Ciro y el comienzo de su travesia

4 0 0
                                    

En un rincón sombreado del hermoso jardín de Rosalía, un pequeño caracol llamado Ciro se despertó con el dulce aroma de las flores. Ciro era un caracolito de jardín común y corriente, que vivía en la encantadora zona boscosa de Arborville. Con su caparazón en forma de espiral y sus ojitos grandes, era conocido por ser curioso y amigable.

Ciro se arrastró por el césped mojado y al pasar junto a un arbusto, vio en la cima una hojita verde brillante, algo en su interior despertó. Tuvo un deseo fuerte de probar esa hojit. Su pancita se revolvió y empezó a salivar. Era como si la hoja tuviera un imán que lo atraía mucho.

Sin embargo, había un problema: la hoja estaba en lo alto de un arbusto, fuera del alcance de Ciro. Aunque no era muy rápido, Ciro estaba decidido a lograr su deseo. No iba a descansar hasta cumplirlo.

Ciro empezó a subir lentamente por el tallo del arbusto, usando su vista aguda para evitar cualquier obstáculo en el camino. Con cada paso, su corazón latía fuerte. Cada movimiento lo acercaba más a su objetivo.

Finalmente, después de mucho esfuerzo, Ciro llegó al borde de la hoja. La miró extasiado, era suave y verde. Pero su alegría se desvaneció rápidamente cuando se dio cuenta de que no podía alcanzarla. La hoja estaba justo fuera de su alcance.

Ciro se sintió desanimado por un momento, pero su espíritu luchador lo animó a buscar una solución. Sabía que no podía darse por vencido. Aunque estaba frustrado, decidió que encontraría la forma de llegar a esa hoja y satisfacer su deseo.

Con determinación renovada, Ciro se deslizó hacia abajo y empezó a pensar en un plan. Estaba decidido a superar cualquier obstáculo y encontrar una manera ingeniosa de llegar a la hoja que tanto anhelaba. Y así, la aventura de Ciro, el caracolito hambriento, apenas comenzaba.

Las aventuras de CiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora