Prólogo

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Carros, motos, guardias, árboles, una vista panorámica de una cuarta parte de Seattle, quizás gloria para algunos pero para mí; una completa pesadilla.

El olor característico a remedio, metal, aire acondicionado, sangre y frío eran el único oxígeno que sentía entrar por mis fosas nasales, los pitidos del monitor cardíaco resonaban y el sepulcral silencio de la sala hacía que el motor del aire acondicionado se sintiera latente en mis oídos los sueros colgados en el porta suero eran algo en lo que me hacía girar mi vista hacia la enorme ventana en donde la cotidianidad era protagonista del anochecer más magnífico y glorioso que alguna vez haya visto.

Sola e incomprendida recordaba cómo era su forma de ser, sus risas, cómo me cantaba su canción favorita con esa voz tan dulce,  sentía un hueco en mi corazón pensar que nada volverá a ser lo mismo.

Ahí, en esa solitaria y fría noche estaba viendo a mi primer amor debatiéndose entre la vida y la muerte.

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Besos
Con cariño

Palcis

No Quiero Olvidar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora