Capítulo 1

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Dos horas de descanso no parecían suficientes. Su vista tenía vida propia en cuanto el reloj marcaba las 11: 30 a.m , miraba por el enorme ventanal de su oficina y la distinguía de cientos de personas , parecía una mancha blanca en medio de un lienzo negro.

El enorme edificio donde se situaba su oficina le hacía frente al humilde café al cual entraba sin falta aquella mancha blanca a la misma hora .

Wechsler Company es la mayor empresa de seguros en la ciudad, con infinidad de sucursales distribuidas a lo largo y ancho del país. Su dueño, el señor Wechsler, es respetado por todos y un hombre de gran estatus social, perteneciente a una familia distinguida.

Quien mirara al señor Wechsler le parecería alguien serio, frío, distante y muy profesional ,exactamente su carácter. Un joven de 25 años, propietario de la mayor empresa de seguros. Cabello castaño claro, casi rubio , ojos grises oscuros, piel levemente bronceada y de una altura imponente. Es , sin duda , el tipo de persona que te haría temblar de solo mirarlo .

Pero no todo es lo que parece y contrario a lo que muchos pensarían ,Drew Wechsler se pasaba mirando hacia abajo durante sus horas libres para perderse en sus pensamientos hasta que la mancha blanca entrara en el café y saliera para perderse entre la muchedumbre. La observaba con adoración, su figura le parecía un sueño, caminaba con cuidado y seguridad . La única vez que estuvo cerca de ella fue como si se desconectara del mundo. Fue mágico, extraño, amor a primera vista o brujería, no sabía bien pero le resultaba atrayente.

Desde aquel día en que su corazón amenazó con abandonarlo y dejarlo a su suerte siempre que bajaba la mirada la encontraba, caminando, leyendo un libro o conversando. Eso no era normal pero si inevitable.

Por eso dos horas de descanso no parecían suficientes como tampoco lo era el valor del dueño de Wechsler Company para dirigirle la palabra a aquella desconocida que lo acediaba todos los días y todas las noches.

-¿Y si te tiras ? A lo mejor así consigues su atención -le recomendó Neil, su mejor amigo, mano derecha y grano en el culo en los peores momentos.

-Si te lanzo a ti me sería más factible -respondió Drew, dedicándole una mirada asesina.

-Yo solo decía. No es que ella te fuera a hablar solo porque sí.

-No necesito que lo haga, es solo atracción visual, nada más.

-Claro -dijo Neil mirándolo raro, como si fuera retrasado.

-Déjate de estupideces y dime que tienes -demandó Drew dispuesto a no comentar nada en el asunto.

-Bueno, señor "No me paso dos o más horas mirando a alguien por la ventana " , llegaron nuevos clientes en la sucursal del este y tu padre te envío una invitación para cenar la semana que viene para hablar con invercionistas extranjeros -habló en tono profesional.

-Bien, pásame los nuevos pedidos, los revisaré. Y dile a mi padre que iré a esa cena.

-Ok -dijo Neil dirigiéndose a la salida. Se detuvo antes de llegar a la puerta y girándose hacía su amigo le dijo-: Por cierto, ¿te parece ir por un café a la cafetería del frente?. Me da curiosidad el lugar que tanto miras .

Drew, ignorando la última parte, decidió que era una buena idea pues no se encontraría con la extraña chica que no dejaba su mente en paz.

-De acuerdo, vamos -se levantó y se dirigió junto a Neil al ascensor.

A su paso, los demás empleados guardaban silencio como si estuvieran en un funeral. Todos se quedaban admirando al hombre dueño de todo aquello. Su belleza era irreal y su presencia demoledora , era un reto sostenerle la mirada .

Subieron al ascensor en completo silencio, el único ruido que percibía Drew era el de sus pensamientos. Volvería a entrar al lugar donde la vio. Pensó que era solo por acompañar a su amigo, pero muy en el fondo sabía que al fin tenía una escusa para volver a entrar donde todo comenzó.
Ambos hombres salieron del edificio y cruzaron la calle. Era un día normal, sin nubes , sin viento, sin lluvia, sin ella.

Entraron al modesto local y Drew tuvo un dèjá vú: Recordó la primera vez que entró para huir de la lluvia, no le había dado tiempo a cruzar a su edificio y sin nada con qué cubrirse entró y apenas lo hizo ,la vio. Tan sencilla y hermosa que parecía un sueño , se limitó a observarla y a enloquecer en silencio mientras la lluvia cesaba. Y solo salió de su trance cuando la vio desaparecer por la puerta con libros en la mano y dejando su fragancia en el aire.

Saliendo de sus recuerdos, Drew y Neil tomaron asiento en una de las mesas y ordenaron sus respectivos pedidos mientras el peli negro no paraba de burlarse de su amigo .Desde que el castaño le contó aquel suceso con lujo de detalle, Neil, como " buen amigo " que es , no paraba de burlarse de como un hombre como él no es capaz de hablar con una chica que le había resultado atractiva . Pero Drew le dejaba pasar las gracias, ya luego se vengaría .

Ahora mismo le estaba agradecido por haberle hecho llegar al café donde por sí solo no podía entrar, no de nuevo. No desde que se percató de que ella entraba casi a diario y se dedicó a admirarla en secreto.

Hablaron de banalidades ambos sujetos y rieron con jovialidad al burlarse de ellos mismos . El café era agradable, tenía un toque antiguo sin resultar tan añejo . Drew comprendía porque a su mancha blanca le gustaba ese sitio , él mismo entraría con frecuencia si no tuviera tanto trabajo.

Se la imaginó bebiendo café, conversando con amigas , leyendo uno de los libros que estaban en un estante a un lado del mostrador. Se la imaginó riendo, comiendo, caminando por todo el sitio. Imaginó el momento que entraba por la puerta y sus pasos hacían eco en el lugar.

Drew la imaginó perfecta, hasta que dejó de imaginar.

Recuerdo de dos almas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora