Forced Love {Mark Tuan} [PAUSADA]

07

Narra Katelyn

─¡No, no, no y no! ─me negué rotundamente por décima vez.

Caminaba de un lado a otro en la oficina de Jin. Estaba molesta y no podía mantenerme tránquila en un solo lugar.

─¡¿Por qué rayos eres tan egoísta e inmadura?! ─me gritó Mark, igual de molesto.

─¡¿Yo inmadura?! ¡Mira cantante de pacotilla, si no quieres que te deje sin los dos dientes de alante mejor mantén tu boca cerrada! ─le grité, estando a pocos centímetros de su rostro. Vi como apretaba los dientes, furioso.

─"Soy madura y sé que estar discutiendo todo el tiempo no vale la pena. ¿Hacemos una tregúa?" ─dijo con voz aguda tratando de imitarme, recordándome sobre lo que hablamos la semana pasada.

─¡El de la tregúa fuiste tú! ─le grité.

─¡Pero tú aceptaste!

─¡Porque creí que no seguirías siendo un idiota y podría soportarte, pero es imposible! ─exclamé lanzando los brazos al aire.

─¡Eres una inmadura!

─¡Los dos son unos inmaduros! ¡¿No pueden dejar de discutir y hablar como la gente?! ─nos regañó Yewon.

─Sí, Kate, ¿no podemos dejar de discutir y hablar como la gente? ─me dijo Mark, bajando el tono de su voz.

─Oh por Dios ─murmuró Yewon, sorprendida y preocupada por lo que acababa de decir.

Sentí cómo la sangre me hervía por dentro. Lo miré en silencio por unos segundos, tratando de calmar mis ganas de golpearle. Pero no podía, vi su cara burlona y lo único que hice fue acercarme al escritorio de Jin y tomar lo primero que mis manos tocaron.

─¡Katelyn, no! ─Yewon corrió a mi lado y me quitó la grapadora de la mano justo cuando alcé la mano para lanzarsela. Mark me miró asustado.

─¡¿Pensabas matarme con una grapadora?! ¡¿Estás loca?!

─Vuelves a llamarme Kate y te juro que acabaré contigo ─le dije entredientes, sintiendo un calor intenso dentro de mí.

Me alejé de Yewon y me senté en un sillón, lejos de aquellos dos. Necesitaba calmarme.

─Jamás la llames Kate, o será capaz de graparte la boca ─escuché a mi amiga decirle, más bien aconsejarle. Ella sabía muy bien que nadie podía llamarme así. Lo odiaba.

─Sabía que estaba loca, pero no que era una psicópata.

─¡Y más lo seré si no te callas! ─le grité desde mi asiento.

¡Tan solo quería calmarme pero ese idiota no mantenía su boca cerrada!

─De acuerdo, Katelyn, me callaré. Pero no porque tú lo digas ─me dijo y se sentó en otro sillón, enfrente de mí. Rodeé los ojos.

Todos nos mantuvimos en silencio por unos cinco minutos hasta que Jin entró a la oficina. Había salido hace media hora a buscar la madre de no sé quién y hasta ahora volvía. Al entrar y vernos en silencio y serios se sorprendió. Lo sabía por la expresión de su rostro.

─Ya no discuten. Bien ─comentó Jin, con una sonrisa. Se sentó en su silla, detrás de su escritorio y nos miró─. Katelyn, Mark, acerquénse.

Nos levantamos de nuestros asientos y nos sentamos en las dos butacas delante del escritorio de ella.

─¿Qué han decidido? ─nos preguntó.

─Ella no quiere ─respondió el chico, señalándome. Jin me miró con una mirada reprobatoria.