Aquella fue una comida extraña. Todos hablaban sin parar con esa excesiva amabilidad, tan característica en las personas que fingen.
De repente su abuela pidió silencio .
—Ha sido muy gratificante volver a verlos a todos ustedes, pero el verdadero propósito de mi visita era conocer a mi nieta pequeña y ya de paso... pedirle que se venga a vivir conmigo.
En ese momento, a Olise se le rompieron todos los esquemas. ¿Su abuela había venido a por ella?
El silencio de la habitación era tan tenso que podía haberse cortado con un cuchillo.
—Eso no puedo permitírtelo, Margaret—. August no alzó la voz en ningún momento, pero el tono cordial había desaparecido, dejando paso a uno más despectivo.
—Pero August, cariño, yo sí que dejé que mi hija se fuera contigo.— Respondió Margaret con una sonrisa pícara en sus labios.
—No es l...
—Iré contigo.— Habló la muchacha por primera vez desde que empezó esta convensación.
—¿Cómo?— El señor Blanc tenía los ojos fuera de sus órbitas.
—Ni siquiera me quieres. No sé por que te molestas en retenerme en esta casa. Estaré mejor en cualquier otro lugar que aquí, contigo.
—Si te vas no te dejaré volver.
—Está bien.
La mirada de el señor Blanc hubiera intimidado a cualquiera. Menos a Olise.
—Esperame aquí,voy a por mis cosas.
Margaret solo asintió con la cabeza.
No tardó mucho en volver, pues no tenía mucho que cojer. Cuando volvió ya estaban todos esperando en la puerta.
—Voy a echarte de menos—. Exclamó Penélope cuando la tuvo de frente. —Volveré a verte, ¿verdad?
—Claro que volverás a verme. Eres la única que merece la pena.
Penélope asintió.
Olivia seguía conmocionada e incapaz de decir nada. August se mantuvo impasible viendo como su hija se alejaba.
No hubo despedidas emotivas, ni llantos, ni abrazos. Un día estaba y al siguiente ya no.
Una vez en el coche de su abuela, soltó la pregunta que llevaba rondando por su cabeza desde que le había pedido que se fuera con ella.
—¿Por qué?
No hizo falta que dijera más.
—Lo sabrás cuando llegues.
Ninguna de las dos volvió a decir palabra alguna en todo el camino.
El olor agridulce se había intensificado a un nivel insoportable y cuando miró por la ventanilla, Olise observó como un cuerno graznaba al tiempo que alzaba al vuelo.
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La Otra tierras oscuras
FantasyErase una vez, tres niñas cualquiera, en un pueblo cualquiera, viviendo una vida cualquiera. Olivia era ordenada, obediente y sumisa. Era perfecta. Penélope era irresistible, hermosa y carismática. Era guapa. Olise era callada, fácil de olvidar, in...