Temprano en su departamento Drew Wechsler no dejaba de dar vueltas en su cama.
The Andsler's es el edificio con la mejor reputación en la ciudad, es reconocido por su increíble altura, sus dos mil habitaciones y servicios élite. Hotel cuyo propietario vive con las mejores vistas de la ciudad y no durmió en toda la noche porque no dejaba de maquinar un plan para hablar con su Kathleen.
Sabía que no era adecuado llamarla suya cuando no habían ni siquiera intercambiado palabra. Pero no podía evitarlo. La sentía suya, su corazón le decía que no era de nadie más.
No tenía que ir a la empresa, así que aprovechó su soledad en su enorme Penthouse para practicar diversos escenarios en donde se encontraba con Kathleen y le entregaba su agenda, donde le hablaba , la invitaba a salir y lograba enamorarla.
Y es que ¿quién en su sano juicio no se enamoraría de él? Es un exitoso empresario, millonario, atractivo e independiente. Se preocupaba de más, es obvio que caería en sus encantos. Pero no podía sacarse del todo la duda , ella no era el modelo de chica que normalmente caían por sus dotes . Por eso tenía miedo de que en vez de atraerla a él, la alejara.
Mientras se reñía internamente por pensar en esas cosas, su ama de llaves, la mujer que se encarga de mantener todo en orden, entró por la puerta.
—Buen día , joven Wechsler.
—Buenos días Liliana ¿qué tal? —devolvió el saludo. Le agradaba mucho la señora Stone. La había conocido hace dos años y se encariñó muy rápido con ella.
—¿Por qué esa cara? ¿va algo mal en la compañía? —Liliana le tenía mucho cariño al muchacho, lo trataba como a un hijo.
—La compañía va bien, no estoy preocupado por eso.
—Ósea que sí hay algo que te preocupa.
La señora Stone lo conocía demasiado bien pero Drew no quería contarle sobre Kathleen, eso solo lo sabía Neil, y con él era suficiente.
Prefirió evadir la pregunta hablando de otros temas. Luego de dos horas salió de su Penthouse en dirección a la casa de Neil, ya sabía como le haría pagar por lo del café. Aparcó su Mercedes 600 en el estacionamiento de uno de los complejos de lujo, ubicado en la zona rica de la ciudad, y entró a la lujosa vivienda en total confianza.
Encontró a su amigo en bóxer, sentado al borde de la piscina, tomando café y leyendo el periódico.
—Hola Neil.
Este volteó a verlo con cara de susto que duró poco al notar que se trataba de él.
—¿Qué haces aquí? Aún es de madrugada
—Son las 8: 40 de la mañana, ya es bastante tarde, de hecho —dijo Drew sentándose a su lado.
—¿Tarde? ¿iremos a algún sitio? —preguntó con animosidad. Le encantaba salir, desde pequeños siempre salían juntos.
—Quizás. Entre más rápido volvamos mejor, te lo aseguro, aunque no te recomiendo salir así vestido —lo señaló con el dedo índice.
—Entonces me visto, pero créeme a todos le gustaría verme en bóxer —dijo Neil levantándose con parsimonia del borde de la piscina.
Drew confiaba que no diría eso si supiera a donde irían, sonrió para sí mismo y se limitó a esperarlo en el auto para luego dirigirse hacia su venganza.
Ya en camino Neil soltó un comentario inesperado:
—¿Sabías que la chica del café, esa que te gusta, trabaja en una guardería infantil cerca de tu edificio?
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Recuerdo de dos almas
RomansaDesde lo alto de su oficina Drew , observaba con ojos anhelantes a una chica que fácilmente podía pasar desapercibida por cualquiera. Su cuerpo hablaba por si solo cuando la veía o pensaba en ella , al igual que sus emociones. Su corazón le decía...