Diario de Ziggy Katz
Querido diario.
Oh, lift. Ok. Me siento como si una apisonadora me hubiera pasado por encima y después hubiera dado marcha atrás para asegurarse de que pareciera como unos de esos Stickers que vende en Amazon.
Así como mis esperanzas de estar con alguien como Lila: reducidas a polvo cósmico en menos de cinco segundos.
Mierda. Esto se siente como si te hubieran extirpado el riñón sin anestesia y la hubieran lazado directamente a una trituradora industrial.
Oh, lift. Ok. Todo es una mierda, una jodida bola de mierda en llamas que te explota en la cara, y tú ahí, espirando el olor como si eso fuera normal. Spolier: no lo es.
Tara, ahora mismo, suena música clásica a todo volumen en casa. Gracias, madre. Nada como un poco de Mozart a 200 decibelios para completar la experiencia.
A ver si puedes ganarle a The Beatles. ¡Dale, mamá! ¡Vamos a un duelo musical! ¡Jódete, mamá!
¿Queréis saber como me fue esta semana? Terrible. Terrible. Terrible. Tara, a nivel apocalipsis emocional. Jackie me invitó a su casa porque sus padres estaban de viaje de negocios. Qué original.
Acepté sin pensarlo. Oh, lift. Fue entonces cuando sentí una necesidad visceral, casi espiritual, de lanzar a Jackie por la ventana. Con amor, claro. Al llegar me crucé con un chico de la misma uni llamado Kyle.
Jackie apareció con un arsenal de alcohol. Yo pasé. No me gusta beber ni fumar ni convertirme en una caricatura de mí mismo. Así que tomé una Coca-Cola como un caballero decente en medio de la barbarie.
Aquello era un horno gigantesco. Estudiantes sudorosos, hablando, gritando. Yo intenté hablar con Kyle mientras él absorbía un J&B como una esponja. Le conté que tenía más de 20.000 seguidores en HiHat, que estoy validado, que me pagan por decirles cualquier cosa a desconocidos. Básicamente, soy una celebridad menor con talento real. ¿Alguien dijo prodigio incomprendido?
Kyle murmuró algo entre trago y trago, y justo cuando parecía que me iba a responder, me vomitó encima. En la sudadera. La lila. Mi favorita. Gracias, Kyle. Que detalle por tu parte. Ya he cenado, por cierto.
La gente se reía. Claro que sí. Comedía gratuita cortesía de un freak con sudadera manchada de vómito. Jackie se reía. Le grité: "Qué te jodan, Jackie. A ti y a tu jodida fiesta de catástrofes."
Me fui a limpiar el vómito. Kyle me siguió. Se sentía mal. Empezó a contarme que su padre golpeaba a su madre. Genial. ¿Ahora soy el terapeuta del borracho que me usó de cubo de basura?
Él entró al baño y me ayudó a limpiarme con una toalla húmeda. Supongo que eso cuenta como un gesto de paz. O penitencia.
Le miré. Me sentí raro. Como si de repente estuviera viendo a un ser humano y no solo a un vómito con patas. No entendí por qué era tan amable conmigo. Le dije gracias. De verdad lo dije. Y me largué.
Al llegar a casa, mamá estaba en el sofá con una copa de vino. Me miró, olfateó el desastre. "Ziggy, ¿qué demonios ha pasado? ¿Hueles a vómito? ¿Estuviste bebiendo? ¿Vas a llorar? Vamos. Suéltalo. Sabes que es mejor afuera que adentro.
Y le solté. Me puse a llorar. Como un idiota. No recuerdo la última vez que lloré frente a mi madre. O la última vez que ella fingió ser una madre. No dijo nada. Solo... se quedó ahí. Como si se esforzara en consolarme.
Luego subí a mi habitación. Pensé en Kyle. En lo que me dijo de su padre. En los gritos, los golpes, el olor a alcohol. Saqué mi libreta. Escribí una canción. Sobre un padre que llega borracho del trabajo y golpea a su esposa, a su hijo. No es sutil. Pero es honesta.
Me di una ducha rápida, me puse el pijama. Pensé: "Esto es bueno. Joder. Puedo que sea la canción más adulta que he escrito. Y no apesta"

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El diario de Ziggy Katz
Fiksi PenggemarZiggy decide empezar un diario para así desahogarse tras haber sido rechazado por Lila.