Pretty and Rich

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Mi primer día en Corea después de estar meses fuera y no habían pasado ni cinco minutos de comenzar la cena cuando ya había tenido una discusión de mierda con mi padre.

Estaba harta de que tratara de inmiscuirse en lo que hacía con mi vida y también de sus comparaciones repentinas.

Porque para él, yo no era lo suficientemente buena ni convicente para ser su sucesora y menos siendo una mujer.

Sus palabras, no las mías.

Además de todo, no dejaba de mencionar que su mayor rival de negocios tenía la mejor opción como sucesor porque su hijo era todo lo que los inversores deseaban ver en un heredero.

Un chico con una buena apariencia, estilo elegante, aficionado a los deportes como el golf y surf, con pasatiempos como coleccionar autos y tocar el piano pero con un coeficiente lo suficientemente alto como para estar en el último año de negocios.

Ah y sobre todo, era hombre.

En pocas palabras me había dicho que no era nadie al lado de ese chico. Como si fuese verdad y como si me importara.

Si dependiera de mi nunca me haría cargo del Conglomerado de mis padres. Solo que ese era el destino había estado escrito para mi porque no tenia hermanos que pudieran asumir la responsabilidad.

Odiaba que mi futuro fuese lo que me había robado a mis padres desde que era una niña.

Siempre había anhelado su amor, atención, apoyo y compañía, pero a cambio solo pude estar sola porque su compromiso con la empresa era más grande.

Siempre había sido conocida como Jennie Kim, la heredera del Conglomerado Ruby.

Claro que no solo por eso, a la gente le encantaba resaltar que era hermosa y rica. No había ninguna noticia que no incluyeran esas palabras, como si no tuviera otra cualidad.

Cuando me había ido a estudiar en París salieron más de 50 artículos en distintos medios y todos incluían esas dos palabras, como si malditamente se hubiesen puesto de acuerdo.

Luego, vinieron las malditas peticiones de mi padre para asistir a eventos sociales y galas benéficas en París, porque según él una heredera  necesitaba hacer conexiones.

Su gran idea desató una cantidad exagerada de titulares en los que me apuntaban como Jennie Kim, una heredera que no puede separarse de las fiestas.

Ahora, así me conocía el mundo, al menos en su mayoría.

Obviamente, cansada de tratar de agradar a la sociedad me había convertido en lo que dijeron que era.

Alguien que no se separaba de las fiestas.

La gente siempre iba a hablar pestes de mi aunque me la viviera encerrada en casa, así que decidí que lo mejor era disfrutar de mis noches en París porque no iba a vivir ahí ni poder salir de fiesta para siempre, lastimosamente.

Mimada. Malcriada. Zorra. Caprichosa. Mala. Estúpida, etc. Había la mayor cantidad de odio en cualquier noticia o publicación en redes que hablara de mi.

Porque la gente siempre amaba tener alguien en quien descargar todas las frustraciones que llevaban a cuestas y yo era el saco de boxeo ideal para la sociedad coreana.

Era como la definición de It girl. La amas o la odias pero definitivamente sabes de quién hablan al escuchar o ver su nombre.

Aun así, la prensa me amaba ¿y cómo no? Si una chica hermosa y rica siempre les daba de comer a sus noticias amarillistas.

Sin embargo, a mi me había dejado de importar lo que escribieran y pensaran los demás de mí hace tiempo.

Vacié una copa de champán.

Ruby Jane [one shots taennie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora