Algo falta, algo en él no estaba completo.

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Era lo que pensaba Little King John mientras se veía en el espejo. Algo faltaba para completar su grandeza como rey.

No lo había considerado antes, cuando no trabajaba por nada y solo con una orden todo se le daba en bandeja de oro; no obstante ahora que está restaurando su reino desde cero y tomando con seriedad lo que verdaderamente significa ser un rey, había algo en él que gritaba con fuerza que algo faltaba. De inmediato pensó en que era algo de su apariencia, algún accesorio para lucir como un verdadero monarca.

¿Pero qué? Ya tenía la corona y siempre de alguna forma trataba de estar arreglado y lucir bien, sus zapatos siempre estaban brillando de limpios y su ropa siempre estaba impecable. Pero algo estaba vacío.

Sus pensamientos se frenaron apenas escuchó el llamado de dos toques de la puerta de su habitación.

-¡¿Quién es?!- Preguntó Little King John alejándose del espejo para aparentar un ambiente ordinario y natural.

-Soy yo, John- Se escuchó la voz de Sneezy, aquel ser que encontró perdido en un pedazo de tierra mientras lo demás estaba cubierto de agua y también su querido amigo en esos tiempos tan difíciles. - John, tengo algo que te interesará - Insistió Sneezy.

Little King John apenas escuchó su voz y sintió un pequeño malestar en su estómago una gran sensación de calidez en su pecho, le gustaba hacerse del rogar pero con Sneezy definitivamente no lo dejaría esperar tanto tiempo. Solo se aseguró de tener una buena imagen para su amigo y en cuanto reafirmó que estaba impecable, caminó tranquilamente a la puerta.

Little King John abrió la puerta y vio a su amigo Sneezy, sentando en frente de él, con una expresión de tranquilidad y felicidad en su rostro.

-Sneezy, ¿Qué es lo que necesitas?- Preguntó Little King John.

-Como mencioné, es algo en el que tú saldrás beneficiado, así que pido permiso para pasar a tu habitación y hablar de mejor forma- Contestó Sneezy.

John no estaba acostumbrado dejar que cualquiera accediera a algo tan privado de él como su habitación, pero con Sneezy haría la excepción. Después de todo con él es el que ha pasado en estos tiempos de angustia desde que comenzó la inundación, el encuentro de esta nueva tierra y la reconstrucción de su reino. Ya ha hablado con él de todo, sus sueños, deseos, su reino, le dió su confianza, su amistad, su esperanza y anécdotas de él mismo, así que ¿Por qué no hacerlo un poco más?.

Little King John abrió más la puerta y se hizo a un lado para que Sneezy pudiera pasar, vio como en su cola cargaba con algo de color morado oscuro envuelto de un moño dorado, pero no vio exactamente qué era.

Sneezy se detuvo en el centro de la habitación mientras Little King John cerraba la puerta, el rey se dirigió a su compañero y se posó emocionado frente a él por saber que era lo que tenía Sneezy para él.

-Y dime, ¿Qué es lo que tienes preparado?- Preguntó Little King John con los brazos cruzados.

-Bien, John... Haz cambiado mucho a lo largo de este gran viaje; aún recuerdo cuando eras ese rey sin reino en busca de tierra, cuando cantábamos canciones de marineros, cuando cruzamos el mar, cuando acogiste a aquellos aldeanos que al igual que tú sintieron la desesperación de la inundación y sobretodo ver la emoción de tus ojos cuando finalmente encontramos tierra, cuando comenzaste a levantar ésta gran ciudad y cuando recuperaste tu corona y te convertiste en un verdadero rey- En eso Sneezy bajó el objeto que sostenía en su cola- Te has ganado el respeto y admiración de esa gente y el mío, es por ello que tengo gusto y el placer de darte esto-.

Sneezy con una de sus patas acercó aquel objeto hacia Little King John. Este se quedó observándolo con curiosidad, estiró su cuello para acercarse al objeto un poco más y apreciarlo de mejor forma sin tener que tocarlo. Sonrió al ver que era algo especial.

El vacío de un monarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora