Little King John siente un vacío en su interior desde hace un tiempo, busca con desesperación llenarlo y como es de costumbre mientras está en una situación tan personal tan complicada, llegan seres de color negro y morado en busca de su cabeza.
Él...
La tensión era grande, Ratboy Genius a pesar de estar determinado a comenzar dar el primer paso para tener una relación más amistosa, sentía que Little King John emanaba un aura que lo preocupaba y mantenía alerta. Little King John y Ratboy Genius se dirigieron a una pequeña habitación, más pequeña que las demás áreas y habitaciones del palacio. Al abrir la puerta y ambos entrar, Ratboy Genius quedó impresionado a ver lo bonito que era este cuarto para ser solo un lugar que sobraba en el palacio.
Tenía una gran ventana la cuál daba una bella luz natural, una mesa considerablemente grande, una silla normal, un lindo sillón, una pequeña mesa de estar y dos cajas sobre la mesa grande; una de las cajas era pequeña mientras que la otra era grande en el largo, Ratboy Genius quedó con la boca abierta.
-¿Qué lugar es este, su majestad?- Preguntó Ratboy Genius aún anonadado.
-¿Este lugar? Bueno, en un principio un lugar que sobró al construir este palacio -Contestó mientras cerraba la puerta detrás suya- Pero ahora tu lugar de trabajo.
Ratboy Genius sintió un leve escalofrío correr por su espalda al escuchar eso, volteó lentamente hacia atrás para ver a Little King John, el cuál tranquilamente y sin hacer contacto visual con él, parecía estar buscando algo de su túnica y lo encontró.
-¡Ajá! -Expresó en señal de triunfo, para luego proceder a sacar un cuaderno, el cuál a simple vista se observó que estaba lleno de pequeñas notas con pequeñas hojas de colores pegadas que sobresalían de las páginas, Ratboy Genius no lo sabía pero era su diario, el cuál cargaba no solo para hacer anotaciones de su día a día cuando llegaba la noche, si no que también la usaba para hacer notas importantes a lo largo del día, un ejemplo sería bocetar algunos pequeños dibujos de lo que se atravesaba por su mente y así relajarse cuando no tenía su piano a la mano.
Little King John comenzó a hojear el cuaderno, mientras Ratboy Genius de forma no discreta intentaba ver el contenido del cuaderno, su curiosidad era poderosa, pero cuando Little King John lo vio de reojo y se dio cuenta de sus intenciones de inmediato y muy molesto se dio una vuelta de más de noventa grados para evitar que la rata amarilla siguiera fisgoneando. Little King John arrancó una hoja de papel y cerró raídamente su cuaderno y visiblemente emocionado miró a Ratboy Ganius.
-Bien, Ratboy Genius, lo que te voy a dar es algo tan genial que me da toda la razón del mundo para ser estricto contigo y solo pedir perfección de parte de tu trabajo-.
Un leve escalofrió recorrió por su espalda, empezó a sentir el peso de la gran responsabilidad que cargaba en sus hombros. Como si se tratara del pétalo de una flor, Little King John le dio con delicadeza aquella hoja; al tenerla en sus manos y extenderla frente a sus ojos, Ratboy se sorprendió lo que vieron sus ojos. Era un plano de su vestuario, muy bien diseñado y cuidadosamente detallado. También tenía en una pequeña esquina un garabato chistoso del propio Little King John, Ratboy Genius río un poco por eso, pero no tardó en captar su atención de nuevo en lo que importaba.
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