Capítulo 5

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JIN - EL RESIDENTE

El viernes, me paré en el vestíbulo de un brillante edificio de vidrio que se hallaba enclavado entre dos condominios en Park Avenue. Había unos pocos sofás negros y sillas artísticamente colocadas alrededor del piso de mármol, y un ascensor en el centro con brillantes puertas plateadas. Las palabras "Bienestar Kim" se encontraban grabadas en una pared frente a mí, con una larga lista de nombres de médicos debajo.

Esto definitivamente no parece una práctica privada...

— ¿Disculpe? —Me acerqué al guardia de seguridad—. Tengo una visita programada para esta noche. ¿A qué piso debo ir para el Centro de Bienestar Kim?

Levantó una ceja, como si no pudiera decir si bromeaba o no. Luego se rio.

—Todos los pisos son parte de la práctica, señor —dijo, presionando el botón para llamar el elevador—. Sin embargo, probablemente estés buscando a la señorita Nayeon. Piso dieciséis.

—Gracias. —Entré y golpeé el número dieciséis cuando las puertas se cerraron.

En el momento en que el ascensor se detuvo y reveló el decimosexto piso, mi mandíbula cayó. Parecía más un lobby de un centro vacacional que un departamento de práctica privada. Las ventanas panorámicas del piso al techo daban una vista perfecta de la lluvia; había suntuosas tumbonas frente a la ciudad, y el enorme escritorio de cristal en el centro de la habitación era la única pista mostrando que este podría ser un lugar para el cuidado de la salud.

Algunas mujeres vestidas con batas azul claro compararon notas y rieron, una doctora con una bata blanca y vestido negro sostenía el teléfono del escritorio junto a su oreja.

— ¿Eres Jin? —Una rubia burbujeante se plantó frente a mí—. ¿SeokJin?

—Sí, soy yo.

— ¡Pues, genial! ¡Llegas justo a tiempo! Déjame conseguir tu abrigo. No querrás que se ponga polvoriento cuando pasemos por las secciones en renovación.

Me quité el abrigo y ella sonrió cuando se lo entregué.

» Supongo que irás a un lugar especial después de esto.

Asentí.

» Haré tu primera gira corta, entonces. De todos modos, la mayoría de los Médicos se han ido por el día.

Atrapé a las enfermeras señalando en mi dirección mientras ella se alejaba, y comencé a arrepentirme de llevar mi atuendo de cita aquí. Mi pantalón negro, siendo este demasiado ajustado justo en mi trasero y mis muslos; Mi camisa de seda negra cuyo escote en la parte delantera era lo suficientemente bajo como para que mis clavículas se lucieran, y mis botines de gamuza color borgoña no eran apropiados para conocer a mis futuros compañeros de trabajo.

Sin embargo, Nayeon no mencionó mi atuendo cuando regresó. Simplemente enlazó su mano con la mía y comenzó a pasearme alrededor del decimosexto piso.

Hablaba a un kilómetro por minuto, abriendo puertas aquí o allá, presentándome a algunos de los médicos que seguían sentados en sus oficinas. Cuando me di cuenta de que iba a llevarme literalmente a recorrer los veinticinco pisos de este edificio, tomé nota mental de traer zapatos planos todos los días.

—Esto es lo que llamamos nuestro pasillo de tratamiento —dijo, mientras caminábamos por el quinto piso—. Tenemos dieciocho salas de tratamiento para pacientes internos y cinco salas para pacientes nocturnos. Es raro mantener a alguien de la noche a la mañana, pero si lo hacemos, tú o uno de los otros residentes deberán tomar notas hasta la mañana.

—Entendido. —La seguí de vuelta al ascensor—. ¿Cuál es el código de vestimenta para los residentes aquí?

—¿Código de vestimenta? —Se rio—. La proporción entre hombres, donceles y mujeres en el personal aquí es de sesenta y cinco a treinta y cinco, y la proporción en el consejo es incluso más estricta. Creo que setenta por ciento de donceles y mujeres y treinta por ciento de hombres. Dicho esto, no existe un "código de vestimenta", y dudo mucho que lo haya.

La mayoría de las enfermeras y los internos usan sus ropas favoritas, y los médicos usan lo que quieran debajo de sus batas blancas.

—¿Qué? —Fui completamente asombrado por los números revelados—. ¿En las prácticas hay del sesenta y cinco al setenta por ciento de donceles y mujeres?

—Por supuesto, es así. —Sonrió y me indicó que volviera al piso dieciséis—. ¿Por qué crees que somos el número uno en el estado?

—Yo...

—Exacto. —Guiñó un ojo—. Creo que los únicos dos médicos más impecables que no conociste son la Dra. Hyuna y el titular de la práctica, el Dr. Kim... ­—Chasqueó los dientes—. La Dra. Hyuna hace más trabajo fuera de la consulta que cualquier médico en el personal, por lo que probablemente solo la veas durante las reuniones mensuales de personal, y el Dr. Kim...

—¿Qué pasa con el Dr. Kim? —dijo una voz profunda desde atrás, sorprendiéndonos a los dos.

Lentamente volteé y jadeé cuando vi al hombre que acababa de hablar. Sin lugar a dudas, el hombre más sexy que vi en mi vida, instantáneamente me hizo pensar en sexo. Sus brillantes ojos azules chispeaban bajo las luces fluorescentes del vestíbulo, y él se pasó una mano por el cabello café y corto, como si estuviera leyendo mi mente.

Sobre una camisa gris con cuello en V, llevaba su bata blanca, poniendo a cada médico que alguna vez la usó en vergüenza total por la forma en la cual la tela se aferraba a sus músculos.

—Le decía a nuestro nuevo residente, él Dr. SeokJin, que usted y la Dra. Hyuna eran los únicos médicos que aún debía conocer —dijo Nayeon—. Me alegro de que falte solo uno, pero no voy a prometer que vea la Dra. Hyuna pronto. —Me miró—. Gracias por venir, Jin. Iré por tu abrigo.

Se alejó, dejándome solo con el Dr. Kim.

Se supone que los Doctores no son tan sexys... No hay forma de que este hombre sea un "verdadero" médico...

—Encantado de conocerlo, Dr. SeokJin —dijo, extendiendo su mano.

—Encantado de conocerlo también, Dr. Kim. —No podía dejar de mirarlo aun si lo intentaba, y, por cierto, sus labios se curvaron en una sonrisa pecaminosa, seguramente sobre él sabiéndolo.

—¿Nayeon te mostró mi oficina? —Sus dedos acariciaron mi palma, prendiendo fuego a mi piel con un simple toque.

—No, creo que su puerta se hallaba cerrada cuando pasamos antes.

No debería haber sido así. —Lentamente soltó mi mano—. Por favor, acepte mis disculpas.

Asentí. La forma en la cual me miraba en ese momento me hizo desear haber usado bragas.

» ¿Le gustaría que le mostrara mi oficina ahora mismo? ¿Personalmente?

Diablos, sí...

—No. Yo, um... en realidad necesito salir. Tengo un lugar en el que estar pronto.

Me miró de arriba abajo, sus labios se separaron lentamente mientras miraba mi atuendo.

—¿Este "lugar en el que debe estar" involucra a un novio?

Empecé a explicar que era un tipo al azar con el que me hice amigo en línea hace meses, pero me detuve. A él realmente no le importaba a dónde iba a ir, y yo necesitaba poner fin a esta estúpida fantasía de jefe-empleado antes de poder comenzar.

—Sí. Es un novio, un novio serio y de muy largo plazo.

—Bueno, lamento mucho escuchar eso. —Sonrió de nuevo cuando Nayeon regresó con mi abrigo—. Tengo muchas ganas de trabajar con usted, Dr. SeokJin.

—Tengo muchas ganas de trabajar con ustedtambién, Dr. Kim. 

Office Romance #2 - NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora