━━━━━ ❛Someone as dangerous, tainted and flawed as you❜
[ Touma Akashi estaba maldito ]
Fue maldecido con una inteligencia
superior, fue maldecido para ser un
omega, fue tomado y poseído por
distintos hombres y la culpa siempre
recay...
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Durante su infancia, Jin Hirofumi entendió algo: no era bueno en nada.
La sociabilidad no era lo suyo; apenas podía pronunciar una palabra sin tartamudear. Siempre había sido el bicho raro de la escuela, un blanco de bromas andante. Era inteligente pero no lo suficiente; nunca había sido suficiente en nada.
Aprobaba sus exámenes, pero no porque fuera un genio de otro mundo, sino porque pasaba horas estudiando, día y noche, sin parar. Aun así, su informe de calificaciones estuvo llena de insuficientes.
Para sus padres él nunca había sido suficiente. No era lo suficientemente inteligente, su técnica maldita era deficiente, y tampoco era lo suficientemente amable, ni lo suficientemente encantador.
Nunca superaría a sus hermanos, y con solo 10 años, Jin era consciente de que nunca sería capaz, hábil o apto para nada.
Estaba condenado a ser olvidado por el destino. Jin hizo la paz con su destino, había nacido sin ningún don o talento, había nacido siendo común en una familia llena de personas extraordinarias, ¿qué podía hacer ante eso? Nada, solo aceptar el hecho de que, en el mundo en el que había nacido, en la familia en la que había surgido, era insuficiente.
Aceptó su insuficiencia y aprendió a vivir en la mediocridad. ¿Qué caso tenía apuntar a lo alto si nunca llegaría? A Jin no le molestaba la forma en la que todos lo rebasaban, ni siquiera le hacía cosquillas.
No hasta que vio a ese niño cruzar por las puertas de su escuela. No hasta que vio esos ojos negros que lo veían todo, esa piel lechosa que parecía perfecta, esa sonrisa suave que acentuaba el pequeño lunar bajo sus labios y ese cabello tan oscuro como ninguno, que se mecía con gracia.
Era menor que él, era un niño que no podía tener más de 8 años y a diferencia de él desde el primer día logró lo que Jin nunca había podido hacer, estuvo rodeado de personas, y de pronto la insuficiencia de su ser comenzó a ser insoportable.
Jin Hirofumi envidió a Touma Akashi desde el primer momento.
Envidió su atractivo, envidió su inteligencia, envidió la forma en la que parecía perfecto en todo sentido. Oh estaba tan celoso de un niño, que lo hizo rabiar.
Touma Akashi tenía todo lo que él quería, y aun así tenía la audacia de parecer aburrido todo el tiempo. Jin habría dado lo que fuera por estar en su lugar, habría dado lo que fuera por ser la mitad de talentoso que era Touma, y aun así ese pequeño niño actuaba como si no fuera nada, como si su talento no fuera importante, ¡como si sus dones y perfecciones no tuvieran verdadera relevancia!
Lo odiaba, y odiaba aún más ser el único en darse cuenta del aburrimiento que desprendía. Odiaba ser el único en darse cuenta de la poca importancia que Touma daba a quienes lo rodeaban, odiaba ser el único en notar la forma en la que Touma lograba poner a todos a su favor, odiaba ser el único en notar que ese maldito cordero en realidad era un lobo feroz.
