☆% 📁#
🗯 suguru getō. ♡%okey antes de nada, quería dedicarle este
capítulo a keeishi , ¿razón? bueno realmente
no hay ninguna en especial,
simplemente quise dedicarle algo a este
bonito ser de luz (además de ser
quien me dio la sugerencia de
escribir sobre este hombre tan guapo).
aún te debo uno de megumi, i know,
PERO LA INSPO VA Y VIENE 😭
anyways, veki bello, solo decir que tqm y
gracias por todo,
espero que lo disfrutes <33
ahora sí, las advertencias de la historia
hay contenido OOC (out of character).
no hay presencia de nada
muy explícito.
muy leve mención de spoilers del arco del
recipiente estelar (me duele, me quema, me
lastima), pero será por encima y además,
serán levemente alterados para que no haya
nada más que un simple hecho canon del que
apenas hablaré, con lo cual, no hay peligro
alguno de spoilers.
debo decir que me apetecía hacer algo
nostálgico, aunque no sé si lo haya logrado.
btw, nada que ver, pero quizá haga segunda
parte del primer shot de sukuna :')
Lágrimas discurren por la nacarada y pálida tez femenina. El desgarrador llanto la ha abandonado hace tiempo, cuando los sollozos se convirtieron en desvaídos lamentos rotos que terminarían por destruir la poca entereza que le resta a sus ya dañadas cuerdas vocales. Sus ónices han adquirido un matiz bermejo enfermizo que contrasta con el demacrado rostro por la desazón y las angulosas sombras bajo sus irritados iris. El reflejo le devuelve la insustancial mirada; su mente está aturdida y sus enzarzados pensamientos le instigan un sofocante dolor de cabeza cada vez que las ponzoñosas reminiscencias se aúnan para hostigarle.Con la languidez mostrándose a lo largo de su semblante; abatido y de un pigmento alarmantemente cadavérico cuyo desaliento es absolutamente evidente, frota las palmas de sus manos contra su rostro para deshacer cualquier fragmento de su pesadumbre y volver a recostarse en el colchón donde yacía, moribunda. Está en su habitación; donde debería sentirse guarecida de su entorno, pero se siente tan endeble, insignificante y diminuta, que no se siente capaz de salir, ni siquiera cuando escucha unos quedos golpes repicando por la estancia.
La puerta cede finalmente, el estrepitoso sonido de las bisagras crujiendo advierte de ello, pero se mantiene inmóvil incluso cuando el lado izquierdo del colchón se hunde ligeramente y percibe una minúscula caricia en su cabello. El silencio que se ha prolongado entre ambos se rompe cuando un frágil lamento brota de su garganta.
—Él tiene razón. —admite, afligida—. Soy demasiado débil.—su voz tiembla. Su mirada perdida confluye en las ágatas que no se apartan de ella, convergiendo inconscientemente unos luceros con otros y exteriorizando la desventura y la trágica calamidad injustamente experimentadas en carne propia.
—No hagas caso a las palabras de ése estúpido.—la voz es severa, pero no lo suficiente para ocultar el tono de preocupación que alberga implícito bajo la oración previamente formulada. Su semblante se dulcifica tenuemente cuando sus pupilas reflejan una melancólica amargura de la cual es incapaz de desprenderse.
—¿Cómo puedes decir eso? Todo fue mi culpa. Me dejé llevar y eso nos llevó al fracaso completo de la misión...—susurra, con la voz rota. Getō suspira con tribulación.
—La misión era de los tres, Eri. No solo tuya. —recuerda con inquietud. La pesadumbre vuelve a dominar el ambiente entre ambos, cada uno sumergido en sus propios mortificantes pensamientos, injuriando sus reminiscencias y apoderándose de cualquier brizna de dicha que les resulte liberación. Se detiene. Prefiere dejar de hablar; sabe que no hay palabra alguna que pueda sanar con dádivas, ni hacer que deriven en un bálsamo anímico para su lastimada alma. Su latente corazón arremete con frenesí contra su pecho al sentir el suave contacto de la mano contraria recorrer una de sus mejillas con sutileza. La chica se inclina reaccionando al contacto, deseando cercar la distancia que les compele a mantenerse lejanos. Desliza con mansedumbre las yemas por el apolíneo rostro, discurriendo por la acendrada piel, generando un único suspiro de alivio. Cierra los ojos, deleitándose en silencio con las caricias propiciadas por él.
—Gracias.—con sus demonios ahuyentados momentáneamente, mantiene una expresión neutra. Sonríe. Su estado anímico ahora es tan imperturbable que Suguru no obtiene una reacción suya cuando proporciona un ósculo en su frente. Sus músculos, aunque destensados, sí consiguen una respuesta ante el estímulo. Su dermis se eriza violentamente. Los pálpitos logran serenarse, bombeando sangre al armónico ritmo del periplo de sus respiraciones. Realiza un amago de separarse, romper la tortuosa cercanía que los sostiene, mas se lo impide la silenciosa súplica que reflejan los fulgurantes ónices carbónicos, volviendo a inclinarse sobre el colchón, esta vez arropando con sus brazos a la joven.
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𝒜𝑅𝐸 𝒴𝒪𝒰 𝐿𝒪𝒩𝐸𝒮𝒪𝑀𝐸 𝒯𝒪𝒩𝐼𝒢𝐻𝒯? ✷ JUJUTSU KAISEN.
Fanfiction𝗔𝗥𝗘 𝗬𝗢𝗨 𝗟𝗢𝗡𝗘𝗦𝗢𝗠𝗘 𝗧𝗢𝗡𝗜𝗚𝗛𝗧 MANJICY x JJK ; 2O24 © [ 呪術師 ] ━ jujutsu kaisen.