T3: Capítulo 51: Un Emotivo Reencuentro.

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A la mañana siguiente, en el hospital:

En una de las habitaciones del hospital, Eri se encontraba en la cama pintando con un libro para colorear. Estaba... tranquila al menos, no estaba feliz ni triste, pero si se sentía sola. Pero al menos era mejor que tener una fiebre que duro una semana completa o ser prácticamente torturada por casi toda su vida.

La única clase de compañía que recibía eran las enfermeras, doctores y Aizawa. En los primeros dos no tenían confianza al principio, pero al saber que no le harían daño, pues afortunadamente aprendió a tolerarlos, porque ellos le hacían exámenes simples para monitorear su salud y listo. Además, le brindaban comida, aun si no era muy deliciosa y sabia plana.

Cualquier cosa era mil veces mejor que ser usada y torturada como un animal para experimentos.

La única persona con la cual que tenía confianza era Shota Aizawa. Cuando lo vio por primera vez ella concluyo que debía ser alguna clase de héroe, ya que estaba vestido de una forma diferente a los empleados del hospital, sabiendo esto, decidió confiar en el a primera vista.

Después de todo, las personas que sacrificaron tanto por ella también eran héroes. En su mente inocente y gracias a la experiencia, supuso que todos los héroes eran buenos. ¿No?

...Ok, tal vez no. Pero Aizawa era lo que había y con gusto aceptaría su compañía. Además, que le explico que conocía personalmente a los estudiantes que la salvaron, incluso mostrándole una foto para probarlo.

Asi que sí, ella sabía estaba a salvo.

Él estuvo con ella desde que despertó, brindándole compañía cuando podía e incluso jugando juegos con ella. Incluso le traía comida ocasionalmente, la cual era mucho mejor que la del hospital. También se quedaba con ella cuando venían los doctores a revisarla en caso de que su Don se saliera de control.

Internamente, se encariño con él, incluso llamándolo Aiza.

Pero extrañaba terriblemente a sus héroes...

Esto se reflejaba en lo que pintaba, la cual era una familia de tres junto a unos dos tíos. Pintaba sus ropas de los colores verdes, anaranjados, marrones y amarillos con sus crayones. Esto lo hacía inconscientemente...

Suspiro, dibujando un corazón para finalizar.

Ella quería esto...

Quería ser amada...

Quería sonreír...

'Los extraño tanto...'

Poco sabia ella que pronto se le cumpliría su deseo.

Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar como tocaban la puerta junto a una voz familiar, llamando su atención.

"Eri, soy yo." Dijo el profesor asomándose. "Tienes visitantes."

El héroe abrió la puerta, revelando quienes estaban detrás de esta. Sus ojos se agrandaron al ver como unas personas muy familiares entraron en la habitación, uno de ellos con una canasta de manzanas.

"Hola Eri." Dijo el peliverde con una sonrisa gentil. "Me alegra verte de nuevo."

La pequeña no perdió el tiempo y bajo de la cama corriendo hacia el, envolviéndolo con un firme abrazo en sus piernas. Izuku se agacho y la abrazo, acariciando su espalda. Sonriendo, Ochako se agacho también junto a su novio, posando su mano en su cabello, instintivamente Eri se inclinó al tacto.

"Los... los extrañe mucho..." Susurro. "Pensé que no volvería a verlos."

"Oh Eri..." Dijo Ochako con pena, acariciando su cabello. "Lamentamos mucho que no pudimos visitarte más pronto."

El Poder Oculto: KIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora