. Por los ojos y el comportamiento sabía que no era ella, estaba hasta el tope de sustancias.
— Pues este pobretón de buffalo te ha ayudado más de lo que tus padres o cualquier otra persona lo ha hecho en su vida. Nadie quiere aguantar a una niña nefasta y mimada como tú que cree que por ser quien es tiene derecho a todo —había dado con mi orgullo sumándole que también estaba lleno de marihuana.
Noa se acerco hasta donde estaba y se para justo frente mío. Kay la toma del brazo alejándola— Lárgate de mi casa y no te atrevas a poner un pie en ella nunca más.
Hago caso, yéndome del lugar sin discutir, no estaba para ello en ese momento. Escucho como Kay sale detrás mío siguiéndome.
— ¿A dónde vas? —preguntó sin dejar de caminar.
— Contigo.
Paro en seco haciendo que Kay se detenga estampándose contra mi espalda.
— No, tu regresarás con esa testaruda e idiota niña mimada porque la cuidarás de ese bueno para nada de Dave Karev.
— ¿Qué pasará contigo?
— Es Noa. Se le pasará el enojo.

KAY: Noa y Martín dejaron de hablarse una semana. Después ella me hizo acompañarla a pedirle perdón.

— ¿Dejarás a Dave? —pregunta Martín recargado en el umbral de su puerta.
Noa, lo mira— No.
Martín sabia que Noa no accedería a dejarlo. Estaba encaprichada con él. Era su dealer— Te perdono si me prometes que cualquier cosa que te llegue hacer ese bastardo nos lo cuentes.
— Lo prometo.

NOA: Odiaba que la gente tuviera razón.

MARTÍN: Dave nunca tuvo dinero, Noa era su... ¿cómo es que le llaman ahora?, mi hija me lo dijo esta mañana y acabo de olvidarlo.

KAY: Noa era la sugar mommy de Dave. Solo que en la versión joven.

MARTÍN: Da igual, sabes a lo que me refiero; Noa le pagaba absolutamente todo, desde los alimentos, hasta los vicios. Después él se hizo dealer.

KAY: Noa estaba muy enamorada. Tal vez cegada de amor por ese. Nunca la mereció, solo la usaba para complacer sus deseos sexuales de estar con alguien menor y para sacarle dinero.

Él [Dave] tenía una doble personalidad. Con los señores Palatchi daba una cara de niño bueno y educado, pero cuando nadie lo veía sacaba las pezuñas.

— ¿Qué hacen estos pobretones en la misma mesa que nosotros?, deberían estar comiendo en la cocina.
— Son familia —responde Lucas Palatchi. — Entiendo.

MARTÍN: Golpeaba a Noa [Dave], ella nunca lo aceptó directamente y jamás nos dejó ayudarla.

La primera vez que la vi con un morado, la sangre se me subía al cuerpo. Quería ir a golpearlo.

KAY: Siempre llevaba un moretón en su cuerpo. Decidió comenzar a usar gafas de sol aún y cuando estábamos en lugares sin luz.

— ¿Dave acaso es un vampiro? —preguntó mirando el morado que tenía Noa en el labio. Noa, muerde sus labios.

MARTÍN: Una vez recuerdo que Kay y yo fuimos a casa de Noa para hablar con Mía y contarle lo que pasaba en esa relación. No pudimos decir nada, Noa nos sacó a patadas de su casa cuando supo las intenciones de nuestra visita. 

MÍA: Dave era una terrible mala influencia para Noa, y vaya que mi Noa no era un angelito.

KAY: Nadie podía sacárselo de entre las piernas.

MARTÍN: Todos hablaban de ellos, de la increíble pareja que hacían. Las noticias sacaban sus mejores notas de ellos [Noa y Dave], eran la pareja del momento.

KAY: Noa nunca quiso estar frente las cámaras. Lo odiaba, pero con Dave era diferente. Era como si quisiera que la vieran con él.

MÍA: Cuándo Amelia se enteró de la relación de su hija con Dave Karev me dijo que le prohibiera esa relación. [Mira directamente a la cámara] ¿por quién me tomaba?

— Tu mamá me pidió que te dijera que termines con Dave Karev.
Noa me mira— ¿Ella no pudo tomar el teléfono y decirme eso?

Supe que Noa estaba con él porque necesitaba que su mamá se preocuparan por ella. Que la llamara o mandara un mensaje.

NOA: Amelia se contactaban con Mía para mandarme mensajes. Cualquiera que fuese, desde los buenos días hasta los castigos.

Nunca recibí un texto por parte de mi mamá, bueno creo que nunca es algo exagerado, recibía unos cuantos y no era que papá fuese el mejor mandando mensajes, pero lo intentaba.

Hasta el día de hoy mamá sigue sin hacerlo y no creo que lo haga después de nuestra pelea, por su parte papá está perdonado [da una sonrisa de lado] no creo que allá arriba tengan wifi.

KAY: Fueron tiempos espeluznantes.

MARTÍN: Los sesenta fueron... grotescos.

NOA: Digamos que cuando tienes quince años cometes toda clase de estupideces y crees que con decir "soy joven, puedo hacer lo que se me venga en gana" lo justifica.

Lo importante no es no caer nunca sino saber incorporarse tras las caídas, porque de vez en cuando la vida nos envía al suelo. Puede ser en el trabajo, en el amor, en la salud... ¡Y cómo duele! Yo me caí demasiadas veces, inclusive más de las que me gustaría admitir, pero en todas me levante. Tarde, pero lo hice.

question...?; daisy jones & the six Donde viven las historias. Descúbrelo ahora