Prólogo

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La pareja Mickel Conson y April Stone han tenido una bebé. Ella era hermosa, con cabello marrón claro como el de su madre, y ojos ceniza como los de su padre. Esta chica,
-de nombre Selena Conson-, trajo mucha felicidad a su alrededor, cuando nació, todo el mundo acudía a la casa de esta familia, el señor Conson trabajaba como empresario en una de las empresas más famosas de su país, por lo que conocía a muchas personas.

Todo iba perfecto, al cumplir los tres años, Mickel y April celebraban el cumpleaños de su querida hija, cada vez que habían celebrado su cumpleaños siempre había algún que otro invitado que acudía sin invitación, ya que algunos eran amigos de los amigos de Mickel.

En la celebración del cuarto cumpleaños de Selena, acudió un señor de barba oscura, con ropajes oscuros y un sombrero oscuro también. Al llegar la noche, Mickel y April comenzaron a beber con todos los invitados copas y copas sin cesar, habían dejado a Selena durmiendo arriba en su habitación.
El señor sospechoso de barba oscura con sombrero subió las escaleras arriba, pero Mickel y April estaban demasiado borrachos como para darse cuenta de tal suceso.

Al llegar arriba el señor oscuro empezó a rebuscar en busca de joyas, cosas preciadas y dinero, ya que uno de los amigos del señor Conson le había explicado que era millonario.

Al no encontrar nada se enfureció mucho ¡¿cómo no van a tener nada de valor por aquí?!- pensó.

Pero enseguida comenzó a escuchar los débiles suspiros de un bebé que provenían de la habitación de la pareja.
Al acercarse, asomó la cabeza por la cuna de la bebé, y, como no encontró nada mejor por la zona, decidió escaparse por la ventana de la habitación, llevándose consigo a la bebé, a la cual le puso tranquilizante para que no emitiera gritos ni sollozos.

A la mañana siguiente, April y Mickel se asustaron mucho, la bebé no estaba en su cuna. Comenzaron a poner carteles por toda la ciudad, a llamar a todos sus conocidos para que les ayudasen a buscar, pero de nada servía, el señor oscuro se la había llevado esa misma noche a un campo a las afueras de la ciudad, y allí mismo, sin ningún tipo de crueldad ni nostalgia, acabó con la vida de la bebé, y detrás de ella, con la suya.

EL DEMONIO DE MI ÁTICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora