❝Calma, tú no eres así... solo fue aquel asqueroso y repugnante trauma❞
Después de que Kim Suje ayudara a un joven que encontró herido en un parque, lo refugia en su propio hogar. Su hijo Kim Taehyung conoce al extraño y los dos empiezan a convivir...
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«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝗍𝗋𝖾𝗌»... [𝖮3]
❝𝗙𝗮𝗹𝘁𝗮𝗻 𝘁𝘂𝘀 𝗿𝗲𝘀𝗽𝘂𝗲𝘀𝘁𝗮𝘀❞
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El ambiente era completamente incómodo.
Tres figuras estaban allí. Dos de ellos respiraban con dificultad, llenos de temor y adrenalina, mientras que el tercero, tendido entre las sábanas, observaba a Kim con la cabeza ladeada, desconcertado. No entendía el motivo de tanto alboroto, no era consciente de que, de haber mantenido sus manos unos segundos más alrededor del cuello ajeno, podría haber matado al hombre.
Las lágrimas de Kim ya estaban secas en sus mejillas. Se sentía ridículo por haber llorado de esa manera, pero la situación lo justificaba; su corazón aún latía con fuerza.
Su tío, por otro lado, seguía en shock.
El dolor en su cuello era punzante, y a través del espejo de la habitación pudo ver las marcas verdosas y rojizas que lo rodeaban. Había visto su vida pasar ante sus ojos, y habría huido de esa casa si no fuera porque sabía que el chico necesitaba ayuda. A pesar de reaccionar de manera tan agresiva, el joven debía estar en shock o desconfiado de todos a su alrededor. Era comprensible, aunque aún se sentía confundido.
¿Quién diablos era ese joven?
El hombre misterioso lo miraba desde la cama con desconfianza. Sus ojos achinados lo observaban como si fuera una amenaza más, pero cuando su mirada se dirigía a Kim, aquella expresión de odio y desconfianza se desvanecía al instante, como si quedara hipnotizado al contemplar su rostro. Lejos de tranquilizarlo, esto solo aumentaba su preocupación.
━ Él ha venido para realizarte un chequeo general y asegurarse de que no tengas problemas graves en tu cuerpo ━ murmuró Kim, tratando de controlar su respiración. El pelinegro ladeó aún más la cabeza, como si no comprendiera lo que se le decía.
Inmediatamente, el doctor y Kim se miraron entre sí. ¿Y si era sordo?
El médico sacó de su maletín los audífonos para realizar una prueba de audición. Si el joven era sordo, las cosas se complicarían mucho. Ambos rezaban en silencio para que sus oídos funcionaran correctamente.
