Rompiendo la barrera [FINALIZADO]

Capitulo 44

Goteo. Goteo. Goteo. La oscuridad turbia de la alcantarilla recordaba a un pantano, el vasto espacio parecía demasiado grande para un sistema de alcantarillado ordinario. El musgo que crecía era palpable, un hedor rancio en el aire que Saitama nunca abordó en todo el tiempo que había vivido aquí.

Cuando dieron otro paso, pudieron sentir el chapoteo debajo de ellos, y resultó que era lo suficientemente repugnante que Tornado obligara a su novio a dejarla sobre sus hombros para que sus pies de alguna manera no contrajeran una increíble cantidad de fuerza. plaga.

El agua debajo de ellos era de un verde vomitivo, exactamente lo que esperaría de un niño de tercer grado que no podía mezclar su pintura correctamente. La viscosidad del líquido debajo de ellos ni siquiera se parecía completamente al agua, sino a una mezcla entre lodo y oobleck(es como un tipo de maicena). Es seguro decir que fue un desastre.

Había cierto quietud y tranquilidad en los pasos que daba Saitama. No se quedaron callados de ninguna manera, pero mantuvieron un ritmo que agregó... vida a la fiesta. Vitalidad a la zona oscura, apestosa y húmeda en la que se encontraron.

Escuchó un crujido debajo de él, mirando hacia abajo solo para encontrarse con la vista de uno de los Subterráneos. Él tarareó, una expresión confundida viniendo a él. Por lo que sabía, el grupo probablemente se disolvió después de que él los cuidara después del sueño que había tenido.

Él, asegurándose de no hacer perder el equilibrio a Tatsumaki o molestarla, se agachó con cuidado para echar un vistazo al cadáver, dándose cuenta de que la capa protectora de su rostro se había roto. Sus ojos se abrieron un poco, viendo sus ojos.

"Tats... esta cosa está viva", comentó. "¿Recuerdas al tipo del ojo psíquico?"

Tornado dijo inexpresivamente: "He peleado como... un montón de psíquicos antes. ¿Con quiénes estáis hablando? ¿Con el que literalmente acabo de pelear?"

Saitama asintió, "Sí, el trapo que insultó a Fubuki".

Ella asintió, cruzándose de brazos, la molestia clara en su voz por solo pensar en él, "Sí... ¿cuál es el punto al que estás tratando de llegar aquí?" Saitama no pudo evitar reconocer ese tono de voz de cuando la conoció.

"Estoy bastante seguro de que la Asociación de Monstruos se ha estado deshaciendo de cualquier monstruo que haya vivido aquí antes", le informó sombríamente. "Mirar". Señaló el único ojo que tenía el monstruo, aunque el otro había sido arrancado bastante espantosamente.

Mientras se elevaba en el aire con su poder telequinético, asintió hacia él, indicando que iba a levantar al monstruo en el aire. Sin embargo, mientras lo hacía, se le cortó la respiración, sintiendo el pulso en el monstruo que aún latía. Su corazón aún latía.

"Ellos han sido..." La voz de Tornado se desvaneció cuando se dio cuenta de que la acusación era cierta. "¿Crees que han terminado con... otros tipos de especies que podrían haber vivido aquí? Porque... esa no es la única que está aquí".

Hizo un gesto a unos pocos pies delante de ellos, señalando a otro Subterráneo, con la cara en el suelo. Parecía estar luchando por moverse, aferrándose al último hilo de vida. Cuando Saitama y Tornado se acercaron, se dio cuenta de que probablemente era el último que estaba vivo aparte de los demás.

"Espera, Tats, ¿puedes sentir la presencia de los demás a partir de los latidos del corazón?" Saitama cuestionó, un poco confuso. Nunca antes había oído hablar de ella usando ese poder. Se giró para mirarla mientras caminaba a través de la sustancia pegajosa que incluso había cubierto ligeramente la pared.