Capitulo 24

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TE CONOZCO.

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JENSEN ESTABA SENTADO FRENTE A UN ESCRITORIO, terminando de escribir algo en la pantalla de su celular

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JENSEN ESTABA SENTADO FRENTE A UN ESCRITORIO, terminando de escribir algo en la pantalla de su celular. No levantó la mirada en cuanto ella entró a la habitación. Pero ella ni siquiera parpadeó mientras lo miraba y Norman la dejaba de pie frente al escritorio.

—Señor — Norman la soltó.

—Gracias, te puedes ir — chistó Jensen sin mirarlo. Él siguió escribiendo en su teléfono hasta que por fin lo dejó sobre la mesa y lo apagó. Levantó el mentón y la vio a los ojos con una sonrisa que rayaba la burla. Con ambas palmas de la mano sobre la mesa se levantó empujando la silla hacia atrás, rodeó el escritorio y se detuvo frente a ella, abriendo la boca para decir algo. Pero Gabrielle levantó las manos atadas y lo abofeteó como pudo. El rubio sostuvo su propia mano sobre su mejilla, ardiendo y poniéndose de inmediato roja. Un pequeño hilo de sangre se deslizó por su piel porque ella le había pasado a llevar con el metal de las esposas — ¿A que tenías muchas ganas de hacerlo hace tiempo no? — se burló, pasándose el dedo por la pequeña herida viendo su propia sangre.

Gabrielle se paró estoica frente a él.

Él no se atrevería a golpearla.

—Mereces cosas peores — escupió ella con una calma tempestuosa — Mataste a Sharon.

Jensen deslizó por su rostro una sonrisa traviesa.

—No fui yo. Fue Lucio.

—Lo enviaste tú. Por eso esa noche estabas ahí — Gabrielle apretó los dientes ante la rabia del recuerdo.

—No lo obligué yo — volvió a negar, cogiendo un pañuelo de la mesa para limpiarse la sangre.

—¡Eres un...! — ella levantó la mano para golpearlo otra vez, pero esta vez Jensen fue más rápido y el agarró los brazos antes de que ella lo hiciera — ¡Dime donde está Prim! ¡Si la tocas...! ¡Te juro que...!

—¡Ella está bien! — exclamó Jensen inclinándose sobre ella — ¡Lo estará mientras te portes bien!

Abrió los ojos más de lo normal y le bajó los brazos.

𝑻𝑼𝒀𝑶 ➝ 𝑱𝑨𝑽𝑰𝑬𝑹 𝑷.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora