Llevaba ya unas semanas con Dominique como paciente y cada vez que ella venía a la consulta, un escalofrío recorría mi espina; puesto que no entraba solo ella, también entraba "Minho", su amigo imaginario. Hoy por ejemplo me tocaba una sesión con ella, estaba intentando convencerla de dejar a Minho aquí para que yo pudiera hablar con él, pero se negaba.
-No puedo, va a llorar por las noches si no estoy -renegaba, tenía los brazos cruzados y el ceño fruncido.
-¿Por qué lloraría? -pregunté.
-Le tiene miedo a la oscuridad -contestó.
-Él es lo bastante grande para no temer a la oscuridad, Dominique, no creo que haya problema -expliqué.
-Lo sé, pero no voy a dejarlo aquí botado -me observó-. Luego ya no me querrá más.
-Él seguirá queriéndote -afirmé.
-Acaba de decirme que no -repuso.
Tomé aire y busqué una forma de persuadirla.
-Hagamos un trato -sonreí-. Puedes dejarlo aquí por la noche y mañana lo vienes a buscar.
-Dice que él no es una mascota, Sr. Hwang.
Suspiré. Esto era imposible.
-Démonos cinco minutos, ¿sí?
Ella asintió.
Cuando se alejó giré mi asiento y me puse de pie para caminar a mi escritorio y apoyarme con las manos en la mesa. Cerré los ojos y comencé a buscar en mi memoria alguna otra forma, algo que me hubiesen enseñado y que sirviera en este momento. El problema era que Dominique era una niña, sí, pero "Minho" no y él era quien parecía controlar su mente. Aunque seguía sin comprender cómo ella había desarrollado la habilidad de pensar como lo haría un hombre de veinticuatro años. Y también seguía sin comprender cómo es que yo veía a ese hombre de veinticuatro años en mi oficina.
A veces podía notarlo a un lado de la pequeña, susurrándole lo que tenía que decirme; otras veces estaba mirando los libros y cada vez que yo hacía una pregunta él se volteaba a mirarla. También había ocasiones en las que, según Dominique, él se ocultaba y nadie podía verlo. Pero nunca se separaban, él la acompañaba a todas partes y nunca hablaba, simplemente se limitaba a mirar y sonreír de una forma poco común y algo agresiva.
Inhalé y exhalé para darme otra vez la vuelta y mirar a Dominique jugar con su vestido, entonces noté que Minho no estaba y de repente comencé a sentir un poco de frio; como un escalofrío que me recorrió la espalda.
- ¿Dominique...?
Ella levantó la cabeza y me sonrió como si quisiera reírse de algo.
- ¿Sí...? -respondió.
- ¿Dónde está Minho?
-Está detrás de ti -dijo, como una niña inocente.
Tragué saliva y me enderecé, tenía el presentimiento de que esto no me gustaría nada.
***🐰***
Desperté de pronto y me incliné hacia adelante algo atemorizado. Unos cables tiraron de mi brazo y la cabeza me dio vueltas como si me encontrara en el ojo de un huracán. De prisa una enfermera llegó a mí y tomó mi espalda con una mano mientras que con la otra me forzaba a recostarme nuevamente. Parpadeé y vi todo blanco por un momento hasta que los demás colores comenzaron a saludarme y darle profundidad y forma a las cosas. Estaba en un hospital. ¿Cómo diablos había llegado a un hospital?
- ¿Qué hago aquí? -balbuceé.
La enfermera se dedicaba a ver el suero o algo que estaba sobre mi cabeza y cuando acabó me sonrió y enganchó sus manos juntas. Torcí o más bien dejé caer mi cabeza hacia un lado y a través del cristal pude ver a Dominique siendo regañada por su madre.
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They Can't See Me~ [Hyunho]
FanfictionHwang Hyunjin es un psicólogo que recibe adultos y niños día a día; pero uno de ellos Dominique y su madre se presentan a su consulta. La señora está preocupada, pues su hija aún tiene un amigo imaginario que le sigue a todos lados y no le permite h...