Tercera temporada de, Ellie Hargreeves: The Beginning of Destruction.
Historia basada en la serie original de Netflix "The Umbrella Academy". A excepción de Ellie Hargreeves, todos los demás personajes pertenecen a Steve Blackman quien es el...
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Ellie.
Caminaba detrás de mis hermanos, quienes no dejaban de quejarse adoloridos por nuestra reciente pelea con los Sparrows. Afortunadamente, yo no había resultado tan lastimada como ellos, pero la verdad es que no me había hecho sentir bien lo ocurrido hace unos instantes.
Papá había decidido reemplazarnos, y lo hizo tan fácilmente como si solo se hubiera decidido a cambiar las cortinas de la casa.
Por supuesto, que estaba muy indignada.
Tuvimos que caminar unos cuantos minutos hasta que encontramos una pequeña zona de descanso cerca del parque, junto a una pequeña laguna. El lugar era todo verde, y se respiraba completa tranquilidad, que es precisamente lo que ahora necesitamos más que nunca.
Klaus fue el primero en recostarse sobre la mesa extendida de una de las bancas. Luther y Allison se aproximaron a una de las bancas frente a él, Diego se acercó a contemplar la laguna, y Cinco y yo nos sentamos a continuación de Klaus en otra banca.
Rápidamente, mi chico pasó uno de sus brazos por mi cuerpo en cuanto tomé asiento a su lado. Y me dediqué a inspeccionar su herida en la frente.
— Ah, me voy a...- Soltó un quejido Luther. — Me voy a sentar un minuto.
— Eso no salió bien.- Comento Diego volteando a mirarnos con seriedad.
— No, fue bastante olvidable.- Le contestó Cinco.
La espalda de Klaus tronó escandalosamente al estirarse en la mesa.
— Mis huesitos.-Gruño.
— ¿Estás bien?- Escucho que mi hermana le pregunta a Luther.
— Aún no lo sé. Nunca antes me habían dado semejante paliza. Es como...- Luther la señala con sus dos manos. — Aquí tienes. Una paliza para ti.
Allison se quedó en silencio, viéndolo con expresión extraña unos segundos.
— Okey, Luther tiene daño cerebral.- Nos anunció.
— Creí que eso ya lo sabían todos.- Me burlé.
Klaus se enderezó y tomó asiento correctamente para mostrarle tres dedos a Luther.
— ¿Cuántos dedos ves?- Número Uno ni siquiera le prestó atención.
— No puede ser. ¿Y Vanya?
No tuve tiempo de preocuparme, ya que enseguida Allison señaló el camino por donde habíamos llegado. Vanya, venía caminando hacia nosotros sana y salva a paso tranquilo.
