Y entonces
Me encontré mirando el suelo terroso, me encontré mirando el lugar por donde mis pies corriendo se dirigían a ti.
Me encontré imaginando lo que pudo pasar y no sucedió.
Me encontré sintiendo impotencia por no poder ir tras de ti.
Me encontré conmigo misma, con tristeza, con decepción, preocupación, y demás emociones que me ahogaban en el mar que llevaba dentro de mí . Me encontré a mí misma, y me abracé, porque llevaba meses sintiéndome así, y nadie me envolvía en sus brazos como tú, curando las heridas causadas.
Entonces lo pensé mucho. Sobrepensé todo lo que quería, sobrepensé lo que no iba a suceder, lo que sucedió y lo que faltó por suceder.
En tus ojos miraba el mar, en tus ojos miraba todo el amor que sentías, pero no el suficiente para que te quedaras.
Sentía en mi pecho una grieta, una herida abierta con miles de pedazos delgados que se enterraban cada vez mas, volviéndome más humana, más fuerte, y haciendo crecer el enojo que llevaba dentro. Me di cuenta que llevaba mucho tiempo enojada con la vida. Tan molesta con la vida porque me alejaba de donde sabía que no podría quedarme jamás.
Siempre lo supe, siempre supe que no eras para mí. Que tu alma y la mía podían conectar, pero no establecerse. Y no me importó, porque quería estar contigo incluso aunque fueran 5 minutos, 5 segundos o 5 mil horas.
Y entonces me di cuenta que todo este tiempo siempre te quise, pero nunca acepté la verdad, el elefante en la habitación.Miro el suelo terroso, las luces iluminando el camino, mis lágrimas volviendo a opacar mi vista, el mundo girando a mi alrededor, y yo, yo estaba renaciendo de entre las cenizas, porque no me quedó de otra más que agarrar fuertemente mi cabeza entre mis dos manos para no perderla.
El cansancio inunda mi cuerpo. No recuerdo haber tenido un descanso en los últimos dos meses. Siempre ocupando mi mente, cuerpo y alma para no perderme y ahogarme en el mar que llevaba dentro. Me duelen los hombros, la cintura y me duele el corazón. Pero me calma el saber que sólo así volveré a ser yo. A enfocarme, porque cuando desenfoco mi vista y mi mente, en ella llegas tú. Llegas de la nada, llegas de la todo, llegas con una fuerza impresionante, llegas con tantas emociones que quema. Y me enoja, porque estoy segura que tú no me dedicas ni la mitad de tiempo en tus pensamientos. Que prefieres pensar en cualquier cosa que pensar en mi ser, y me da envidia, porque yo quisiera ser así. Yo quiero ser la que no siente nada, la que no busca nada, la que no llora nada, la que nada.
Pero simplemente no, porque soy la que todo.
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Cóseme | Martín Vargas
TienerfictieIncluso en tiempos y espacios diferentes, mi amor siempre romperá por ti.