𝟬𝟮

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—¿Lista? —asentí con una pequeña sonrisita, lo había dicho apenas me vio salir del camerino—Okay

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—¿Lista? —asentí con una pequeña sonrisita, lo había dicho apenas me vio salir del camerino—Okay. —indicó con su cabeza para ir, caminamos juntas y vi detrás de mí.

—¿Y los demás? —Cuestioné y simplemente se encogió de hombros.

—No lo sé, sólo te dije a ti. —fue lo que dijo, asentí lentamente— ¿Te incómoda? Ya hemos estado las dos solas en otras ocasiones.

—Sí, pero no en una salida ¿Y si nos ve alguien? ¡O peor aún! ¡¿Y si nos toman alguna foto?! —abrí mis ojos espantada.

—¡Cálmate! No debe importarnos lo que piensen, sólo somos dos personas que tienen una relación amistosa ¿Bien? —me miró de reojo, con esa frecuente sonrisa de entusiasmo— Y tampoco es como que vaya a besarte o a tomar tu mugrosa mano. —Bromeó tratando de aligerar el ambiente.

Quedé mirando mi mano mientras seguíamos caminando, por inercia la limpié disimuladamente en mi pantalón y la olí cuando se adelantó un poco.

¡Mi mano no es mugrosa!

—Deja de oler tu mano. —me espanté.

Lisa daba miedo, ni siquiera me había visto.

Caminamos fuera del edificio para encaminarnos a la cafetería de la esquina.

Nos sentamos en una de las mesas apartadas de la ventana a pedido mío, por supuesto que terminó accediendo después de haberse quejado como una niña molesta durante tres minutos con la excusa de que hay que aprovechar al máximo las horas de luz natural.

La mesa era para dos personas, una sentada frente a la otra, a un lado, cerca de nosotros se encontraba una pantalla transmitiendo algunos videos de publicidades.

Uno de los meseros se acercó a nuestra mesa.

—Café americano, ¿no? —levantó una ceja hacia mí, asentí energéticamente— Hola, me da por favor un café americano y una malteada de chocolate. —le ofreció una sonrisa amigable, el chico casi se desmaya por lo preciosa que se vió.

Es que ¡¿Cómo era posible?!

—O-okay. —asintió tomando nota nerviosamente en su libreta, mostró una corta reverencia antes de retirarse.

—¿Cómo recordaste que me gusta el café americano? —le sonreí.

—¿Cómo no recordarlo? Es una bebida caliente de agua con café, asqueroso. —hizo una mueca, rodé los ojos.

—No dejas de juzgar mis gustos. —dije ofendida.

—Porque tienes malos gustos, prefiero los sabores dulces y bebidas frías. —se encogió de hombros.

—No tengo malos gustos, si fuera así me gustarías tú. —contraataqué.

—¿Estas segura de que sería mal gusto? —desplegó un poco su sonrisa de forma traviesa, casi me ahogo con mi propia saliva.

Out Of Cameras | LisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora