Hola Desconocido

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-¡Lo sé!... Dile al jefe que me espere.

Fueron las primeras palabras que oyó Dazai al momento de abrir la puerta de su habitación 511 del Hotel Rolex, para salir al pasillo.

"Wow, no debería correr por aquí o podría accidentarse" pensó antes de ver caer un objeto del bolsillo de un chico que medía alrededor de 1,60 mt, vestido con un atuendo formal de color negro, gracias al cual destacaba una peculiar coleta ondulada color anaranjado de dudosa naturalidad.

-¡Hey! Se te cayó -- Oh ya se fué -murmuró al momento de recoger lo que era una tarjeta de habitación.

"Habitación 513... ¿No se supone que Atsushi reservó el piso completo?" Pensó extrañado.

-Una empresa de Investigación Científica de Medicina ya tenía cuatro habitaciones reservadas. Creí que una persona que trabaja en esa área no sería un problema. ¿Ocurrió algo?

-No, está bien. No creo que filtre información.


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-¡¿Dónde está?! ¡Maldición!... Aló Aku, ¿viste mi tarjeta? La cogí antes de salir, pero...

-Hola, ¿buscas esto? -preguntó Dazai usando una mascarilla azabache al salir de su habitación con el objeto en su mano.

-¡Oh! Es esta. Gracias... Eh.... -dijo feliz cortando la llamada abruptamente.

-Solo dime Dazai -"me alegro que no me reconozca" pensó.

-Gracias de nuevo, Dazai -Sonrió.

"Su sonrisa es linda" pensó enseguida -De nada, Chuuya. -Ingresó nuevamente a su habitación, cerrando rápidamente la puerta. No tenía tiempo que perder, pues su trabajo era exigente.

-¿Cómo sabes...? -Se respondió a sí mismo leyendo la tarjeta con su nombre y número de habitación. "Oh, somos vecinos..."

Al ingresar al hotel, del lado izquierdo, se encontraba, al fondo, el reconocido bar The Premier Lounge, donde podías beber desde agua purificada hasta un vaso de whisky Dalmore Selene valorado en 16.900 dólares. Las paredes de ladrillos expuestos le aportaban un toque de fineza, que, junto a la madera caoba, demostraban porqué era el más lujoso de la ciudad.

-Jaja, sí también me gusta esa película -respondía Chuuya al barman con quién, al estar solos, iniciaron una conversación espontánea.

-Mi favorita es... -habló mesurando su risa cuando una persona se sentó a su lado y reconoció su voz, aunque ahora usaba una chaqueta con capucha que no permitía verlo claramente.

-Dame un vaso de Rusty Nail.

-Hola. -Saludó mostrando la misma sonrisa amistosa de antes -. Me salvaste, Daz-

-¡Agrégale más hielo! -gritó el alto al barman, quien recién buscaba los ingredientes. Luego miró a su lado e hizo un gesto para ir a hablar a solas. El chico bajo entendió y lo siguió. A unos cinco metros, alejados de la mesa del bar, se detuvieron cerca de la pared de ladrillos expuestos.

-Si la gente sabe que estoy aquí, puede que se forme un escándalo. Prefiero no dar más explicaciones. ¿Puedes ayudarme con eso?

-... Sí, claro. -El pequeño tenía muchas dudas, pero si no implicaban problemas en su vida, le daba igual.

-Aquí tiene. -Le entregó el barman su trago un tanto cargado.

-Gracias -dijo para luego entablar una alegre conversación con el pequeño, haciendo que este dejara totalmente atrás la anterior.

Una hora después, Chuuya y Dazai se fueron juntos a sus respectivas habitaciones.

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