•°One shots°• || Miles Morales x Fem! Reader

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"Tu misterioso alguien"
"Lloran mis muñecas"
"Jobless Monday"

TW: suicidio.

____:

Hace ya más de 3 años que yo y Miles vivimos juntos, al principio me sentía feliz, pero los últimos meses es raro, cansado, hasta triste.

No me mal entiendan, yo amo a Miles y podría hacer cualquier cosa por él, pero desde que Gwen volvió no han pasado cosas muy buenas.

Aunque quiero mucho a Gwen, me es inevitable sentir celos de ella siempre que está con Miles. Se ríen juntos, hacen bromas, juegan, cantan, escuchan música, parece que ellos son la pareja y yo soy la amiga que va de mal tercio.

—Miles... Miles... ¡Miles!...
—Dime linda.
—Voy a ir a la tienda, vuelvo en un rato.
Dije con una sonrisa melancólica.
—Ok, te veo luego.
Eso era raro, Miles no solía dejarme salir sola, se preocupaba bastante por mí y quería pasar tiempo en pareja, pero ahora simplemente está en su celular o haciendo otras cosas. Intenté no prestarle atención.
—Está bien Miles.. te quiero.
Me despedí para darle un beso en la mejilla, el cual se limpió en cuanto crucé el umbral de la puerta.

¿Será que hice algo mal como novia? Quizá le fallé en algo o hice algo que le disgustó... ¿o será que...? No, Miles no puede estar con otra persona, él es leal, o bueno... supongo que lo es.

Llegué de la tienda y lo primero que vi fue a los mimos 6 amigos de siempre: Noir, Peni, Peter, Ham, Miles, y por supuesto: Gwen. Tenía ganas de llorar desde que salí de casa y pensaba hacerlo llegando de vuelta, pero los planes me fallaron al tener a tanta spider-gente ahí.

Yo solo los observaba reír y contar anécdotas, en especial Miles, que tenía mucho que contar. Gwen ponía las manos en su espalda, hombros, regazo, en su cabello...

Una ola de pensamientos negativos vinieron a mí junto con recuerdos pasados.

Flash back:

—La verdad es que no creo ser tan bonita como las demás, no lo sé.
—Vamos chica, no digas tonterías. Eres linda, inteligente, con talento, y además, con un buen cuerpo.

Desde que tengo memoria siempre tuve un complejo con mi cuerpo, lo que me llevó a la bulimia años después, de la cuál a muy duras penas pude salir. Y ahora, ver a Miles con una chica tan linda como lo es Gwen, simplemente me hacía volver a esos días en los que no podía dejar de compararme con las demás chicas del instituto. Pero Gwen no tenía la culpa, ella no sabía nada de mis sentimientos.

Cada noche, esperaba hasta cierta hora y empezaba a llorar en silencio escuchando música:

"Él sólo me ama cuando hay una promesa que tiene que romper, oh, extraño cuando nos conocimos por primera vez, el aún no me conocía bien."

Yo no hacía más que preguntarme: ¿dónde está el antiguo Miles que me mimaba y decía que me amaba?

A este punto ya no podía ni abrazarlo, se movía cada vez que lo hacía.

Y parecía no importarle, seguía pegado al teléfono haciendo llamadas todo el día. Cuando le preguntaba con quién estaba hablando, él solo respondía: "Alguien" y yo pensaba: "¿pero quién?"

Y yo me dí cuenta de que yo ya no era la niña que él solía amar, ya ni siquiera era su novia, solo era alguien con quien compartía vivienda.

"¿Quién es tu nuevo amor, tu nueva ocupación, tu misterioso <<alguien>>? ¿A quién has ocultado todo este tiempo para no matarme?"

La gota que derramó el vaso fue cuando ví a Miles y Gwen volver de un paseo, tomados por el meñique. Yo estaba esperando a Miles en la puerta, mis ojos se llenaron de lágrimas al ver la escena. Mis ojos... los que a Miles solían gustarle...

Flashback:
—Tienes unos ojos preciosos.
Dijo para luego darme un beso en los párpados.
—¿Por qué te gustan tanto?
—Son grandes, curiosos, llenos de vida e inocencia...

Miré a los dos con unos ojos que reflejaban incomodidad.

—Miles, pasa porfavor...
Él entró a la casa y Gwen se quedó afuera.
—¿Qué pasó? ¿Qué tienes, bonita?
—Miles... sé que te gusta Gwen, por favor, no lo ocultes más...
—¿Qué dices? Por supuesto que no me gusta, solo es...
—Una amiga, ajá claro. Miles, la tomas de la mano, dejas que te toque el cabello, mides tus manos con las de ella, parece que yo soy el mal tercio en la relación, aveces pienso que parezco más a una hermana. Miles, por favor ya no finjas, no te va a llevar a ningún lado, no soy tan tonta...
—Bien, sí.. me gusta Gwen, creo que me gustó desde siempre...
—¿Entonces todo fue mentira? Los regalos, los besos, los apodos...
—No del todo.. creo... creo que sólo te decía y hacía contigo lo que quería hacer con Gwen...

"¿Quién es tu seductor, tu rey y tu peón? ¿Quién ocupa el lugar que siempre ocupé yo?..."

Resistí las ganas de llorar, le di un beso en cada mejilla y uno en la boca, como lo hacía antes. Él solo me dió un beso en la frente.

Salí y ví que Gwen no se había ido, le sonreí y me acerqué a ella.

—____, yo...
—No te preocupes, Gwen—dije con una sonrisa sosteniendo ambas de sus manos.— Ahora es todo tuyo, pueden hacer lo que siempre quisieron y ser felices sin nada ni nadie en su camino.—le dí un beso en la mejilla, me quité la cadenita que me dió Miles por nuestro aniversario y se la puse.—toma, seguro él quiere que tú la tengas.
—¿Me odias ahora, ____?
—¿Cómo podría hacerlo? Eres la mejor amiga que he tenido.
Le confesé dándole un abrazo, lágrimas rodaron por sus mejillas, oscureciendo sus lindos ojos azules.
—Perdóname...
—Está bien, uno no decide quién le gusta.

Me alejé del lugar, soltando lágrimas de tristeza, casi sollozando.

Omnisciente:

La joven se mudó a un pequeño apartamento semanas después, pudo sobrellevar su dolor por unos meses, pero al 5to mes...

(...)
La joven se encontraba metida en un ataúd, ¿razón de muerte? Atentado contra su propia vida. Cuando su hermana la descubrió, era demasiado tarde, ella yacía en el piso, sin pulso y con una leve sonrisa en su cara; parecía estar dormida.

"Cariño, no soportó estar sin ti, pero parece que tú sí..."

Miles no tuvo el valor de ir y presentarse al funeral, pues de alguna u otra manera sabía que había tenido que ver en este crimen.

"Lloran mis muñecas, lloran. Hilos rojos de mi corazón, poco a poco me vacío de la sangre que te amó. Lloran mis muñecas lloran. Hilos rojos escurriendo a mis pies que van volviéndose listones de un manto rojo en el que dormiré. Y solo dejan de llorar mis muñecas cuando ya no pienso en ti..."