—Hola Mirco-. Saludé al chico que estaba frente a mí con una chaqueta roja. Iba hablarme pero tenía chocolate en la boca, me vio y así pasó como por 3 segundos.
Fruncí el ceño cuando llego a mi con una velocidad sorprendente, y empezó a hablarme sobre qué era el amor de su vida que éramos almas gemelas, me abrazo por la cintura cargandome. ¿Qué onda con éste?
—¡¿HAY ALGUIEN AQUÍ?!-. Grité.
Y toda la familia O'Brien llegó.
Ulises frunció el ceño mientras intentaba separarme de la estrella.
—¡Noelia!-. Chille.
—Sí Y/n-.
—¡Quitámelo!-. Exigí. No era molesto, tal vez alguien lo hipnotizo o algo no sé, pero me estaba dejando sin respiración, él es un vampiro y yo una humana, es obvia la diferencia de fuerza.
Noelina con solo el dedo índice lo mando a volar, cuando se repuso intento cargarme, corrí escondiéndeme detrás de Noelia.
—¿Y ti que te sucede?-. Preguntó casi gritando Ulises. Mientras movía los brazos exaltado.
—¿Qué pasó?-. Ahora fue Ana, quién lo dijo con su tono típico de preocupación.
—¡No lo sé, llegué mientras él comía y de la nada me estaba persiguiendo y abrazando!-. Explique mientras luchaba contra los brazos de Mirco.—¡Y él odia abrazar a la gente!-.
—¿Y?, Mirco ha estado enamorado de ti desde que te vio. Incluso supero a Daisy por ti.
Noelia preguntó algo raro con tono nerviosa.
—¡Ay no!-. Se exaltó María.—¡No, no, no!, ¡Ay no!-. Volvió nerviosa.
—Mamá, que eran esas cosas-. Preguntó Ana con enojo.
—Noelia-.
—Eh no, La señora María me dijo que se los diera al Conde Drácula-.
–¡Mamá!-.
—Son... Son gomas que hacen que tus sentimientos más profundos salgan al flote-. Terminó mientras acariciaba su trenza.
—¡Mamá!-.
—¿Y si lo dejamos así?-. Cuestionó Daysi feliz, la miré mal.—Bueno, ambos se quieren, y yo podré estar con Max-. Dijo sonriendo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mientras que Ulises está intentando encontrar algo para quitármelo de encima, Mirco ha intentado besarme, olfatea mi cuello y no me suelta.
Estamos sentados en los sillones y Ulises en su Laboratorio.
Cuando voltee a ver a Mirco, éste tenía sus ojos rojos y sus colmillos relucientes, asustada me alejé de él en un salto, Noelia que intentaba ver la televisión, me escondí detrás de ella.
—¿Por qué tiene los colmillos?-. Pregunté gritando, tengo un poquitin de miedo.
—No dejen que se le acerque-. Negaron todos y Ulises llegó, lo lleno de algo, perfume tal vez.
