Capítulo 2 - prioridad

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Las puertas y ventanas fueron cerradas con llave, posteriormente fueron tapadas por tablas de madera, aunque estas no alcanzaron, el pelirrojo tuvo que improvisar y desarmar varios de los muebles de aquella casa. Su comodidad no importaba, la seguridad de sus hermanos sí.

—Seok… ¿Qué pasa allá afuera? —preguntó Jungkook algo asustado mientras sostenía la tabla, el silencio de su hermano mayor no le dio buen presentimiento

El pelinegro miró hacia donde estaba la niña, ella abrazaba un peluche de conejo al cual le hacía falta un ojo de botón y fue sustituido por una costura en forma de equis.

—¿Hoseok? —volvió a insistir en un susurro sin dejar de sostener aquello

—No sé cómo explicarlo… —colocó el clavo en una de las puntas y empezó a martillar —. Pero ya no es seguro —dijo al terminar

—¿Dónde está mami? —ambos hermanos miraron a la pequeña, se veía y estaba asustada —. No debimos cerrar la puerta, ¿Cómo entrará? —habló inocente, no tenía idea que su madre ahora estaba muerta

—Chae, mamá, tal vez no regresará —se acercó a ella y se arrodilló para tomarla de los hombros, la veía con mucho pesar —. Ella… se ha ido a encontrarse con papá —intentó ser sutil

—¿Se fue al cielo? —preguntó con asombro

—Sí, exacto —le sonrió para reconfortarla —. Pero ahora yo te voy a cuidar y te prometo que nada malo te pasará a ti y a Jungkook —miró a su hermano menor, quien salía de la habitación a paso lento —. ¿Confías en mí?

—Sí —le sonrió, mostrando su dentadura y el pequeño espacio que había a la par de su colmillo

Hoseok le dio su teléfono para que jugara mientras iba detrás del otro, quien en medio del pasillo se desplomó al suelo de rodillas, trataba de llorar en silencio. Con lo que dijo el mayor respecto a su madre fue suficiente para hacerlo sentir destrozado.

Claro que entendía lo que el otro quiso decir, la mujer que le dio la vida había muerto, ya nunca regresaría a verla o abrazarla, ¿Ahora qué haría con aquel dolor de su pérdida?

—Tranquilo… —llegó para abrazarlo por detrás, el pelinegro ante la primera oportunidad se dio la vuelta para apoyarse en el pecho ajeno y seguir ahogando su llanto

—¿Por qué ella? —empezó a negar con la cabeza —. De primero papá y Jiwoo en ese accidente, ahora mamá…

—Sé que duele, pero debemos de ser fuertes —lo separó un poco para verlo mientras lo tomaba de los brazos —. Todo lo que conocimos, la vida que tenías tú, Chae, yo, o más bien, todo el mundo, está por cambiar —limpió la lágrima que brotaba de su hermano menor —. Ahora somos sobrevivientes, mi prioridad ahora es protegerlos de lo que hay allá afuera

—¿Qué es lo hay qué le tienes tanto miedo? —lo miró, tenía miedo, muchísimo

—Por accidente creé un virus —bajó la mirada —. Buscaba la cura del cáncer para ayudar a las personas con esa enfermedad… pero algo alteró la fórmula haciendo que se vuelvan un peligro —cada palabra que decía iba ocasionando una sensación de punzada en su pecho por la culpa que le hacía sentir —. El único lugar seguro es este, ¿Entiendes?

—Sí… —dijo mientras se calmaba y terminaba de secar sus lágrimas

—Ahora ve a las habitaciones y reúne almohadas, colchas y lámparas, ¿Sí?

El pelinegro asintió haciendo que su hermano se levantara para depositar un beso en su cabeza y después darle una palmada en el hombro.

Hoseok bajó a la cocina para colocar algunos de los muebles que quedaron para bloquear la puerta, aunque ya estaban cerradas con llave y cubiertas de tablas de madera, quería asegurarlas más.

The Virus || Yoonseok - PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora