Say Two

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«¿Puede continuar?» se preguntó Jungkook en su mente.

"Recházalo", respondió Young-Min en su mente.

«¿Y su petición, hyung?».

"Puede esperar".

Jungkook mordió sus labios, sus manos se aferraron al brazo de Taehyung, él peli naranja había comenzado a acariciar desde su glande deslizando sus dedos por el falo erecto del contrario, terminando en los labios mayores de la intimidad del peli morado sin dejar de estimular y pellizcar el clítoris del menor.

—Está bien —Jungkook soltó su labio inferior que lo había estado mordisqueando desde hace un par de minutos—. Taehyung-nim, puedes hacer lo que quieras.

Aquellas palabras frustraron en demasía a Young-Min, quien no dudó en golpear el espejo en busca de provocar algún ruido para que su hermano se detuviera o que se retractara, pero el espejo al ser doble cara era demasiado grueso, por lo que ese golpe no provocó ningún ruido.

«Eres un maldito Jungkook, te tenías que negar aunque te hubiera dado la orden de que hicieras este maldito experimento», pensó lleno de cólera Young-Min, quien apretó sus dientes al punto de que se podía escuchar su rechinar, golpeó repetidas veces su puño en aquel espejo de doble cara hasta mancharlo con su sangre.

Taehyung no dudó en insertar sus largos falanges en el interior del peli morado, ya había estado jugueteando con el interior del menor cuando estaba dormido, ahora era mucho más fácil los movimiento de entrada y salida sus dedos en la intimidad de Jungkook.

—Parece que los fármacos hicieron su trabajo, no hay ningún inconveniente con tu nueva vagina, Jungkook. —sonrió Kim.

Sin esperar respuesta, Taehyung se acercó hasta estar cerca de la intimidad del peli morado, acercó su lengua y dio una gran lamida por los labios mayores, uretra, labios menores hasta lograr insertarla en la misma intimidad del peli morado, deteniéndose en la zona perianal y dejando un beso en la rosada entrada del menor.

Aquella caricia y felación no hicieron más que crispar todo el cuerpo del menor, el sonrojo se hizo presente junto a la vergüenza de tener los ojos penetrantes de Taehyung en busca de hacer contacto visual con los suyos mientras proseguía con su felación.

—No hay problemas con la línea bartolín —dijo el peli naranja mientras embestía y succionaba la intimidad del menor—, la secreción líquida es óptima, aunque está muy mojado.

—Ya es suficiente, ahora… ¿P-puedes parar? —preguntó Jungkook sin saber a dónde mirar.

—Dame tu mano primero —pidió.

—¿Para qué? —Jungkook mantenía sus ojos cerrados, no quería ver lo que su hyung estaba haciendo con su cuerpo.

Taehyung no dudó en lamer la mano del menor, pasó su lengua por todas las falanges dejando pequeños mordiscos en los nudillos, después de cortos segundos jugueteando con la mano del peli morado llevó dos de los dedos dentro de su boca, simulando una felación por la manera obscena de lamerlos.

—Jungkookie, estoy seguro que sabes lo que has provocado en mí, ¿verdad? Estás tan mojado que no puedo seguir chupando todo —Taehyung llevó la mano del menor a su mejilla, donde sonrió al tener a Jungkook como siempre quiso —exceptuando el hecho de que su hermano los estaba viendo—.

Si Taehyung pudiera en ese mismo momento hubiera ronroneado por la mano tibia del menor acariciando su mejilla.

—N-No es cierto, y-yo no hice nada.

—Sabes algo —Taehyung tocó el glande del peli morado deteniéndose en el orificio de la uretra—. No te he tocado aquí —la yema del dedo índice del mayor acarició con parsimonia aquella zona—, y estás así de duro derramando presemen.

𝙳𝚘𝚗'𝚝 𝚂𝚊𝚢 𝚈𝚎𝚜 ||TaeKook||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora