Oh. Dios. Mio. Nos correspondimos la mirada, era una velada perfecta, sentía que éramos tal para cual, aunque solo lo conocía hace 30 minutos, tal vez era mi alma gemela, ¿Esto es el amor a primera vista? Podía jurar que tenía corazones en mis ojos, acercamos nuestros labios, sus ojos se cerraban, lo míos también, todo iba a la perfección, hasta que...
— Oye deja a mi mechitas— escuché una voz, extrañamente muy muy familiar, también sentí que me empujaban, tarde en abrir los ojos porque se me quedaron pegados, moraleja nunca usar mucho rimel, te hace ver demasiado gay y se te pega, pero bueno, abrí mis ojos y lo ví a él...
— LUCAS QUE MIERDA HACES AQUI— me puse a la defensiva, por un momento hasta me había olvidado que existía y que era mi próximo esposo, pero... Tenía otro posible esposo, tal vez me gusten los dos, cómo se llamaba esto, polígono? Bueno tal vez 2 culones en mi vida no es tan malo, dos culos, dos penes, dos de todo.
— Tu quien eres, maldito— Dijo el guapetón de Vicente, ¿Ya dije que es hermoso? Por él entiendo la palabra gay, ojalá **** y ****, pero okay, siguiendo con la pelea, Vicente frunció el seño, bien sexy el señor, y apretó los puños, espera, ¿Van a pelear? ¿Por mi?
— Vine a recuperar lo que debería ser mío— Hasta sentí que gruño, que caliente se ven ambos, tal vez si fue buena idea venir a este bar, sacando el hecho de que huele a semen y hay condones por todas partes, pero tengo a dos hombres calientes peleando por mi ¿Esto es acaso mi poder homosexual? Atraer gays calientes y pitudos.
— Amigo alejate, ya lo iba a reclamar, pero llegaste tú y lo arruinaste— Vicente me tomó de los hombros y me tiró hacia él, sentía que me ahogaba en sus tetas, dios, ¿Este hombre era un adicto al gym? Porque sus brazos son extremadamente gruesos y duros, retomando el hecho de que me estaba ahogando en él, Lucas intento arrebatarme, lo cual le funcionó, hasta cierto punto, en estos momentos era como un peluche, de un lado a otro, estirandome cada vez más, creo que ya no quiero dos esposos...
— AGHH SUELTENME ESTÚPIDOS— Me atreví a decir, odiaba hacia donde iba esto, osea, amaba que pelearán por mi, pero no que me rompan, por lo menos no de esta manera.
Cuando ambos me soltaron me apresure a la salida, posiblemente vuelva a esconderme en mi habitación, nunca debí confiar en los hombres, solo debo confiar en mi peluche. Escuchaba como ambos me gritaban, pero no veía hacia atrás, cuando logré llegar a mi hermosa y cómoda cama, solo me deje caer.
