Sparrow Academy || Five Hargreeves.

VII.- H A R L A N.

Capítulo 7.- Harlan.

Ellie.

Salí de la habitación, dejando solos a Cinco y Lila con el maletín, y rezando a los cielos para que pudieran trabajar juntos sin que ninguno terminará mutilado o asesinado por el otro.

Al principio había creído que era una muy buena idea, y dos segundos después de cerrar la puerta, empecé a creer que pudo haber sido todo lo contrario. Es decir, los dejé sin supervisión.

A dos asesinos que se odian a muerte.

Irónicamente.

Pero no iba a regresar, ya lo había hecho y no daría marcha atrás. Sobre todo porque, en el fondo, también había sido una buena oportunidad para tener tiempo para pensar en lo que había ocurrido minutos más tarde.

Sé que Lila no tenía intenciones de herirme con sus palabras y no estoy molesta con ella en lo absoluto. Pero la verdad, es que por alguna razón la situación me incomodó.

Y la verdad es que no entiendo el porqué.

Desde que Cinco se abrió conmigo y me aclaró su situación con Delores cuando estábamos en la habitación de Diego, bajó el gimnasio, lo había entendido y asimilado bien, y su mención no me había vuelto a afectar.

Es cierto, no reaccioné bien la primera vez que Cinco me habló de ella. En realidad, me había sentido completamente estúpida en su momento por haberme aferrado a esperar por alguien que no había vuelto cuando se supone que lo haría, quien me dejó con el corazón roto y una promesa vacía. Creí que él había continuado. Y me sentía estúpida por no haberme permitido seguir adelante también.

Pero no me sentí molesta con Delores.

Por ello, no entendía el porqué de la ligera opresión en mi pecho y la incomodidad. A caso, ¿estaba siendo insegura?

No tenía explicación para mí sentir en ese momento.

Así que opté por alejarme un poco, y distraer mi mente con otras cosas. Para, después, con mayor calma, meditar el asunto.

Había dado un paseo por el hotel, buscando a Viktor o Allison, pero no los encontré, en cambio, me topé con Luther y Diego, quienes me invitaron a jugar con ellos Mahjong, en la primera planta del hotel.

Había estado pasando los últimos cuarenta minutos pateándoles el trasero a mis hermanos en el juego. Y la verdad es que me la estaba pasando bien escuchando sus quejas y lloriqueos como los malos perdedores que eran.

— No entiendo. ¿Perdí?- Me preguntó Luther con el ceño fruncido. Después bufo. — ¿Cómo es que ganaste de nuevo?

— Porque son demasiado malos para esto.-Me burlé mientras acomodaba de nuevo las fichas.

Diego a mi lado se cruzó de brazos.

— Oh, miren a esos ñoños llevándose bien...- Hizo una seña con su cabeza apuntando por detrás de mí, al girarme sobre mi hombro vi que se refería a Allison y Viktor, quienes venían hacia nosotros. —... Haciendo cosas de hermanos.

— ¿Y?- Se encogió de hombros Luther.

— Exacto, ¿Qué tiene de malo?- Le pregunté confundida.

Diego nos miró con obviedad reflejada en su rostro antes de responder;

— Eso nunca termina bien.