𝟬𝟱

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Ahora si me iba a oír

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Ahora si me iba a oír.

Cerré el video y fuí directamente al icono de llamadas, busqué su numero y le marqué esperando que contestara.

Primer tono.

Segundo tono.

Tercer tono.

Contesta maldita cobarde.

—¿Bueno? —por fin atendió.

—¡¿ESTAS DEMENTE?!

—Un placer volver a oir tu linda voz, rechazadora de llamadas. —murmuró con evidente sarcasmo.

—¿COMO SE TE OCURRE DECIR ESO? ¿QUE ES LO QUE TIENES EN EL CEREBRO MANOBAL? ¿HAS VISTO QUE YA HAY RUMORES SOBRE NOSOTRAS POR TU CULPA? ¡AHORA TODO SERÁ PEOR, GRANDÍSIMA TONTA! —mis cuerdas vocales ardían por el levantamiento de voz.

—Pero nos vimos ayer, ¿Como me extrañas tan pronto? —su tono era alegre y dulce.

—Que...? Lisa déjate las bromas, ¿Has visto lo que causaste en Twitter? —Cuestione— Y en todo caso ¡¿Por qué serias tu la friendzoneada?! —comencé a estresarme.

—Estoy bromeando, ahora no puedo hablar ¿Bien? ¿Recuerdas el paseo nocturno? Apenas salga de aquí, paso por tu depart... —habló tranquilamente, su voz era algo agitada, supongo que estaba ejercitandose o practicando.

—¡Ni se te ocurra venir a mi departamento! Solo empeoraria todo. —le indiqué, tome mi entrecejo entre mis dedos. Ya habia agarrado ese tic como costumbre cada que hablaba con Lisa, ella solo rió— Veámonos en el parque del río Han.

—Bien, te aviso en cuanto salga. —soltó otra risa antes de colgar.

Asi fue como estuve cerca de dos horas esperando la bendita llamada, finalmente llegó, tome mi celular y salí de allí sin siquiera arreglarme, ya que en caso de que nos vieran el verme arreglada empeoraría los rumores.

La salude de lejos vigilando que no hubiera nadie siguiéndonos.

—Entiendo, pero es solo una broma ¿Ok? No tienes por qué molestarte, simplemente no prestes atención y ya. —nos encontrabamos sentadas en dos banquetas, una frente a la otra a una distancia considerable, casi levantando la voz para que la otra pudiera escuchar claro— ¿Y por qué no contestaste mi llamada? Ahí se puede comprender quién es la del amor unilateral aquí.

—¿Qué amor unilateral? —rode los ojos— Y se que no debo molestarme.

Algunos pares de gotas empezaron a caer sobre mí cabeza.

—Pero además de eso olvidaste mi cumpleaños. —bufé, ambas nos pusimos de pie, estabamos una frente a la otra, aún conservando cierta lejanía.

—Cualquiera podria olvidarlo. —objetó.

Out Of Cameras | LisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora