XII
—¿Tienes idea de lo que has provocado? —repite Olivia mientras camina en círculos por la sala y mueve sus manos en el aire para expresarse.
—No sabía que eso podría pasar.
—Ése fue el problema: que solo pensaste en ti, no pensaste en cómo nos podría perjudicar. No. Cómo siempre, sólo pensabas en ti.
—No lo hacía. No sólo estaba pensando en mí. Es sólo que no sabía...
—Tus lamentos ahora no importan. Lo que importa es que debemos resolver ésto.
Soltó un alto suspiro y llevó las palmas de sus manos hasta su cara.
La entendía. Estaba frustrada por lo que acababa de suceder. Pero, ¿qué culpa tenía yo? Toda. Y tenía que afrontar las consecuencias de mis actos imprudentes.
Volví a mirar el periódico a un lado mío en el cual salía una fotografía mía junto a Damián de hoy en la madrugada cuando él me ayudaba a subir al carruaje para traerme de vuelta a casa.
Que estupidez la mía que siendo conciente de que estoy a punto de casarme con alguien, tenga la mirada puesta en alguien más que a penas me conoce y sus ojos sé pertenecen a otra persona.
—Pronto vendrán por ti para que vayas junto a los Demondariz a Lennox, así que ve haciendo tus maletas —aseveró Olivia.
Subí las escaleras y entré a mi habitación para hacer mis maletas. Otra vez. Está se estaba convirtiendo en mi rutina: hacer maletas, irme y regresar nuevamente. ¿Cómo quiero alejarme de algo cuando siempre vuelvo a ello al final del día? Porque así lo era. Quería alejarme de aquí. De todo. Estar sola por un buen tiempo y poner mis pensamientos en orden hasta sentirme en paz conmigo misma.
—Sabes que si fuera por mí no irías a ningún lado —murmuró Misael, haciendo acto de presencia.
—Entonces no me deje ir —respondí.
Que no me dejara ir, tal vez era la mejor forma para en un futuro ni hacer falsas ilusiones y terminar con sentimientos no correspondidos con Damián.
—Eres mayor de edad, Evangeline. Sabías lo que hacías —sabía que se refería a haberle mentido sobre Louise—. Y yo ya no tengo derecho a prohibirte cosas.
—¿Cómo acostarme con el príncipe? —bramé.
—Como acostarte con el príncipe —aseguró él.
—No lo hice. Jamás haría eso. Usted lo sabe más que nadie.
—Lo sé. Pero eso es lo que cree Olivia. Y ahora bien, todos los que hayan leído el periódico creerán que usted tiene relación alguna con el futuro soberano Lennox.
—Tengo maletas por hacer —me limité a decir.
••••
—Lo prometo, nada de alcohol —le aseguró Jazmín a Misael por segunda vez.
—Cuida lo qué haces —me advirtió Olivia, tan bajo que a penas fui capaz de escucharla antes de tomar mi maleta y subirla al carruaje. Para irme de casa. Otra vez.
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El Juego Del Rey
RomanceUna monarquía y un juego de por medio en el que solo puede haber un ganador. •••• ¿Los conoces? Dicen que son una familia peligrosa; llena de secretos y misterios. Evangeline pertenece a una familia de pueblerinos, pero por circunstancias de la vida...