Bouquet

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Narra Temari


Pasó una semana desde nuestro aniversario y mis esperanzas de que me pidiese matrimonio se habían extinguido, recuerdo incluso haberle contado a Itachi y él muy campante me dijo que había perdido mi oportunidad porque sin conocer a Shikamaru tantos años sabía que no haría la gran pedida que yo tanto imaginaba.

Mierda.

Continué haciendo nuestras maletas para viajar a Chicago, mientras él cocinaba algo ligero para ambos yo guardaba nuestra ropa.

Shikamaru es el hombre más amoroso y consentidor que exista en este mundo, al menos conmigo lo es ¿Cómo es que no puede darse cuenta de mis verdaderos deseos?

Lo amo odio...

— Muñeca la cena está lista —lo miré derrotada y él se acercó— ¿Qué pasó, porqué esa carita?

— Nada —me levanté de la cama— ya terminé —nos miramos— espero que la ropa no se arrugue tanto aunque igual la mandaremos a la lavandería

— No te preocupes por eso —se acercó y me dio un corto beso— ¿vamos a cenar?

Asentí y salí con él de la habitación, había cocinado salpicón de pollo con papas sancochadas sin arroz... el siempre cuidado mis curvas.

Soy su musa.

— ¿Quién nos recoge? —preguntó empezando a comer— o debemos ir en taxi

— Le dije a mi hermano que iremos nosotros solos —respondí comiendo su ensalada, son buenazas— según Gaara andan corriendo de aquí allá por ese mejor vamos tranquilos

Él asintió y continuó cenando, todo estaba rico, él siempre se esmera en sus ensaladas, le mete de todo para que te llene el estómago.



International Airport O'Hare



Viernes 9:21am



Ni bien pise el aeropuerto sentí tanta nostalgia, no puedo venir muy seguido por el hospital y menos ahora por el post grado.

— ¿Feliz? —preguntó sosteniendo mi mano libre y yo asentí— me alegra mucho muñeca, tú solo mereces sonreír

Me llenó el corazón que dijera eso sobretodo porque a su lado soy muy feliz pero si fuera su esposa lo sería más.

Hay mujeres que pueden estar en contra y decir que una boda no te da la felicidad y menos ser la señora de tal, pero yo si lo deseo, muero por caminar al altar y ser la señora Nara... también muero por tener un bebé, no se lo he dicho todavía pero es algo que últimamente ha estado rondando mi cabeza.

Quiero empezar una familia pero también siento que no es el momento, él tiene pensado comprar máquinas para su clínica y yo estoy en medio de un post grado que deseo terminar.

— ¿En quién piensas? —lo miré sentada en el taxi— en mi supongo ¿no? —sonrió de lado

Esa sonrisa... esa maldita sonrisa que me alborota el corazón

— Si, pensaba en ti.

— En qué si se puede saber

— En realidad en nosotros y en cómo continuará avanzando nuestra relación

— ¿Te preocupa algo de nuestra relación? Yo pensé que todo estaba bien

— Si, si lo está —me acomodé para verlo a los ojos— lo que pasa es que pensaba en que es lo que sigue para nosotros

Amor a primera vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora