-2-

189 58 1
                                    

—ESA NOCHE—


Yoon Woo.

1 AÑO ANTES.

Y la cargué, como un saco de papas. Ella chilló por la sorpresa. Había preguntado y ya sabía quien era gracias al staff, pregunté cuando me provocó la caída y el bochorno en público.

  No era problema llevármela a mi habitación porque también era huésped del hotel.

  A mi nadie va a osar hacerme eso otra vez, y menos ella. Creo que lo que colmó mi paciencia; que no es mucha, fue lo de la sección de fotos individual. Le quedó bien eso y para su suete nadie se interpuso, como si todos en la sala me odiaran.

  Pasé la tarjeta para entrar en mi suite. Como la chica notó que no tenía fuerzas para soltarse ahora despotricaba obsenidades, pero yo solo la ignoraba mientras me adentraba a la habitación.

  Mi hombría latia a cada segundo. Tener su hermoso culo tan cerca de mi cara me daban ganas de errrollarme ahí mismo con ella.

  Realmente a primera vista me encantó, porque tiene un culo enorme, también unos ojos preciosos, color miel y expresivos. Se como soy, me conozco, le hablé de ese modo con un propósito y lo he conseguido. Es mi forma de amarrarlas. Siempre funciona y mi físico ayuda.

— Suéltame maldito troglodita —masculló.

— A callar. —zanjé.

  Quité mis zapatos con rapidez, mientras caminaba hasta mi habitación y la tiré a la cama.

  Cerré la puerta detrás de mi y la miré. Ella se levantó, la ropa se le había arrugado un poco y su pelo estaba algo despeinado. Se le veía sexy en cierto modo.

  Aclarar; ella solo me gustó, no es que me enamoré a primera vista ni nada de esa mierda. Yo no sirvo para eso.

  — ¿Qué pretendes hacer? —preguntó con el entrecejo hundido.

  — Ya te lo dije. —hablé y quité la chaqueta de mezclilla de mis hombros.

   Miró mi abdomen y trago saliva.

  — ¿Qué?..No.

  — Si. —dije acercándome a su cuerpo— Te dije que te follaría.

  — Tú. —Me señaló con sus dedo índice. — No harás..—Y su hablar se detuvo, porque me quité el jean junto con los bóxers, de una. Sin pensarlo demasiado.

   Miró mi miembro erecto.

  — Una preciosidad ¿verdad? —dije orgulloso de mi hombría.

  — Yo.. —Me miró a los ojos,los suyos eran similares a los de un cordero indefenso.

  — No eres virgen ¿o si? —Pregunté intntando de ser "medio caballero". De todas formas no había vuelta atrás.

  — No, no lo soy. —contestó haciendo una mueca de incomodidad.

  Asentí y la dejé ahí por unos instantes para acercarme al closet y agarrar una de mis corbatas, que había acomodado ahí perfectamente para la estancia de ese mes, agarré una al azar y volví a quedar frente a ella.

 © MODEL {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora