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EL HOGWARTS EXPRESS

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Durante sus últimos días en la Malfoy Manor, Daliah ocupó su tiempo en diversas actividades. Pasó largas horas dibujando, y gradualmente descubrió que utilizar círculos y líneas le ayudaba a mejorar las proporciones y la calidad de sus obras. Además, se sumergió en la música, disfrutando de una variada selección que incluía artistas como Michael Jackson, The Smiths, Queen y, ocasionalmente, ABBA, especialmente cuando estaba de buen humor. A pesar de ser fan de la música en general, sentía una preferencia particular por la música muggle, y siempre creyó que había heredado este gusto de su padre. Aunque conocía algunas canciones mágicas, como las interpretadas por Celestina Warbeck o Las Brujas de Macbeth, y aunque Los Thestrals no le disgustaban del todo, prefería con creces la autenticidad y la pasión que los músicos muggles ponían en cada nota. Para ella, la música muggle era simplemente superior.

Además de su amor por el arte y la música, Daliah aprovechó su estancia para sumergirse en la lectura. Leyó con avidez los primeros cinco capítulos del libro "El Retrato de Dorian Gray" antes de darse cuenta de que tendría que llevárselo consigo a Hogwarts para poder terminarlo. No creía que Draco lo extrañara, e incluso dudaba de que él siquiera conociera la existencia de ese libro, ya que su autor era un Muggle, y en caso de haberlo sabido, probablemente lo habría descartado sin pensarlo dos veces.


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Daliah se encontraba en la estación de King's Cross junto a Draco y Narcissa. Por suerte, Daliah no vio a Lucius durante su estancia en la mansión, lo que pareció aliviar a Sirius, quien se limitó a enviar una carta al día para mantener el contacto.


Mi querida Daliah,

Espero que te encuentres bien en la mansión. Solo quería recordarte lo especial que eres y pedirte que te mantengas fiel a tus valores. No confíes en nadie. Te quiero.

Con cariño,

Sirius Black


"Dios, entiendo la razón de sus problemas de confianza, pero ¿qué esperaba? ¿Que de la noche a la mañana decidiera dedicarme a las artes oscuras?" pensaba Daliah mientras se acercaban a la pared de hormigón entre las plataformas 9 y 10.

—Bien, simplemente tienes que cruzar por esa pared con seguridad —dijo Narcissa, que iba tan elegante como siempre, con su largo abrigo negro y sus guantes de encaje.

—Ehh...

—No tengas miedo, no te chocarás. —Añadió Draco con las manos en los bolsillos de su esmoquin.

Y siguiendo las palabras de Narcissa, Daliah cerró los ojos, apretó el mango del carrito donde llevaba todas sus pertenencias y caminó decididamente hacia la pared. Esperaba un impacto, un choque repentino, pero para su sorpresa, nunca sucedió. Con los ojos aún cerrados, sintió cómo el ambiente que la rodeaba cambió por completo. Podía oler el vapor del tren, escuchar el ulular de varias lechuzas; todo se volvió más cálido, más cómodo.

Cuando abrió los ojos, lo vio. El Hogwarts Express, más escarlata de lo que jamás había imaginado al escuchar las historias de su padre. Allí estaba, esperando pacientemente a sus pasajeros. Mientras se tomaba un tiempo para admirarlo, Draco apareció detrás suyo, después de unos cuantos besos de su madre, este empezó a guiar a Daliah hacia el tren, pero justo antes de que esta pudiera entrar, escuchó una voz.

—¿Te vas a ir sin despedirte?

Daliah se giró, era su padre Sirius, con una sonrisa radiante y con las manos en los bolsillos la miró con admiración.

𝑷𝒍𝒂𝒚𝒆𝒓 {𝑭𝒓𝒆𝒅 𝑾𝒆𝒂𝒔𝒍𝒆𝒚}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora