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Entré al estudio de la chicas en YG casi emocionada, apenas hace algunos minutos Jisoo me había llamado acerca de haber terminado la pista, asi que me apresure hacia el famoso estudio

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Entré al estudio de la chicas en YG casi emocionada, apenas hace algunos minutos Jisoo me había llamado acerca de haber terminado la pista, asi que me apresure hacia el famoso estudio

—¡Jisoo es increíble! —objeté completamente emocionada una vez que la había escuchado.

Me había fascinado.

—Gracias, gracias. —agregó con cierto aire de orgullo— Teddy aceptó ayudarnos ¿Tú has terminado la letra? —negué, la verdad me había reservado pensar tanto en ello estos días, tan solo había avanzado una que otra línea que había borrado.

—Jisoo. —se escuchó la voz de su Manager fuera de la habitacion— Oh, Hola Hannah. —Le mostré mi mejor sonrisa y devolvió su mirada a Jisoo— Ha llegado el tipo que arreglará lo de las puertas, pero no encontramos al director ¿Sabes dónde está? —Le indicó, mi amiga asintió y me mostró una sonrisa de disculpas mientras se ponía de pie.

—Lo ví hace rato salir de su oficina. —menciono que se dirigía hacia...y se fueron.

Iba a quedarme allí, pero apenas escuché una melodía muy pegadiza me puse de pie y caminé hacia ella.

Me detuve frente a una de las puertas y asomé un poco mi cabeza dentro de la habitación, para encontrarme con la principal causante de mis inseguridades.

Se encontraba bailando de una manera tan lenta y sensual, con cierta fuerza y agilidad, sus movimientos eran hipnotizantes.

Verla bailar se sentía tan escalofriante, tan increíble.

En uno de esos segundos su vista chocó con mis ojos por medio del espejo y entonces me mostró una pequeña sonrisa, para después detener la música.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó.

—Estaba viendo lo de la pista con Jisoo, pero tuvo que hacer algo. —me encogí de hombros entrando completamente y cerrando la puerta detrás de mí.

Me sentía de cierta forma nerviosa.

Por fin estábamos a solas, sin cámaras, sin otras personas.

—Bailas tan bien. —la elogie.

—Lo sé. —se encogio de hombros, al mismo tiempo que colocaba mis ojos en blanco.

—Se dice gracias, tonta. —sonreí falsamente, para luego soltar una risita.

La verdad me encantaba, amaba que fuera tan segura de sí misma, que fuera tan cautivante, me fascinaba que lo supiera y no le avergonzara reconocerlo.

—¿Bailas bien? —Preguntó aún de pie a lado del computador del cuál estaba colocando música.

—Aunque es parte de mi trabajo, no soy tan buena. —le respondí acercándome a ella.

—¿Te gustaría que te ayude a mejorar? —Se ofreció.

—¿Por qué eres tan amable conmigo? —cuestioné cortándole.

Out Of Cameras | LisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora