CAOS [Verdades Ocultas] (BORRADOR)

Prólogo

《No hay nada》

《No hay nadie》

Repetía una y otra vez la atemorizada chica en su mente.

Caminaba a pasos rápidos a través de la penumbra de la noche, sus brazos envolviendo su delgado cuerpo como si así pudiera disipar todo el terror que corría por su sistema nervioso .El camino se veía eterno ante sus ojos, sentía que no avanzaba, que no llegaba, pero que alguien se acercaba.Giró su rostro por tercera vez en el camino y miró sobre su hombro, para comprobar lo mismo una vez más: no había nadie. Pero la chica no podía desaparecer la sensación que le retorcía el estómago y le pedía a gritos que corriera .

Siguió caminando, esta vez acelerando sus pasos. Podía notar que avanzaba, pero se demoraba más de lo normal en llegar a casa: su lugar seguro.

Un fuerte ruido interrumpió el pesado silencio que acompañaba la oscuridad. La chica se tensó, y giró completamente su cuerpo para encontrar el causante del estruendo: un gato.

Un pequeño gato de pelaje gris y profundos ojos verdes, la miraba fijamente a unos metros de ella. Junto a él, un contenedor de basura estaba tirado en el suelo, derramando su contenido .Debió ser el gato tratando de conseguir algo para alimentarse: pensó la chica. Ya más relajada, siguió su camino.

En unos pocos minutos logró llegar a su hogar, dentro de él, ya más relajada, se hizo consiente del palpitar frenético de su corazón y su pesada respiración .La chica aún consumida por la extraña  sensación, cerró puertas y ventanas de su casa con seguros, solo así podría sentirse segura.

Se dió una ducha caliente antes de dormir. Pero cuando envolvía una pequeña toalla alrededor de su cuerpo, un fuerte estruendo la espantó e hizo que la sensación de antes se apoderara nuevamente de ella, más asfixiante .

Salió del baño a pasos cautelosos, el ruido había provenido de la sala, como si algo de cristal se ubiese impactado contra una superficie sólida

Y así fue, al llegar a la sala, el florero favorito de su madre estaba destrozado sobre el suelo.Fue rápido hacia la cocina y tomó uno de los cuchillos del juego, recorrió su casa a pasos cautelosos sin encontrar nada.

Presa del pánico, se encerró en su habitación pasándole pestillo a la puerta.
En ese momento se dio cuenta del ardor que envolvía sus pies: pequeños fragmentos del florero se habían escructado en su piel, desgarrádola y haciéndola sangrar.

Fue hacia el baño nuevamente para lavar sus pies ensangrentados, pero paró en seco al observar el espejo enpañado a cusa del vapor del agua con la que se había bañado; en el había algo escrito: Te encontré

Y de pronto alguien encapuchado apareció detrás de ella, haciéndola gritar...

...Pero ya nadie podía escucharla...

                      

Esa mañana la chica despertó con el corazón acelerado y una respiración errática, dejando el espantoso sueño inconcluso: como todas las noches.