ix.

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matthew sonreía mientras terminaba de decorar la mesa, había un florero con rosas rojas y copas de vidrio. unos platos puestos y por ultimo los utensilios.

sus amigos terminaban de cocinar y ordenar algunas cosas del departamento. wendy estaba ocupada buscando música bonita para su velada.

cuando fue al restaurante, le comunicaron que iban a cerrar por una emergencia sanitaria. el señor de la tienda de regalos estaba cerrada y a esta hora ya no había tiempo como para buscar otras opciones. así que decidió hacer la velada en su casa.

eran las siete de la noche y de seguro kim  ya estaría por llegar. estaba emocionado de verlo y pasar una noche junto a él. por lo que se apuraría para terminar todo y recibirlo con los brazos abiertos.

—tengo una playlist de música romántica y música caliente, para animar el ambiente. —dijo su mejor amiga levantando las cejas.

—no seas idiota wendy. no puedes poner esas cosas, esta es una velada romántica no caliente. —hao rodó los ojos terminando de decorar el departamento.

—pero esta noche es la noche. ¿cierto matthew?

ambos se miraron complices. era obvio que esta noche iba a ser una de las mejores e inolvidables.

hao no hacía más que discutir con wendy sobre todo, como; quién conoció a matthew primero, con quién creció, con quien sale más y cosas así. zhang solo los ignoraba.

jiwoong ya estaba a punto de venir. por lo que ambos amigos deben irse.

—jiwoong esta a la vuelta de la esquina, deben irse. —ni bien dijo eso, ellos comenzaron a colocarse los abrigos, sus bolsos y demás accesorios para poder irse.

se despidieron con un abrazo, deseándole lo mejor a los dos, que su relación siga durando muchos años más. y que sean felices comiendo perdices.

se fueron por el segundo ascensor, kin subió por el principal. era mejor que no se encuentren o jiwoong recibiría un par de consejos y críticas por parte de esos dos.

matthew quería ahorrarse su palabraría, cuando ambos estaban más solteros que nunca.

la puerta del departamento se abrió. jiwoong tenía su abrigo en la mano y su maletín en la contraria. llevaba una linda camisa blanca con una corbata negra, matthew fue a recibirlo con un abrazo. a kim se le fueron todos sus problemas en ese instante cuando lo vio. y es que las sonrisas de matthew eran como una medicina para su estrés y ansiedad.

—¿cómo te fue en tu primer día? —pregunto seok tomando el abrigo y colgándolo en el perchero.

—más o menos. pero feliz de hallar uno en el cuál practicar y contribuir al hogar. —tomó el rostro de su novio entre sus manos juntando narices y moviendolas entre ellas. un acto muy tierno.

ambos ingresaron a la sala. jiwoong se sorprendió cuando observó lo bien decordado de estaba. sobretodo la mesa del comedor, que ahora tenía vista a la ventana y gracias a las luces de los departamentos de afuera que decoraban la vista.

—tome asiento mi querido novio, jiwoongie. —dijo matthew abriendo una botella de vino y sirviendo en las copas. —hoy la cena es pollo, porque no me dio tiempo de cocinar otras cosas.

—todo lo que hagas siempre me va a encantar. —jiwoong jaló a su novio hacia el antes de que se sentaran. puso sus manos en su cintura comenzando a saborear los labios del más bajito. —pero... ¿quieres saber que más me encanta?

seok asintió.

—tú.

ambos sonrieron volviendo a juntar sus labios. matthew enredaba sus dedos entre los cabellos del más alto, quien se encargaba de tocar su cintura y levantar un poco su fino cardigan tejido por la madre de su novio.

ambos daban pequeños pasos como si estuvieran bailando. matthew se refugiaba en el pecho del coreano observando la vista nocturna que les brindaba seúl a estas horas.

—¿sabes que te amo mucho? —preguntó matthew totalmente enternecido por el ambiente.

—pero yo te amo más. —contestó kim acariciando su cabello.

se separaron un poco mirandose nuevamente. los ojitos de matthew brillaban como pequeñas estrellas en sus pupilas negras. jiwoong solo admiraba su bello rostro con amor.

ahora eran ellos dos, celebrando su aniversario, abrazados mirandose mutuamente frente a la gran ventana. cumpliendo su promesa de seguir juntos.

—¿quiero comer? —preguntó seok todo sonriente.

—sí. a ti. —contestó el alto volviendo a juntar sus labios en un tierno beso.

en el que transmitían todo su amor y cariño. jiwoong subió su mano a su mejilla izquierda acariciandola lentamente mientras que sus labios intercambiaban sabores. la menta fresca de jiwoong y la fresa dulce de matthew.

se repartían pequeñas caricias. caminaban lentamente hasta el pequeño sofá que había en la sala. kim hizo que el más bajito se sentara a horcadas sobre él. metió sus manos dentro del fino cardigan del menor comenzando a tocar su tersa y pálida piel.

ahora se daban besos cortos, moviendo sus cabezas de un lado a otro, sus traviesas manos tocando sus cuerpos lentamente, aumentando el nivel de calentura que almacenaba el ambiente ahora.

sonreían mientras compartían besos. la luna estaba muy bonita hoy y parece que iban a hacerlo en una noche luminosa y hermosa. por la pequeña ventana ingresa un poco de aire, envolviendo el cuerpo de ambos jovenes, que desesperadamente comenzaban a quitarse sus prendas.

se supone que hoy iban a comer y pasarla bien, pero el "pasarla bien" fue lo primero que iban a hacer. porque la intensidad subía más y más entre aquellos dos.

la lampara que estaba sobre la mesa era la única cosa que les daba luz, lo demás estaba apagado y solo se escuchaban sus respiraciones entre cortadas.

jiwoong tocaba delicadamente el menudo cuerpo de su novio, pues según él, su pequeño cuerpo era delicado y quería cuidarlo. además de que sus piel se erizaba a ante su frío toque.

seok no podía evitar soltar pequeños gemidos ante sus toques, le encantaba ser llenado por su mayor, se sentía tan completo y tan hermoso.

y así se pasó la noche. comiendo uvas sobre el sofá y la comida que el mayor había preparado. pero lo que más le encantó a kim fue el hecho de volver a ver a su novio con sus camisas, esas que le quedaban grandes.

fue una noche espectacular.

34 + 35 ━━ mattwoong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora