Hasta el próximo miércoles

260 34 17
                                    





Narrador Omnisciente

Temari salió corriendo del Bar llorando, no le importaba la vergüenza, no le importó ser expuesta, lo que la frustraba y le dolía era lo que le había dicho.

Que era el amor de su vida, que desde que la vio se enamoró de ella.

Dios ¿cuánto tiempo? ¿Cuántos años? Eran las preguntas que inundaban su cabeza.

Estiró la mano y subió al primer taxi que paro y subió.

— ¿Dónde la llevo señorita?

Temari miró llorosa al taxista y le respondió.




Shikamaru salió corriendo junto con Itachi mirando a ambos lados.

— Shikamaru subió a ese taxi —seńaló itachi a media cuadra— hay que seguirla...

— Espera —lo detuvo— dale un tiempo, lo necesita

— Pero ¿A dónde fue?

— Itachi yo soy el más interesado en hablar con ella pero creo que lo que hicimos estuvo mal... espérame aquí voy por mi auto, yo sé a dónde fue.

Shikamaru recogió a Itachi en la avenida y condujo por más de media hora en silencio.

Llegaron cerca de la playa y se estacionaron cerca de un muelle.




Muelle 🌊




— ¿Qué hacemos aquí?  —preguntó mirando por la ventana— No te he preguntado nada en todo el camino porque pensé que sabrías dónde estaba y resulta que me traes a la playa.

— Ella está sentada en el muelle —respondió apagando su auto— este es su lugar favorito para pensar.

Itachi miró hasta el muelle pero la lejanía no lo hacía divisar a nadie

— Yo no veo nada.

— Sal del auto.

Shikamaru se soltó el cinturón de seguridad y salió del auto.

Itachi replicó su acción y también salió.

Ambos caminaron unos metros y al fin Itachi la vio a lo lejos.

— Tenías razón

— Ella es mi mejor amiga es natural que sepa a dónde podría ir —Itachi movió la cabeza— ¿puedes esperar aquí? —lo miró— necesito hablar con ella a solas.

Itachi dio un profundo suspiro y asintió, retrocedió y caminó en dirección contraria adentrándose a la orilla de la playa.

Shikamaru caminó con las manos en los bolsillos tratando de cubrirse del frío aire de la noche.

Temari estaba ensimismada en sus pensamientos cubriéndose así misma con ambas manos, ella sólo miraba como se movían las olas una tras otra, hasta que sintió que algo la cubrió sobre sus hombros.

— Que tonta —dijo mirando al frente— debí suponer que vendrías aquí

— Lo lamento —dijo sentándose a su lado

— ¿Qué lamentas?

— Todo —ambos seguían sin mirarse— no debí hacer lo de hoy.

— Sabes que eso no me molestó —se encogió de hombros— creo que la vergüenza no se compara a lo que realmente siento... ¿porqué...

— No lo sé —interrumpió la pregunta que sabía que le haría— yo me enamoré de ti sin darme cuenta —Temari empezó a llorar sin mirarlo— tuvimos esa conexión que hizo que nuestra amistad sea única y no quería arruinarlo.

Amor a primera vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora