DESPERATION ❷ || Clove Kentwell x Fem reader ||

VIII

Mientras regresamos a nuestras habitaciones, jalo a Glimmer a un lado y le pregunto: "¿Estás realmente embarazada?".

Ella se ríe y niega con la cabeza, "¡Por supuesto que no! Solo estaba tratando de cancelar los Juegos".

"¿Y la propuesta de matrimonio?" Bromeo. "Nop, eso fue solo para mostrar", dice ella. "No creo que cancelen los Juegos. Es una ilusión", agrega Peeta.

De repente, Esmeralda irrumpe y se seca las lágrimas: "Desafortunadamente, los juegos todavía están en marcha. ¡Pero tengo regalos para todos ustedes!". Nos entrega a cada uno una caja con el mismo contenido adentro.

"¿Qué es esto?" Finch pregunta, sosteniendo su ficha.

"Son tus fichas. Son brazaletes de oro", explica Esmeralda.

"Gracias, Esmeralda", responde Glimmer, su voz apenas por encima de un susurro.

"Somos un equipo, ¿verdad?" La voz de Esmeralda se quiebra mientras trata de contener las lágrimas. Todos asentimos con la cabeza en acuerdo.

"Todos ustedes son tan valientes al enfrentarse a estos Vencedores", continúa, con lágrimas corriendo por su rostro. "Estoy tan orgullosa de todos ustedes. ¡Tan orgullosa! Todos se merecen algo mucho mejor".

"Gracias", decimos todos a la vez.

"Lo siento mucho", dice antes de salir de la habitación llorando.

Entro en mi habitación con Clove detrás de mí y cierro la puerta. Luego la acerco a la cama conmigo y apoyo mi cabeza en su pecho. "Solo quiero estar contigo y los demás allí", confieso.

"Si eso es lo que quieres, princesa", me tranquiliza Clove mientras acaricia mi cabello.

"Sí, eso es lo que quiero", respondo con un suspiro.

"Se siente tan extraño regresar a la arena", agrega.

"Lo sé", murmuré en su pecho antes de mirar hacia arriba para plantar un suave beso en sus labios.

"Te amo", dice, besando mis labios de nuevo. Abro la boca para corresponder al sentimiento, pero nos interrumpe un golpe en la puerta.

"Solo quedan cinco minutos para que tengamos que irnos, Iris", te recuerda tu estilista desde afuera de la puerta.

"Saldré pronto", le respondes.

Mientras le da un beso de despedida a su novia, expresa su renuencia a irse. "No quiero ir", haces un puchero.

Ella se ríe de tu comportamiento juguetón. "Tienes que hacerlo, niña bonita."

Cuando aún quedan cinco minutos, intentan aprovechar al máximo su tiempo juntos. Presionas tus labios más fuerte contra los de ella, saboreando el momento. Ella responde sentándose a horcajadas sobre tu cintura y frotando sus caderas contra las tuyas, haciendo que ambas gimáis de placer. Sus lenguas se involucran en una danza apasionada por el dominio, y sus manos recorren su cuerpo, disfrutando del toque del otro. Te sientas, acercándola a ti mientras tira de tu cabello, haciéndote gemir de placer.

"Siento interrumpir, pero es hora de irnos", la voz de Sloane llega a través de la puerta, rompiendo el momento. Tú y tu novia se separan y ella te da un último beso suave y tierno antes de que te levantes para seguir a Sloane hasta el ascensor.

A medida que el ascensor desciende, un silencio espeluznante los rodea a ambos. De repente, se escucha un sonido de "ding" y la puerta se abre, revelando un barco futurista parecido a un aerodeslizador rodeado de fuerzas de paz. Ambos caminan hacia él y entran. Una vez dentro, un hombre exige tu rastreador y te tiende la mano. Observas como la luz brillante entra en tu brazo, provocando un déjà vu. Sloane explica: "Todos los tributos viajarán solos este año. Pensaron que los vencedores los intimidarían a ustedes ocho". Te burlas de su declaración, pero en secreto deseas que Clove esté contigo.

A medida que las luces se encienden y apagan, sientes que el suelo debajo de ti se vuelve más claro y te das cuenta de que el aerodeslizador está despegando.

La realidad te golpea y no puedes creer que vas a volver a los Juegos. El barco asciende y comienza a salir del Capitolio.

En poco tiempo, te encuentras nuevamente en la sala de metro, esperando que Sloane regrese con tu atuendo de arena. Pronto entra, sosteniendo un traje de neopreno negro con mangas blancas desteñidas. "Vístete con esto, por favor", te instruye, y sigues sus órdenes. Luego te recoge el cabello en una cola de caballo alta y te rocía laca para el cabello, ordenándote que cierres los ojos.

Tu atuendo de arena se combinó con botas negras para los zapatos. "Este traje es liviano. No es térmico. Entonces, diría que es trópico o desierto", dice Sloane, analizando tu atuendo mientras entras en la arena.

"10 segundos hasta el lanzamiento", informa una voz desde el altavoz de la habitación.

Mientras me preparo para entrar al tubo, mi amiga me abraza y murmura: "Todavía creo en ti, Iris". La siento suspirar mientras se aleja del abrazo.

"Los tubos ahora están listos para el lanzamiento", anuncia el audio.

Entro en el metro y observo cómo la figura de Sloan desaparece de mi vista. A medida que el tubo asciende, una luz brillante me ciega temporalmente.

Una vez que mis ojos se reajustan, me doy cuenta de que estoy rodeado de agua y una jungla.

Los otros concursantes se paran en un círculo a mi alrededor, y hay extraños caminos rocosos que conducen hacia la cornucopia.

La Cornucopia se encuentra en el centro de la arena, rodeada de una variedad de armas. Sin embargo, no hay mochilas a la vista, lo que hace que encontrar acceso a alimentos y agua sea más difícil.

Según mi observación, el agua parece turbia y es posible que su calidad no sea fresca. Me pregunto qué sorpresas retorcidas han planeado los creadores del juego y si algunas criaturas extrañas pueden vivir en el agua y esperarnos.

De repente, una voz resuena sobre nosotros: "Que comiencen los 75º Juegos del Hambre".

"Y que las probabilidades estén siempre a tu favor", continúa la voz.

Murmuro el nombre de mi novia, Clove, tratando de localizarla. Desafortunadamente, no puedo encontrarla y asumo que debe estar al otro lado de la arena. Miro hacia la Cornucopia y veo una pantalla contando hacia atrás.

Diez.
Nueve.
Ocho.
Siete.
Seis.

Preparándome, me dispongo a sumergirme en el agua.

Cinco.
cuatro
Tres.

Entonces, veo un arco tirado a unos metros de mí, y mis ojos permanecen fijos en él.

Dos.
Uno.

De repente, el cañón dispara.