El diario de Ziggy Katz

"Adiós Hamilton"

Querido diario.

Han pasado demasiados acontecimientos en estos meses que apenas he tenido tiempo de poder escribir. Okay, vamos a empezar para que nadie le dé un derrame cerebral durante el proceso.

Empiezo con los días antes de la graduación. Jackie no dejaba de pasear su amor por todo el instituto. Al verlos me dieron ganas de vomitar. Sin embargo, ocultaba mis celos hablando con ellos. ¡Tara lift! Cuando en realidad quería decirles ¡Vuestro amor me da diabetes!

Pasaron los días y llegó el momento de la graduación. ¡Oh, lift! Todo el instituto estaba congregado en un mismo lugar incluido los padres presentes, quienes observaban cómo nos daban el diploma y nos lanzaban al mundo de los adultos.

¡Tara lift! Lo peor era mi madre, quien no dejaba de engañar a todos elogiándome. A pesar de que detesta la música que toco porque sus delicados oídos prefieren oír a un montón de blancos ricos pedantes.

¡Con el diploma en mano dije:! ¡Adiós Hamilton! De pronto me entró la nostalgia de no pisar aquel lugar, de dejar atrás todo, y hacerse adulto para tomar decisiones cruciales en la vida.

¡Oh, ift! La compañía de Kyle fue grata, nos divertimos mucho en la after-party de graduación. Todos los alumnos de Hamilton se encontraban allá, incluida la novia de Jackie.

Miento, no estaba feliz de estar allí, pero Kyle me ayudó en parte a divertirme y tomar una copa de más. No suelo beber, ni mucho menos fumar, prefiero mantenerme lejos de eso.

Aunque hice una excepción y acabé algo borracho. Bebí más de la cuenta y al final de la noche terminé besando a una chica en la fiesta. No me acuerdo su nombre, estaba ebrio para recordarlo.

Fue cool, lo admito, me reí mucho. Olvidé por un momento que esa gente me había puesto los ojos en blanco cuando canté mi canción de Alumni Alone.

Resulta que he descubierto que estando borracho les caigo bien, a pesar de que no dejaba de ser sarcástico con mi humor un tanto peculiar.

Ok. A la mañana siguiente desperté con una terrible resaca.

Lo más gracioso es que no estaba en mi casa, sino en la fiesta.

Así que puse la mejor excusa de todas como «¡Hey! Mierda, he olvidado que tenía una transmisión en vivo. Ya saben que tengo 20.000 seguidores y no les puedo hacer esperar en mi plataforma HiHat, donde soy validado con estrellas y todo. ¡Ok!, bien Oh, lift, pues hasta mañana.»

Así que regresé a casa con un horrible dolor de cabeza. Ya podéis imaginar lo que me dijo mi madre al aparecer por la puerta. ¡Oh, lift!

Luego a la tarde quedé en casa de Jackie que no paraba de hablar de su novia, esto lo otro, mientras yo intentaba explicarle lo que me había pasado.

Al fin, me escucho. No dejaba de reír a carcajadas por mi mala suerte ¡Que te jodan, Jackie! Le grité, y empezamos a pelear por motivos suficientes.

Jamás había golpeado algo con tanta rabia. Jackie en lugar de devolverlo me beso. ¡Oh, lift!

¡No me jodas, te odio! ¿Qué mierda te pasa tío? ¿A qué estás jugando? Ganas tenía que pegarle, en lugar de eso me quedé petrificado con el puño en alto sin decir nada.

Fue entonces cuando volvimos a besarnos con una intensidad que yo mismo me sorprendí. ¡Oh, lift!

Fuimos a más y empezamos a quitarnos la ropa como desesperados por experimentar. Lo admito, tenía miedo al principio. A pesar de una erección en los pantalones y Jackie también, le dije: «¡Tío! Tienes la polla tiesa y solo te he besado.»

Cuando se puso encima sentía su dureza apretar mi entrepierna. Y por un momento, sin darme tiempo a reaccionar, él terminó metiendo su mano en mi pantalón y empezó a acariciarme el pene.

Sentía la sangre fluir a través de mi erección. No dejaba de gemir, de retorcerme, quería más. «Ziggy está gimiendo como un gatito»

Ya había estado con ambos sexo. Era lo que se podría dominar, un bi curioso con ansias de ser reconocido. Nunca he llegado tan lejos, como mucho, besos, mamadas, nada de penetraciones.

Al verle así, decidí hacerlo y le dije «Oh, mierda. Esto es incómodo, pero quiero que seas el primero que me folle por detrás»

Jackie fue cuidadosa, no se rio por no tener tanta experiencia. No sé cómo acabé cediendo y él me empezó a lamer el culo... ¡Oh, lift! Pensé ¿Que dirían mis seguidores si me vieran así?

Los gemidos resonaban en su habitación junto a los ruidos obscenos que provocaba con su lengua y dedos.

Entonces pasó, me penetró y fue lo más doloroso que podría experimentar al principio.

¡Oh, lift! Tiraba de mi cabello ante cada embestida profunda a mi interior: Cerré los ojos con fuerza al notar como el placer invadía todos mis sentidos hasta que comencé a eyacular sobre la cama. Fueron las propias contracciones de mi culo lo que obligó a Jackie a venirse en mi interior.

Al darme la vuelta tiré de su cabello rizado atrás «Ni se te ocurra decirle a nadie lo que acaba de pasar» le advertí mientras que él me suplicaba que le follara.

Me puse encima de él dominando a la fiera de Jackie que minutos antes se había venido en mi culo. Separé sus piernas e introduje mi lengua en su orificio anal. Su sabor era fuerte tanto como el sudor. Le chupé el agujero, hizo que gimiera con cada lengüetazo que recibía por mi parte.

Le penetré mis dedos dentro de él que sentía como se resbalaba por mi propia saliva. No dejaba de decir mi nombre «Ziggy, fóllame» desesperado.

Así que no hice esperar a mi amigo y se la metí de una sola embestida soltando un ronco gemido. Noté la presión, la calidez, rodear mi pene dentro de él

Comencé a follármelo con rápidos movimientos sin darle descanso alguno, un empuje tras otro que terminé viniéndome dentro de su culo.

Volví a arremeter follando mi propia corrida hasta que Jackie acabó eyaculando.

No sé qué nos llevó a hacerlo, tal vez fuese la rabia, la confusión de la noche anterior. O las dos cosas, pero ese día lo recordaría como la primera vez que dejé que alguien me penetrara.

Jackie no dijo nada a su novia, y yo tampoco, era nuestro pequeño secreto. No volvimos a hacerlo, luego de ese día seguíamos siendo amigos pero más íntimos que antes.

Quería que fuera él quien me buscara, se diera cuenta de lo valioso que era en el fondo. Seguí con mi vida dando lo mejor de mí a mis 20.000 seguidores de HiHat a los que aprecio mucho.

También compré algunas cosas que necesitaban para mis transmisiones, como un teclado nuevo, micro, y la última Strat, una belleza sin igual junto a un software con miles de idiomas de traducción para así llegar a más personas en el mundo y poder comunicarme con ellos.

A quien no parecía gustarle mucho era a mi madre. Sin embargo, llegué a un acuerdo con ella para hacer más arreglos en Spruce Haven (El centro de violencia doméstica.)

También tuve noticias de Kyle que había encontrado un trabajo en un taller y ejercía de mecánico para así poder sacar a su madre del refugio y mudarse a otra parte. Incluso me llegó a decir que quería marcharse a New York y poner su propio taller. Pensé ¿Por qué no me mudo con Kyle? Podría ser mi oportunidad para ser músico y poder tocar en los lugares más concurridos de la gran manzana.

Siempre he querido salir de Indiana y hacerme rico con mi música porque es a través de ella, sacó mi parte más creativa.

ZK