III. Mentira

135 18 0
                                    

El primer día de clases almorzamos juntos, mi hermano no apareció por ninguna parte pero Jaemin lo buscaba insistentemente con la mirada. No hablamos mucho, pero me dejó tomar su brazo entre mis manos para sentirlo cerca mientras él platicaba con nuestros demás amigos.

No sé si ya lo sabía en ese entonces, o si era que me veía como un buen amigo más de lo que lo hacía con Chenle. Pero nunca me apartaba.

De regreso a casa, nos sentamos juntos en el bus, pero sólo porque Chenle ya estaba en otro asiento con Donghyuck cuando llegamos.

Fui feliz. Era la primera vez que me sentaba junto a Jaemin en el bus.

— ¿Qué vamos a sentir si acaba el mundo? — preguntó de la nada —. ¿Vamos a sentir algo aunque sea? Me refiero a si pasa todo lo que dice en la biblia, esa cosa de que se caen las estrellas. ¿Crees que lo notemos? — giró la cabeza en su dirección y sus ojos conectaron fijamente con los míos.

— Probablemente todo pase tan rápido que nadie sentirá nada. — le respondí, sonriendo felizmente y sintiendo mis mejillas calientes. Me di cuenta de que así me enamoré de él, tan rápido que ni siquiera sentí cuando empezaron tantos sentimientos —. Pero no hay razón para creer en un hombre enojado que vive en el cielo y hará caer las estrellas si la humanidad no hace todo lo que él dice. No hay pruebas.

Él estuvo de acuerdo conmigo.

Y fue así como terminamos hablando sobre lo que hicieramos si el mundo fuese a acabarse, sobre música, libros y más. Y fue como tener una conversación con mi otra mitad. No podíamos dejar de reír y sonreír, y estabamos tan cerca que ese vínculo imposible de romper que yo veía entre Chenle y él ahora lo sentía entre nosotros.

Pero luego, Chenle volteó a vernos y preguntó: — ¿Qué es tan divertido?

Y Jaemin sólo se le quedó viendo en silencio, hipnotizado. Chenle también lo miró por largos segundos y luego ambos se sonrojaron. Ambos sonrieron nerviosamente, como dos tontos enamorados.

Y ahí supe que me gustaba engañarme a mí mismo.

Decirme que Chenle no sentía lo mismo por Jaemin que Jaemin por él.

Pero mi hermano, a pesar de ser un idiota de corazón helado que apestaba a la hora de expresar sus sentimientos, amaba a Na Jaemin.

Y ahí me di cuenta de que sólo había algo más incómodo que estar jodidamente enamorado de Na Jaemin mientras él sólo tenía ojos para mi hermano.

Que mis sentimientos estuviesen en medio de dos personas que se amaban profundamente. 

If I was rose || JaemrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora