后备男友¹ [ TaeGyu | BeomHyun ]

D I E Z

El lunes después del trabajo, Beomgyu subió en el ascensor hasta el apartamento de Jungwon con los ojos arenosos por la falta de sueño. Apretó su latte con gratitud. Después de la semana que pasó ya sea en la carrera de póker, o en el trabajo, o en la cama con Taehyun, Beomgyu necesitaba la infusión de cafeína para así poder finalizar la jornada. Especialmente a la luz de lo que tendría que soportar antes de que pudiera encontrarse con Taehyun cuando volviera a casa.

Su teléfono sonó, y Beomgyu vio el mensaje de texto.

«Estoy de camino a tu casa con pollo kung pao, sopa wonton, y un columpio sexual»

La risa de Beomgyu se perdió en el ruido de las puertas corredizas del ascensor cuando se abrieron. Pero, mientras se dirigía por el pasillo que conducía a la casa de Jungwon, la sonrisa se desvaneció de su rostro.

Durante el debate del mes pasado sobre el Fondo Residencial Clínica Front Street, el plan para encontrarse con Soobin y Jungwon aquí le había parecido razonable. En general, Jungwon suministraría los refrigerios y comentarios sarcásticos mientras él y Soobin hablarían acerca de cómo iban a poner en marcha la siguiente fase de sus planes. Pero con los eventos recientes, es decir, su decisión de ignorar el consejo inicial de Jungwon acerca de dormir con Taehyun, el lugar de la reunión ahora se sentía complicado. No sólo tendría que escuchar los regaños de Jungwon por eso, sino que también lo haría porque se había pasado una buena parte de la semana ignorando sus mensajes de texto acerca de la recaudación.

Beomgyu solía dejarlo todo cuando algo debía hacerse en lo que respecta a la lucha contra la Proposición 8 o apoyar el fondo de vivienda. En retrospectiva, se dio cuenta que su agenda había sido muy patética.

Ahora que había conseguido sentirle el gusto y disfrutar de su motocicleta y Taehyun —y la vida—, se sentía menos dispuesto a estar tan ciegamente disponible.

Envió un mensaje a Taehyun en respuesta.

«Estaré allí lo antes posible»

Cuando se acercaba a la puerta de Jungwon, Beomgyu hizo tronar su cuello para aliviar la tensión, cada uno de sus músculos adoloridos de la forma en que sólo los podía dejar una semana de actividades sexuales, valían la pena. Unas magulladuras en forma de huellas marcaban las muñecas de Beomgyu. La quemadura de la alfombra en su culo escocía por debajo de sus calzoncillos y lo hacía cuestionarse acerca de su marca de suavizante de telas. Pero Beomgyu disfrutó de los recordatorios de un Taehyun resistentemente crudo... y entusiasta.

Hace dos domingos, Beomgyu había pasado cinco segundos considerando la posibilidad de llamarlo, cancelar todo de nuevo y traspasar las puertas del infierno y aterrizar en la cama con Taehyun.

Aunque Beomgyu no tenía dudas de que las acciones de Taehyun del sábado en la noche habían sido parcialmente alimentadas por un ataque de melancolía, la actitud del hombre, después, había sido simplemente tranquilizadora. El viaje de regreso a San Francisco había sido espectacular, con cielos despejados y la compañía de amigos. Taehyun había regresado a su habitual estado relajado. Había seguido con una actitud de manos fuera en público, pero su comportamiento y ocasional guiño tranquilizador reafirmó que los dos estaban, sin lugar a dudas, en un terreno más sólido.