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El sol entraba por las grandes ventanas, las cortinas se movían con suavidad mientras Matthew bostezaba y se levantaba, sus cabellos castaños estaban revueltos y vio un poco de ropa en el suelo y a su lado a su lindo novio.

Lo abrazaba cariñosamente, tenía el torso descubierto y su cabello seguía esplendido a pesar de todo lo que había pasado anoche.

Fue una noche larga, ambos compartieron besos y caricias antes de dormir, todo había sido mágico tal y como pensó. Había extrañado el hecho de tenerlo a su lado.

Siendo sábado por la mañana debía levantarse, en la tarde por culpa de un alumno de su clase debía ir a la universidad, pero toda la mañana estaría libre, haría el desayuno y ordenaría un poco antes de despertar a su novio. Se levantó de la cama despacio sin despertar al contrario, camino descalzo hasta el baño para ducharse y ponerse ropa que obviamente sacaría del armario de Jiwoong. Este seguía estirado en la cama.

Luego de haberse aseado salió de la habitación, entro a la cocina y esta no tenía tantas cosas como en el suyo, bueno, Kim pasaba más tiempo estudiando que preocupándose por su imagen y alimentación, lo cual estaba muy mal. Debía hablar de eso en cualquier momento, prefiere prevenir antes que lamentar.

Decidió ir a comprar unas cuantas cosas en la tienda de al lado para llenar el departamento, salió de esta con su billetera y teléfono. En el camino recibió una llamada de su madre, ella le pregunto el porqué no fue a casa anoche y solo le dijo que se quedó con Jiwoong, la mamá le contestó que estaba bien y podía volver a cualquier hora. Su madre era muy dulce, ella fue la primera que quería conocer a Kim, en cambio su padre era más cortante y sonreía poco.

Aún vivía con sus padres, ellos no querían soltar a su hijo, muchos dicen que lo miman mucho pero eso realmente no les importa. Adoraban a su hijo y temían que le pasara algo, por eso cuando entabló una relación con el chico de administración le hicieron muchas preguntas.

Donde vivía, si antes había tenido pareja, cual era su ingreso económico, le pregunto si tenían planes de casarse o tener hijos y muchas cosas más. Le causo gracia tener a su novio totalmente nervioso de decir algo que no era.

Pero ahora llevan muchos años y esperan que pasen muchos más. Quería estar con el coreano para siempre y no soltarlo nunca. Eran sus sentimientos sinceros y ya no tenía miedo de expresarlos. Ama la forma en que Jiwoong aprecia cualquier cosa que haga o como se emociona por la mínima cosa que logra.

Los fines de semana que iban por un par de helados luego de unos partidos de basquet donde Matthew ganaba a pesar de ser bajito, cuando iban al centro comercial solo para ir al arcade, se sacaban fotos instantáneas o los picnic al aire libre. Todo era tan hermoso, ambos se amaban y nadie tenía derecho a separarlos.

Volvió al departamento con unas cuantas bolsas en mano, subió por el ascensor hasta llegar al piso de su novio y poder ingresar de una vez por todas. Había comprado cosas de limpieza y comida para todo el fin de mes. Al llegar a la puerta metió la llave e ingreso al depa, se escuchaba la ducha abierta, supuso que Jiwoong ya se había levantado.

Se quitó los zapatos y fue directamente a la cocina a dejar todas las bolsas. Del baño salió mucho vapor y entre el Jiwoong con una toalla en la cintura. Matthew estaba ordenando todo lo que compró, el mayor caminaba hacía donde estaba su novio.

—good morning~ —dijo Kim entrando a la cocina y sorprendiendo a su novio. —Pensé que te habías ido.

—yo no hago eso mi amor, solo que fuí a tu cocina y no tenías nada, me preocupas mucho Jiwoongie,  últimamente estas muy ocupado que ni comes bien. —Matthew se acercó al más alto tomándolo por la cara, no le importaba que estuviera un poco húmedo y que de su cabello aún caigan algunas gotas—, necesito que te cuides Jiwoong, no voy a estar siempre a tu lado recalcando lo que tienes que hacer. Yo te quiero mucho, pero también debes quererte a ti.

Jiwoong solo asintió sonriendo, se sentía culpable de ver preocupado a su novio, trataría de cambiar y preocuparse más por sí mismo. Ignoró que no tuviera nada arriba y abrazó al mayor sonriendo. Matthew sonrió y acarició el cabello de Kim.

—quiero que te quedes a mi lado Jiwoong-Ah, para verte y cuidarte todos los días, —susurró bajito mientras se colgaba del cuello del más alto, quien lo tomaba por la cintura.

—yo creo que puedo hacer tus sueños realidad, —contestó mientras lo miraba fijamente y sonreía.

—¿así? ¿se puede saber cómo lo harás genio? —preguntó dándole un corto beso al mayor, seguían abrazados dándose amor.

Jiwoong creyó que era el momento indicado para decírselo. —¿no te gustaría venir a vivir conmigo? Quiero estar más a tu lado, dormir contigo todos los días, abrazarte al desayunar y regresar contigo de la universidad, que al llegar de un día tan estresante estés tú ahí esperando mi regreso. Entiendo si no quieres.

Seok sonrió de oreja a oreja mientras volvía a abrazarlo fuertemente. Parecía típica película de romance americana o escena de novela coreana.

—¿ese es un sí?

—sí, sí, sí, sí. —contestó contento mientras lo abrazaba con más fuerza. A veces Matthew abrazaba muy fuerte tanto que se le iba la respiración al contrario.

Se volvieron a besar mientras sonreían, hacían una pareja perfecta.

El resto de la mañana se la pasaron conversando en el comedor mientras comían y disfrutaban de la suave música que había. Ambos tenían una conexión única, tenían algo de ensueño, que cualquier persona podía soñar.

Se amaban tanto, esperaban que nada los separe.

34 + 35 ━━ mattwoong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora