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PROCEDE A EXISTIR DESPUÉS DE VEINTE MILLONES DE AÑOS

JAJSKAKSKAKSK HOLAAA

lo prometido es deuda (creo que era así), sinceramente tenía miedo de publicarlo después de tanto tiempo y que se decepcionen del capítulo, pero bueno, no los hago esperar más, besoss desde argentinaa 😼💗

Leandro tomó al menor, tirándolo en la cama, Paulo jadeo suavemente mirándolo con los ojos brillosos.

— ¿Q-que vas a hacer, Lean? —preguntó susurrando, no era común en él.

— Lo que tengo ganas de hacer desde que te ví el culo —respondió abriéndole los muslos al más bajo.

El de ojos claros gimió bajito y alzo las caderas rápidamente, ansiaba ser tocado por Leandro, deseaba estar lleno de él.

Paredes rió burlón, mirando con satisfacción a Paulo— ¿Tan desesperado, nene? —la burla en su voz también era notoria, pero aún así comenzó a sacarse el pantalón.

Nada los iba a detener, nada iba a sacarle las ganas que se tenían.

Nadie le iba a quitar a su Paulo.

— C-cerra el culo —gruñó el menor avergonzado, dejando de mover las caderas cómo si fuese una perra en celo demasiado necesitada.

— No no, querido, a mí no me vas a hablar así —musitó el más alto, internamente le causaba ternura y diversión.

Paulo rodó los ojos y chasqueo la lengua, esperando impaciente a que el mayor finalmente se saqué los pantalones.

La mirada de Leandro se suavizó a medida que se acercaba al menor, dejando su gran -y por gran, me refiero a enorme monstruo- entrepierna libre.

Dybala al verlo sintió que se le hacía agua la boca, miró con los ojos bien abiertos al mayor— ¿M-me vas a meter e-esa cosa? ¡Es e-enorme! —el menor jadeo casi aterrado por el tamaño.

Paredes se rió— Tranqui bonito, voy a ir despacio —aseguró acariciando suavemente la mejilla del más bajo, el menor se sonrojo.

— Date vuelta —ordenó Paredes con voz gruesa.

Paulo no seguía órdenes, pero... Esa voz.

Esa voz, es la excepción.

Se volteó tan rápido que podría asegurar que casi se rompe algo.

— A-anda despacio, por f-favor Leandro —prácticamente suplicó.

— Confía en mi, bebé —murmuró.

Dybala casi se atraganta con su saliva, pero guardo silencio en vez de responder.

Sintió cómo le abrían las piernas, también le dieron uno que otro azote en sus fuertes muslos, aunque gimió un poco adolorido y excitado.

Leandro acercó su cara al culo del menor, abriéndole sin pudor las nalgas para ver con deseo y lujuria el lugar que llenaría hasta el cansancio.

Nuevamente se acercó sin vergüenza y le dió unas rápidas lamidas, Paulo se estremeció ante la lengua en su culo.

— ¡L-lean, asqueroso! —se quejó con las mejillas coloradas.

— Que te haces, si te encanta —el mayor se burlo abiertamente, alejando su cara del trasero de Paulo para volver a abrirlo con una de sus grandes manos.

Acercó su mano derecha a la cara de Dybala y le enseñó tres dedos.

— Chupa —dijo seriamente.

Paulo bastante consternado abrió la boca, metiendo los tres dedos y chupando los constantemente.

Una vez que los dedos estaban casi chorreando con su baba, Leandro sacó la mano de su boca para ir directo al ano del más bajo.

Metió dos dedos de entrada y Paulo jadeo adolorido, lloriqueando ligeramente.

Paredes espero un momento antes de comenzar a moverse, metiendo y sacando sus dedos del interior.

Si Paulo ya gemía cual puta, ni se imaginaba cómo sería cuando se la entierre hasta los órganos.

Volvió a voltearlo sin delicadeza, solo que está vez se levantó de la cama y levantó también al menor, quién lo siguió quejumbroso.

— Arrodillate en el piso, Paulo.

El menor se dejó caer de rodillas, no quería pelear, solo quería que Leandro se lo coja de una vez hasta dejarlo lo más abierto posible. Quería estar lleno de Paredes, lleno.

Leandro se sentó en la cama, quedando Paulo entre ambas rodillas del mayor.

— Chupala.

A Dybala le brillaron los ojos con emoción mientras acercaba su boca rápidamente.

Una lamida, dos, tres.

La rodeó con la lengua, la ensalivo, la escupió, la metió y la sacó de su boca muchas veces.

Al mayor le encantaba la calidez de la boca de Paulo, le encantaba lo bien que se veía Dybala arodillado frente a él chupándole la pija.

Le encantaba lo sumiso que era Paulo con él, y más le encantaba saber que era así solo con él.

Paredes comenzó a moverse por si mismo, dándole fuertes estocadas a Paulo, mientras lo sostenía por el pelo, tirando no muy suave de él.

Paulo sentía su boca hormiguear y la emociones vibrar en su piel.

Estaba caliente, quería a Leandro, ya.

Cuando Paredes estaba a punto de correrse paro, instantáneamente— Paulo, ponete en cuatro en la cama, ahora.

El menor ansioso hizo lo pedido casi con una rapidez imposible.

Ahora. Ahora. Lo necesitaba.

Paulo se puso en la cama en cuatro, aunque elevó lo más que pudo el culo, Leandro se arodillo detrás de él, ni siquiera esperó cuando se metió rápida y bruscamente.

— ¡L-la concha de tu vieja! —gritó Dybala, aunque sentía el líquido chorrear de su entrepierna y su cuerpo vibrar fuertemente.

El mayor le dió un azote particularmente fuerte en la nalga derecha.

Paulo gimió, mientras Paredes se movía sin parar, cada vez más fuerte.

Finalmente después de siete rondas, ambos quedaron tumbados en la cama con cansancio. Aunque el de la mala suerte fue Paulo, ya que en la cancha apenas se podía mantener de pie.

— ¿Que te cogieron a vo' joya? —bromeó Enzo.

A Dybala se le calentaron hasta las orejas y dijo el "no" más vergonzoso de su vida.

Tanto Enzo cómo Julián comenzaron a reírse.

— ¿Y cómo finalizó la carrera de la joya argentina? —pregunto Julián con voz de locutor, claramente burlándose de Paulo.

— Con una buena cogida, fue tan fuerte que lo dejaron paralizado —le siguió Fernández.

Ambos volvieron a reírse, mientras Paulo los miraba mal.

— Son dos pelotudos.

no creo que esté tan mal, pero realmente lamento la tardanza...

el capítulo quedó bien, a mí parecer

enserio perdón 😭

ᵃᶻᵒᵗᵉ ¡ ᵈʸᵇᵃʳᵉᵈᵉˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora